INDIA: Agricultura mejora autoestima de mujeres con VIH

Hasta hace cuatro meses, Mugil apenas salía de la casa de sus padres en una aldea de este distrito del sur de India. Prefería quedarse adentro y dedicarse a las tareas domésticas. Pero todo cambió gracias a un innovador proyecto agrícola.

"No tenía ni idea de cómo cruzar la calle y me aterrorizaba sólo ver un autobús", confesó Mugil, viuda de 33 años, sin hijos.

Ahora no sólo cruza la calle sino que se toma el autobús, se baja 12 kilómetros después y camina varios más hasta el campo donde trabaja sembrando maní y tomate.

Junto a otras 19 mujeres, todas portadoras del virus de inmunodeficiencia humana (VIH), causante del síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida), Mugil trabaja duro con la esperanza de lograr una buena cosecha, con suerte en octubre, y obtener sus primeros dividendos.

Una organización multinacional les cedió el derecho de usufructo sobre varias hectáreas, aledañas a la aldea de Radhapuram, en el distrito de Thirunelveli, en el meridional estado indio de Tamil Nadu.
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La unidad de Responsabilidad Social Corporativa de la Fundación Suzlon, con sede en el central estado de Maharashtra, y la Red Nacional de Mujeres Positivas (PWN+ por sus siglas en inglés), con sede en la capital de Tamil Nadu, llevan adelante el innovador proyecto "Cultivemos Radhapuram", iniciativa única en el país.

La PWN+ identificó a varias mujeres de los alrededores de Radhapuram a fin de contribuir a fortalecer su organización y desarrollar capacidades para funcionar de forma democrática, realizar actividades colectivas redituables para poder ganarse la vida, y mejorar su autoestima para poder lidiar con distintos desafíos.

El esfuerzo llevó a la creación de la Red de Mujeres Positivas de Thirunelveli (TPWN+), presidida por Mugil.

La Fundación Suzlon les cedió unas 18,5 hectáreas y otros insumos como 152 cocoteros, una casa con electricidad y bomba de agua por tres años. El acuerdo fue firmado el 26 de abril de este año y al mes las mujeres ya estaban trabajando la tierra.

"El mes pasado cultivamos 1.700 cocoteros. Cada una se quedó con 10 árboles y vendimos el resto a unos 0,06 dólares cada uno. Con el dinero que ganamos abrimos una cuenta bancaria", explicó Mugil.

El grupo muestra gran coraje y resiliencia, pese a que rechazaron y fueron rechazadas por la sociedad por ser portadoras del VIH.

"La mayoría de nosotras nunca habíamos cultivado", señaló Gayatri, de 38 años. "Solíamos trabajar con nuestras familias enrollando cigarrillos como los niños. Cuando vimos la vasta extensión de tierra nos asustamos, pero a medida que comenzamos a trabajar y recibimos capacitación, tomamos fuerza y dimos todo de nosotras. De hecho, sentimos que nada nos es imposible".

"Les decimos que usen abono orgánico, no pesticidas, por el VIH", explicó Ravikularaman Ramasamy, gerente de la unidad de Responsabilidad Social Corporativa, de la Fundación Suzlon. "También les recomendamos que primero consuman lo que producen y después vendan lo que les quede. Es importante que estén bien alimentadas para fortalecer su sistema inmunológico".

Cada una de las participantes llegó con un capital semilla de 41 dólares y la Fundación aportó 2.058 dólares para este año, que se entregan en cuotas de unos 514 dólares.

Los términos, las condiciones y los planes para los próximos dos a tres años serán revisados cuando haya pasado un año de iniciado el proyecto, explicó Ramasamy.

"Nuestro objetivo es identificar y facilitar la participación de sectores menos favorecidos de la sociedad, incluidas mujeres portadoras de VIH, y exceder los objetivos de la Fundación para colaborar con el gobierno y organizaciones no gubernamentales para mejorar la asistencia", añadió.

"Les desaconsejamos el monocultivo porque es preferible diversificar las especies para que tengan diferentes ciclos. Es mejor para la tierra", indicó el coordinador del proyecto S. Lekshmaan.

La iniciativa recién comienza, alertó, y llevará un tiempo antes de que las mujeres puedan obtener réditos económicos. Pero ya ganaron en autovaloración y confianza.

"Por primera vez en la vida tenemos la oportunidad de mezclarnos con otra gente", se alegró Prema, de 39 años..

"Antes teníamos un gran complejo de inferioridad. Ahora nos incentiva sólo ver el escepticismo de los hombres respecto de nuestra capacidad para cultivar la tierra", relató.

La organización Sathi All for Partnerships (SAFP), con sede en Nueva Delhi, actuó como facilitadora entre PWN+ y la Fundación Suzlon.

"Nos acercamos a la Fundación Suzlon, a varias organizaciones estatales y a Unifem (Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer) a fin de mejorar los recursos disponibles para las mujeres en tres estados: Delhi, Tamil Nadu y Kerala", señaló la directora de SAFP, Shivani Bhardwaj.

"El proyecto piloto de Radhapuram es el primer acuerdo público privado que se propone fortalecer los recursos femeninos en la zona", apuntó.

"Suzlon estaba dispuesta a mejorar el sustento de las comunidades pobres. Para ello identificó a las más necesitadas pero capaces de asumir el desafío y decidimos trabajar con PWN+", relató Seemantinee Khot, de la unidad de Responsabilidad Social Corporativa de la fundación.

"Trabajar al aire libre me vino de maravillas. Me siento saludable trabajando la tierra", relató Gayatri. "La próxima recolección nos llena de optimismo. Tenemos esperanzas de obtener una buena cosecha de maní".

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