Paraguay presenta un panorama poco alentador de desarrollo humano: es el único del Mercosur con un índice inferior al promedio de América Latina, por lo que las Naciones Unidas recomiendan más inversión educativa e impulso al crecimiento económico equitativo.
La oficina del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en Asunción dio a conocer el lunes los nuevos datos, al presentar los principales hallazgos del Informe Mundial de Desarrollo Humano 2009 "Superando barreras: Movilidad y desarrollo humanos".
El desarrollo humano se considera la expansión de las capacidades y oportunidades que tienen las personas para vivir una vida digna, productiva y creativa, y se mide con el Índice de Desarrollo Humano (IDH), compuesto por los indicadores de esperanza de vida al nacer, matrícula educativa bruta combinada, tasa de alfabetización y producto interno bruto por persona.
Con un IDH de 0,761, Paraguay ocupa el lugar 101 en una lista de 182 países, en la franja de desarrollo medio, entre 0,5 y 0,8, cerca de Jamaica y Sri Lanka, y muy detrás de sus socios del Mercosur (Mercado Común del Sur) Argentina, Uruguay y Brasil.
En esta medición, el 0 significa nulo desarrollo humano y el 1, un grado perfecto de desarrollo.
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Entre 1980 y 2007, Paraguay mejoró su IDH con un incremento anual promedio de 0,43 por ciento, pero se mantienen las diferencias iniciales con sus vecinos de la región. Brasil acortó la brecha a la mitad con respecto a Uruguay, y Argentina y se alejó de Paraguay.
"Si bien el índice del país va incrementándose cada año, el nivel del desarrollo de los demás países en el mundo experimenta una mayor aceleración", dijo a IPS el coordinador de la Oficina de Desarrollo Humano del PNUD – Paraguay, Jorge Méndez.
"Cuando uno compara con los niveles internacionales, los aumentos no son tan significativos, por lo que el país va retrocediendo en la escala, en el ranking de posiciones de desarrollo humano en el mundo", sostuvo.
La esperanza de vida al nacer de Paraguay es de 71,7 años, inferior a la de Brasil, de 72,2, Argentina, de 75,2, y Uruguay, de 76,1, y por debajo del promedio de América Latina y el Caribe, de 73,4.
En cuanto a la tasa de alfabetización, el indicador de Paraguay es de 94,6 por ciento, cercano al de Uruguay y Argentina e incluso al de los países de desarrollo humano alto, y superior a la de Brasil y al promedio latinoamericano.
Pero la inversión de recursos públicos de los países del Mercosur en educación y salud, es entre dos y seis veces superior a la de Paraguay.
Según Méndez, estas cifras se traducen en la calidad de vida de las personas. Antes de la aparición del IDH, en 1990, el desarrollo se medía sólo por el PIB por persona.
Pero es justamente el PIB el factor que más incide en el bajo desarrollo humano del país. El ingreso por persona de Paraguay es de 4.433 dólares y está entre la mitad y la tercera parte del ingreso de los países del Mercosur y de América Latina y el Caribe. En la nómina general ocupa el lugar 114.
Otro aspecto considerado en la medición es el nivel de desigualdad de ingresos. Paraguay se encuentra por debajo de Brasil, pero muy por encima de Argentina y Uruguay, país con menor desigualdad a nivel regional.
Para Méndez, Paraguay necesita avanzar mucho más en educación y la riqueza en términos de crecimiento económico.
Uno de los desafíos que se plantean es la ampliación de la cobertura de educación media y terciaria a los niveles de los vecinos del Mercosur.
La tasa bruta combinada de matriculación en educación de Paraguay es entre 11 y 18 puntos porcentuales inferior a la de del resto Mercosur y el promedio de América Latina y el Caribe.
Entre tanto, la diferencia de logros educaciones entre éste y los demás países de la región está determinada por la menor población con estudios terciarios. Paraguay tiene 3,7 por ciento de población con estudios terciarios, frente a 11,1 por ciento de Argentina.
"Si Paraguay, por ejemplo, presentara la proporción de la población con educación terciaria o universitaria que tiene la Argentina, el país tendría hoy por lo menos 250.000 o 300.000 profesionales más" indicó.
En cuanto a la atención sanitaria, se sugiere ampliar los servicios de salud para reducir la mortalidad infantil y materna, y así favorecer el aumento de la esperanza de vida al nacer.
El PNUD hizo hincapié además en el impulso del crecimiento económico sostenido e inclusivo, que reduzca la desigualdad en la distribución del ingreso.
Sobre este punto, el técnico del PNUD insistió en que tiene que ser un crecimiento económico que beneficie a todos los sectores de la población, que genere empleo y sea sostenible en lo ambiental.