El académico británico Gerald Martin invirtió 17 años en redactar una biografía del escritor colombiano Gabriel García Márquez, el mismo lapso que le insumió a éste cuajar la idea en torno a su obra más celebrada, «Cien años de soledad».
Martin, profesor emérito de lenguas modernas en la estadounidense Universidad de Pittsburgh y de estudios caribeños en la británica Universidad Metropolitana de Londres, entrevistó a más de 300 personas y persiguió durante sus recorridos al ganador del premio Nobel de Literatura en 1982.
De ese arduo trabajo surgió "Gabriel García Márquez. Una vida", la vida escrita "no oficial, pero tolerada", en las propias palabras del notable literato colombiano también llamado "Gabo" por sus amigos. El libro comienza a circular en México en estos días bajo el sello editorial Debate.
A lo largo de sus 748 páginas, el libro retrata la vida de García Márquez durante su niñez, la etapa de conversión en escritor, su tarea literaria, el momento culminante de su carrera al recibir el Nobel y sus días de figura intelectual y política.
Pero la biografía no ahonda en aspectos como en sus achaques de salud agudizados en esta década, su estrecha relación con el ex presidente cubano Fidel Castro o en el distanciamiento con colegas como el peruano Mario Vargas Llosa o su coterráneo Plinio Apuleyo Mendoza, según sus críticos.
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"Panegirista, consejero áulico, agente de prensa, representante plenipotenciario, jefe de relaciones públicas en el extranjero, todo eso ha sido García Márquez para Castro", escribió el historiador mexicano Enrique Krauze en un duro y extenso ensayo publicado en el número de octubre de la revista mensual Letras Libres.
El novelista conoció en 1976 a Castro, quien abandonó la presidencia de Cuba por razones de salud el 31 de julio de 2006 luego de 47 años de ocupar el gobierno. El vínculo entre ambos ha adquirido blindaje desde esa fecha.
"El biógrafo parece inspirarse en el inclín por la hipérbole de su biografiado, pero no falta a la verdad si se consideran el tiempo y la pasión que García Márquez invertiría después en el cabildeo, la intermediación y el periodismo a favor de Cuba y el régimen castrista", escribió, a su vez, el historiador y ensayista mexicano Antonio Saborit, en otro largo ensayo aparecido en el volumen de octubre de la revista mensual Nexos.
Letras Libres y Nexos, ambas mexicanas, se ubican en las antípodas ideológicas entre sí. La primera es heredera de la mítica Vuelta, fundada en 1976 por el poeta y también premio Nobel de Literatura Octavio Paz (1914-1998) y un grupo de intelectuales, mientras que la segunda, nacida dos años después, ha permanecido cercana a la izquierda mexicana.
García Márquez, nacido en la localidad colombiana de Aracataca el 6 de marzo de 1927, llegó por primera vez a México en 1961, tras de renunciar a la agencia de noticias cubana Prensa Latina.
La capital mexicana se ha convertido en la residencia permanente del autor de "El coronel no tiene quien le escriba y Crónica de una muerte anunciada".
"La cuestión es saber por qué García Márquez se aferra luego a ese régimen: porque se hizo amigo de Fidel, por su epopeya que hay en su resistencia ante Estados Unidos", indicó Martin en una conversación simultánea el lunes con oyentes de la cadena de radio y televisión británica BBC.
"Aunque no estoy exculpando ni a Castro ni al escritor colombiano: si tú piensas en los niños de América Latina, Asia o África, Gabo siempre ha dicho que Cuba al menos ha garantizado no la libertad de los niños, pero sí la formación", se justificó.
En estas semanas, Martin, quien también es autor de dos estudios sobre obras del guatemalteco y Premio Nobel de Literatura 1967 Miguel Asturias (1899-1974), recorre España y varios países de América Latina para presentar su libro.
