Sin importar cuál sea el resultado de la conferencia internacional sobre cambio climático prevista para diciembre en Copenhague, se producirá un aumento de 2,5 grados centígrados en las temperaturas del planeta.
El director de Ciencias Atmosféricas del Instituto Scripps de Oceanografía en la Universidad de California-Berkeley, Veerabhadra Ramanathan, pronosticó que ese incremento será provocado por los "increíblemente complejos mantos" de contaminación que denominó "nubes atmosféricas marrones" (ABC, por sus siglas en inglés).
En una reunión de la Federación Internacional de Periodistas Ambientales celebrada en la capital de India el mes pasado, Ramanathan alertó que, si los gobiernos se abocan a reducir las emisiones de gases invernadero pero no combaten igualmente a las ABC, prácticamente no se podrá detener el aumento de las temperaturas.
"Aun si la COP 15 (15 Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático) en Copenhague en diciembre tuviera éxito en acordar una reducción para 2050 de la mitad de todas las emisiones de gases invernadero, que actualmente ascienden a 8.500 millones de toneladas anuales, éstas permanecerán en la atmósfera por más de 100 años", explicó Ramanathan.
"Por tanto, incluso si tiene éxito la COP 15, habrá un aumento de 2,5 grados en el recalentamiento planetario", indicó.
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Se espera que en la conferencia de dos semanas de Copenhague se adopte un tratado mundial mucho más ambicioso que el Protocolo de Kyoto, que expirará en 2012.
Las ABC son densos mantos de smog que penden a un bajo nivel en la atmósfera, especialmente en Estados Unidos. Son plenamente visibles en ciudades como Nueva Delhi, Los Ángeles y otras de Brasil y África, aunque las más densas se encuentran en China y Asia meridional.
Ese smog es formado fundamentalmente por el "negro de carbono", hollín liberado por la quema incompleta de combustibles fósiles y otras materias orgánicas como la madera. Sus principales emisores son las estufas a leña y los automóviles, especialmente los que usan gasóleo como carburante.
Ramanathan, junto al mayor experto indio en glaciares Syed Izbal Hasnain, del Instituto para Recursos de Energía en Nueva Delhi, y Rajesh Kumar, jefe científico de glaciología en el Instituto Birla de Tecnología, en la noroccidental ciudad india de Rajashtan, coincidieron en que las ABC están provocando el derretimiento de los glaciares.
Kumar indicó que los glaciares del Himalaya retroceden a un ritmo de 21,3 metros por año.
Las emisiones mundiales totales de hollín ascienden a aproximadamente ocho millones de toneladas. Las estufas de cocina a leña contribuyen con 25 por ciento de los mantos del negro de carbono, y las quemas al aire libre con 42 por ciento.
Las ABC dan un "doble golpe" negativo, pues dejan atrapados los gases invernadero a un bajo nivel en la atmósfera y bloquean el ingreso de la luz solar, señaló Ramanathan.
Según el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, organismo de la Organización de las Naciones Unidas, el negro de carbono es el componente que más contribuye a la formación de las ABC, representando 55 por ciento de su estructura en ciertas áreas de la atmósfera. Los demás son el ozono, el metano y los halocarbonos.
Cuando Ramanathan descubrió que las ABC eran formadas en gran medida por las emisiones de las cocinas a leña hallazgos publicados poco antes de la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sostenible celebrada en Johannesburgo en 2002 muchas naciones del Sur expresaron su malestar, en especial India.
Poco antes, el científico había llamado al fenómeno la "nube asiática marrón", hasta que descubrió que ésta se extendía más allá de este continente.
El Centro para la Ciencia y el Ambiente (CSE, por sus siglas en inglés), con sede en Nueva Delhi, acusó a Ramanathan de desviar la atención de la responsabilidad de Estados Unidos y otros países industrializados en reducir las emisiones atmosféricas justo antes de la conferencia en la capital sudafricana.
La directora del CSE, Sunita Narain, sostuvo que el informe de Ramanathan, además de tener un carácter político, no ofrecía ninguna solución para las millones de personas pobres de Asia meridional y sudoriental que dependen de las estufas a leña para cocinar.
"Manejamos el tema desde el punto de vista científico, sin las implicancias humanas, por lo que me equivoqué", admitió Ramanathan en Nueva Delhi la semana pasada.
No obstante, "no entiendo por qué India debiera ponerse a la defensiva", añadió el científico. "Sus emisiones de dióxido de carbono son inferiores a 2,5 por ciento" del total mundial, indicó.
Las ABC amenazan las montañas del planeta como nunca antes. Imágenes satelitales de la estadounidense Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio mostraron partículas negras de carbono sobre el Monte Everest. Además de que los gases invernadero quedan atrapados sobre las nieves, el aumento de la temperatura derrite los glaciares.
La organización no gubernamental francesa Grupo para Energías Renovables, Ambiente y Solidaridad (GERE) señaló que el retroceso de los glaciares es ya una realidad en todo el distrito de Ladakh, en el septentrional estado indio de Jammu y Cachemira.
GERE analizó información meteorológica desde 1973 y descubrió un incremento de más de un grado en las temperaturas de invierno en Ladakh, un drástico aumento en las de verano entre julio y agosto, y una fuerte disminución de las nevadas de diciembre a marzo.
La buena noticia sobre el negro de carbono, apuntó Ramanathan, es que puede ser removido en hasta 10 días si se toman las medidas adecuadas para detener su emisión.
Ramanathan y Hasnain presionan ahora al sector de transporte de India. "Podríamos comenzar a obligar el uso de filtros de partículas para el gasóleo en los camiones de transporte", señaló el primero, aunque aclaró que también se necesita que las naciones industrializadas reduzcan sus emisiones de gases invernadero.
"Así como el involucramiento de Asia es clave para reducir las futuras emisiones del negro de carbono, también es fundamental el liderazgo de Europa y de Estados Unidos para reducir el recalentamiento", afirmó.
La posibilidad de eliminar el uso de estufas a leña en las poblaciones pobres de Asia es lejana. Habría que proveer un combustible alternativo, reconoció Ramanathan.