El gobierno japonés del primer ministro Yukio Hatoyama, impuesto en su cargo por el parlamento esta semana, pretende que toda la prensa, incluso la extranjera, acceda a la información oficial, aunque analistas se muestran pesimistas respecto de que pueda abolir totalmente este añejo sistema restrictivo.
"Para el Partido Democrático de Japón (PDJ) es importante la apertura total a la prensa", declaró a IPS Kuniko Tanioka, legislador de esta centroizquierdista agrupación que ganó las elecciones a fines de agosto y dejó así atrás 50 años de gobierno del derechista Partido Liberal Democrático (PLD).
Tanioka, miembro de la Cámara de Consejeros, rama alta del parlamento, fue el responsable de la campaña de las candidatas de su partido en los comicios. El PDJ obtuvo 308 de las 480 bancas de la Cámara de Representantes, con lo cual pudo imponer en el gobierno a Hatoyama, quien asumió el cargo el miércoles.
El plan innovador del PDJ propone eliminar las arraigadas barreras que impiden a muchos periodistas independientes, de radio y de Internet, publicaciones locales y agencias de noticias extranjeras acceder a los kisha kurabu, o clubes de reporteros que pertenecen a la cultura mediática establecida en Japón.
Mientras los medios extranjeros reciben la noticia con beneplácito, otros muestran recelo frente a cómo la recibirán los clubes. El analista político Tomohiko Taniguchi cree que los kisha combatirán el cambio propuesto por el PDJ.
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Taniguchi no cree que "un político democráticamente elegido pueda hacerle frente a una corporación de periodistas de todas las orientaciones políticas que están inexpugnablemente unidos para proteger sus intereses, a menos que esté dispuesto a soportar una cobertura periodística sumamente negativa".
"Creo que los oligarcas de los medios en Japón, que llevan las de perder con el desmantelamiento del sistema kisha, harán lo que sea para preservarlo", sostuvo Steve Herman, quien fue presidente del Club de la Prensa Extranjera por cinco años.
No obstante, otros esperan que la respuesta positiva del público impulse el plan del PDJ. Jeffrey Kingston, profesor de la Universidad de Temple en Tokio, expresó que el plan indicaría que el PDJ se tomó en serio "la imposición del control político sobre la burocracia".
Se trata de un importante quiebre simbólico con la forma de gobierno del PLD, que gestionaba la información en contubernio con los burócratas, apuntó.
Monzurul Huq, presidente actual del Club de la Prensa Extranjera, dijo que la eliminación del sistema kisha será de gran ayuda para la prensa, especialmente para aquellos que no tienen acceso a las conferencias de prensa oficiales, como los periodistas independientes, los medios extranjeros y las publicaciones pequeñas.
"Japón está cambiando y la democracia toma el control luego de 54 años de gobierno del PLD", afirmó Huq, cuya organización a cargo reúne a representantes de las cadenas estadounidenses CNN y CBS, de la agencia Time Asia, del diario británico The Guardian y del periódico alemán Frankfurter Allgemeine Zeitung, entre otros.
"Este país necesita cambiar su vieja estructura burocrática. Muchos de nuestros socios han sido excluidos de las conferencias de prensa", puntualizó.
Los clubes kisha son asociaciones de periodistas de entidades mediáticas específicas que tienen acceso a eventos o recursos tales como conferencias, comunicados, anuncios y sesiones de información del gobierno.
Instituciones públicas y privadas, como el parlamento, ministerios, unidades locales de gobierno, la Bolsa de Valores de Tokio, la Federación Empresarial de Japón, el departamento de policía y la oficina del Primer Ministro, asignan a los integrantes de estos clubes salas de prensa o espacios de trabajo.
La membresía de estos clubes es restringida, y las conferencias de prensa suelen estar limitadas a periodistas que pertenezcan a ellos. El sistema kisha japonés es considerado único en el mundo.
El sistema comenzó en 1890 como reacción a la prohibición impuesta por la primera dieta, o parlamento, imperial que le negó el acceso a los medios a las sesiones de debate.
En respuesta, un reportero del diario Jiji Shinpō, uno de los más influyentes de Japón en esos años, formó el Grupo de Periodistas Visitantes de la Dieta, que presionó al gobierno para que otorgara a sus miembros acceso a los debates parlamentarios.
Se llegó a un arreglo por el cual el gobierno indicaba a los medios lo que quería que supiera el público, que era repetido religiosamente por los órganos de prensa. Publicaciones de todo Japón formaron el Club de Periodistas Asociados, el primer club kisha.
El diario Japan Times señala que existirían unos 1.500 clubes de prensa que vinculan a los medios con las instituciones del gobierno e importantes organizaciones del sector privado.
En la actualidad, las conferencias de prensa son parcialmente abiertas a quienes no están asociados. Varios ministros, como el de Relaciones Exteriores, permiten la asistencia de corresponsales extranjeros.
Algunas agencias de noticias asignan reporteros en el Ministerio de Economía, más allá de su membresía en los clubes kisha. Este sistema se aplica también a los fotógrafos.
Unidades gubernamentales, como el Palacio Imperial, también permiten el acceso a los corresponsales extranjeros, dijo Herman.
"No creo que el sistema nunca haya estado totalmente cerrado a los extranjeros, sino sólo que las reglas eran tan complicadas que era virtualmente imposible convertirse en socio kisha", explicó. "Pero el sistema fue diseñado para ser exclusivo y perpetuar una relación simbiótica entre los productores de noticias y la prensa", agregó.
Con el paso de los años, el sistema generó problemas importantes a los medios extranjeros, que fueron discriminados abiertamente por organismos que celebraban conferencias de prensa sólo para los socios kisha, contó Herman.
"Recuerdo un incidente cerca de Osaka donde se había cometido un asesinato en un centro educativo que atrajo la atención internacional. La policía celebró una conferencia de prensa, pero le impidió el acceso a los corresponsales extranjeros porque no eran socios kisha", explicó.
"En su conjunto, la falta de información, la menor independencia y la menguante curiosidad convierten a los periodistas de los clubes en un objeto fácil de influir, o manipular, por parte del organismo estatal", opinó Taniguchi.
La Unión Europea declaró en 2003 que "el sistema de clubes de prensa japonés actúa como barrera comercial, ya que excluye a los corresponsales extranjeros de las conferencias de prensa".
El ex primer ministro Shinzo Abe, quien renunció en septiembre de 2007 luego de apenas un año de gobierno, también intentó levantar las restricciones a la prensa extranjera, pero no tuvo éxito.
"Quedaría sumamente sorprendido si el gobierno de Hatoyama logra abolir el sistema o, si eso resulta demasiado, sortearlo de alguna manera", manifestó Taniguchi.