García Márquez se ha negado a sumarse a campañas de respaldo hacia los derechos humanos en Cuba, como ocurrió en 1969 alrededor del poeta y disidente Heberto Padilla (1932-2000), a quien el gobierno de esa isla consideró un autor contrarrevolucionario.
Autoras como las francesas Simone de Beauvoir (1908-1986) y Marguerite Duras (1914-1996), el español Juan Goytisolo, la estadounidense Susan Sontag (1933-2004) y en especial Vargas Llosa criticaron duramente al gobierno de Castro por el trato prodigado a Padilla, quien abandonó Cuba en 1980.
"Obviamente también fue complicado explicar su relación con Fidel Castro, el episodio de la pelea con Vargas Llosa, sobre lo cual no quise especular", añadió Martin en la BBC.
García Márquez y Vargas Llosa, quien escribió un ensayo sobre la obra de su colega, se pelearon públicamente en la capital mexicana en 1976, en un suceso no del todo aclarado hasta ahora. El Nobel colombiano se distanció de su paisano Mendoza en la década pasada por cuestiones ideológicas.
Krauze criticó el hecho de que Martin no analizó en profundidad la obra periodística de García Márquez, un personaje rodeado de cierto halo de tabú entre los intelectuales mexicanos y quien también ha cultivado amistad con gobernantes como el estadounidense Bill Clinton (1993-2001) y el español Felipe González (1982-1996), así como también la tuvo con el ya fallecido mandatario Francés Francois Miterrand (1916-1996).
Reunida en tres volúmenes, esas piezas vierten luz sobre los intereses del escritor, a criterio de Krauze.
Un episodio polémico se ha unido a la biografía de García Márquez, el tiene que ver con la filmación de su última novela, Memoria de mis putas tristes, publicada en 2004.
Organizaciones no gubernamentales contrarias a la pedofilia han censurado la grabación por considerarla una apología de la prostitución infantil. En la novela, un hombre de 90 años quiere tener relaciones sexuales con una niña virgen de 14, como un último placer de despedida de sus días.
Su lectura "me deja esta sensación de fascinada complacencia con el maltrato a las mujeres, con las niñas prostituidas, el endiosamiento del patriarca. Es una presencia constante en toda la obra de García Márquez", declaró la periodista y activista Lydia Cacho a la revista Milenio Semanal.
Cacho ha sufrido persecución, encarcelamiento y amenazas de muerte por denunciar el tráfico de niñas con propósitos sexuales y pornografía infantil.
La filmación, a cargo del productor mexicano Ricardo del Río y el cineasta danés Henning Carlsen, está patrocinada por la empresa de bebidas FEMSA y la cadena televisa privada Televisa.
El gobierno del sureño estado de Puebla, a cargo de Mario Marín, canceló este mes su respaldo financiero al proyecto. Es el mismo político que estuvo detrás de la persecución penal y encarcelamiento de Cacho en diciembre de 2005, para favorecer a su amigo, el empresario textil Kamel Nacif.
En su libro "Los demonios del Edén", Cacho involucró a Nacif en una red de pederastas, cuya cabeza visible es el empresario encarcelado Jean Surcar.
Teresa Ulloa, directora de la Coalición Regional contra el Tráfico de Mujeres y Niñas en América Latina y el Caribe, presentó una demanda penal contra "quienes resulten responsables por el delito de apología de la prostitución infantil y la corrupción de menores", a causa de la filmación de la película citada.
Según Saborit, el novelista colombiano, cuyas memorias están contenidas en el volumen "Vivir para contarla" (2002), no sólo salió ileso a la obtención del Nobel, "sino en la mejor disposición para ahondar su interés en el poder y el amor, los temas centrales de su narrativa según Martin".
"La obra de García Márquez sobrevivirá a las extrañas fidelidades del hombre que la escribió. Pero sería un acto de justicia poética el que, en el otoño de su vida y el cenit de su gloria, se deslindara de Fidel Castro", concluyó su texto Krauze.