Un estudio público-privado determinó que la sureña provincia chilena de Valdivia tiene potencial para fabricar biogás, además de biofertilizantes, con los residuos orgánicos de pequeños productores agropecuarios. El biogás es una mezcla gaseosa capaz de transformarse en energía eléctrica o térmica, compuesta de metano, dióxido de carbono y otros gases. Algunos residuos orgánicos disponibles en la zona son el estiércol y el forraje.
El uso de biodigestores centralizados para producir biogás contribuiría a disminuir las emisiones contaminantes que se liberan a la atmósfera.
Se trata de una propuesta «inclusiva», que requiere gran coordinación y compromiso de los actores involucrados, y que puede ser replicada en otras zonas del sur, dijo a Tierramérica Tomás García-Huidobro, de la Fundación para la Innovación Agraria (FIA), dependiente del Ministerio de Agricultura.