Inmigrantes irregulares recluidos en un centro de detención en las afueras de Sofía, capital de Bulgaria, protestan tras la muerte por falta de atención médica del solicitante de asilo sirio Hasun Albaadzh.
Unos 200 extranjeros están radicados hoy en el Centro de Detención para Inmigrantes Indocumentados de Busmantsi. Albaadzh, quien falleció el día 6, había vivido allí por 34 meses, mucho más tiempo del máximo legal previsto en estos casos.
Luego de su muerte, extranjeros allí recluidos realizaron diversas protestas contra la prolongación ilegal de su detención y violaciones de derechos humanos.
Albaadzh "nunca fue conducido a un hospital especializado, a pesar de sus múltiples quejas y de las enfermedades crónicas que sufría", informó la organización de derechos humanos búlgara Iniciativa Civil 21.
"La administración del centro" de reclusión "conocía" su situación, "pero se limitaron a tratarlo con analgésicos", aseguró.
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"Además de los prolongados periodos de detención, de la malnutrición y de la falta de apoyo psicológico, uno de los problemas más recurrentemente denunciados por los detenidos son los niveles extremadamente pobres de la atención médica, la falta de medicinas y de tratamiento", dijo Iliana Savova, directora del programa de refugiados e inmigrantes de la filial búlgara de la organización de derechos humanos Comité Helsinki.
Busmantsi carece de equipo médico permanente. Médicos y enfermeras rotan todos los meses, una práctica que dificulta el tratamiento y el análisis del estado de salud de los detenidos.
Iniciativa Civil 21, el Centro de Ayuda Legal, la Clínica Legal para Refugiados e Inmigrantes de la Universidad de Sofía y el Centro para Sobrevivientes de Torturas reclamaron formalmente al Ministerio del Interior una investigación exhaustiva sobre las circunstancias de la muerte de Albaadzh.
Estas organizaciones de derechos humanos también manifestaron públicamente su preocupación por el caso del profesor universitario nigeriano Jonson Ibitui, muerto a comienzos de este año de un ataque cardiaco poco después de liberado de Busmantsi.
Iniciativa Civil 21 evaluó que "el ataque cardiaco fue consecuencia directa del estrés psicológico causado por un año de detención sin sentido".
En Bulgaria está vigente desde mayo la Directiva de Retorno de la Unión Europea, que fija el tiempo máximo de detención de inmigrantes ilegalesen seis meses que puede extenderse a 18 en circunstancias "excepcionales " que debe analizar la justicia.
En una inusual visita a Busmantsi, periodistas de la emisora privada de televisión BTV registraron la semana pasada las quejas de un grupo de inmigrantes detenidos.
"Llevo ya seis meses sin alimentos, sin ropa y sin leche para mi bebé. ¿Por qué?", dijo una joven que cargaba un niño en brazos.
Un joven palestino que se identificó como Azdin inquirió: "Quiero saber por qué estoy aquí. Estamos pidiendo que se nos reconozca el estatus de refugiado. La mayoría de nosotros hemos estado aquí por más de tres meses sin haber hecho nada equivocado. Sí, somos ilegales pero hemos venido aquí solicitando refugio. ¿Qué clase de democracia es ésta?"
Los migrantes pueden quedar detenidos en centros como Busmantsi si sus solicitudes de asilo han sido rechazadas y están aguardando la deportación, si se les considera una amenaza al orden público o a la seguridad nacional o si ya se les reconoció el derecho a asilo mientras se encontraban recluidos y aguardan al transferencia a un centro de recepción y alojamiento.
Grandes retrasos ocurren en cualquiera de esos casos, lo cual implica que esos inmigrantes pueden quedar detenidos meses e incluso años.
Oficialmente, si un inmigrante solicita refugio mientras está en Busmantsi, las autoridades deben procesar el pedido en un plazo de entre dos y cuatro semanas. Pero ese lapso se prolonga ilegalmente con mucha frecuencia.
Cuando las autoridades rechazan la solicitud de asilo, el inmigrante debe esperar la deportación en los centros de detención, y pueden pasar años hasta que les entreguen sus documentos y los pasajes. Sofía suele acusar del retraso a los países de origen.
"La Embajada de India dice que tiene problemas con el procedimiento" de corroborar la identidad del migrante y emitirle un documento que la acredite, dijo a la prensa Petar Evrov, representante del Directorio de Migraciones en el Ministerio del Interior búlgaro. Evrov aseguró que el trámite le compete en exclusiva a las embajadas de los países de origen de los extranjeros en centros de detención.
Otro problema diferente se suscita cuando la Corte Suprema Administrativa falla que un inmigrante representa una amenaza al orden público o la seguridad nacional, en cuyo caso queda recluido en Busmantsi hasta su expulsión.
De todos modos, "las revisiones de esa Corte son de carácter técnico" y no incluyen "un análisis en profundidad de la base de la acusación" ni requiere "evidencia que respalde" el dictamen, dijo a IPS Milagros Leynes, representante del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) en Bulgaria.
"Si refugiados en Bulgaria participan en actividades delictivas, deben ser acusados ante la justicia penal en pie de igualdad con los ciudadanos búlgaros, no detenidos con deportación pendiente", explicó Leynes.
Aunque la Directiva de Retorno de la UE esté aprobada a nivel nacional, los inmigrantes pueden estar detenidos más de un año y medio. Las autoridades aún no decidieron su la norma debe ser aplicada retroactivamente. La Corte Suprema Administrativa pidió a la Corte Europea de Justicia un dictamen al respecto.
A los detenidos en Busmantsi se les dice que los procedimientos para su liberación se completarán a tiempo. "¿Pero qué es 'a tiempo'?", se preguntó uno de ellos, el armenio Zaven Grankyan. "Traduzcámoslo: 'a tiempo' es hasta que muramos."