EEUU-HONDURAS: Zelaya pide más severidad a Obama

El derrocado presidente de Honduras, Manuel Zelaya, instó a su par de Estados Unidos, Barack Obama, a tomar medidas más severas contra el gobierno de facto instalado en ese país de América central.

Crédito: UN DPI Photo
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"Creo que (Estados Unidos) no puede poner en peligro su prestigio y rendirse ante un pequeño grupo de personas favorables al golpe, y no aceptar la opinión de la comunidad internacional", afirmó en una conferencia celebrada en la Escuela Elliot de Asuntos Internacionales de Washington. "Éste es el primer arrebato a la democracia durante la administración de Obama".

En la víspera de su encuentro este jueves con la secretaria de Estado (canciller) estadounidense, Hillary Clinton, Zelaya expresó su deseo de que la administración de Obama denuncie las violaciones a los derechos humanos que sostuvo comete el gobierno de facto de Roberto Micheletti para suprimir el apoyo popular a su regreso.

"Las Fuerzas Armadas fueron corrompidas por una elite", dijo el mandatario hondureño, señalando que su remoción en junio fue un ataque contra la democracia por parte de una oligarquía opuesta a las reformas sociales y económicas.

También dijo desear que el gobierno de Obama calificara oficialmente de golpe de Estado lo ocurrido en Honduras.
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Washington no se habría referido aún formalmente al derrocamiento de Zelaya como golpe de Estado para no tomar las medidas diplomáticas que eso conllevaría, como privar a ese país, con 70 por ciento de sus 7,5 millones de habitantes en la pobreza, de recibir 135 millones de dólares de asistencia de la Corporación para el Desafío del Milenio.

Hace más de un mes, Estados Unidos suspendió millones de dólares en asistencia militar y antidrogas a Tegucigalpa, y retiró las visas de varios funcionarios del gobierno de facto, pero no suspendió toda la ayuda.

Aunque condenó el golpe, Obama ha sido renuente a apoyar la causa del regreso de Zelaya al gobierno. Incluso, en una carta el 4 de agosto al senador Richard Lugar aclarando su postura sobre Honduras, la Casa Blanca mostró cierto distanciamiento con el derrocado mandatario hondureño.

Sin embargo, más recientemente, el Departamento de Estado pareció redoblar su presión al gobierno de facto de Micheletti al expandir la suspensión de visas, incluyendo las no urgentes y las de no inmigrantes.

La semana pasada, la agencia de noticias Reuters informó que funcionarios del Departamento de Estado habían recomendado a Clinton llamar oficialmente golpe de Estado el derrocamiento de Zelaya y suspender toda ayuda bilateral.

La reunión de Clinton con Zelaya prevista para este jueves es un nuevo indicio de que el gobierno de Obama está adoptando una línea más dura con el régimen de Micheletti.

Algunos analistas de derecha condenan lo que consideran intervencionismo de parte de Washington.

En su columna del 31 de agosto en el periódico The Wall Street, Mary Anastasia O’Grady comparó el papel de Estados Unidos en las negociaciones a las de un "matón", y se quejó de que el gobierno de Obama estuviera permitiendo que el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, propagara su influencia en América Latina.

"Para Chávez, el regreso del señor Zelaya al poder es crucial", escribió O’Grady. "El venezolano está activamente propagando su evangelio marxista en toda la región, y el señor Zelaya es su hombre en Tegucigalpa".

Sin embargo, el martes Chávez expresó sus dudas de que Zelaya pueda regresar al cargo antes de que termine su periodo de gobierno en enero.

Según Vicki Gass, experta en Honduras para la Oficina de Washington sobre América Latina, la estrategia del gobierno de facto es realizar elecciones para obtener la legitimación de la comunidad internacional

El gobierno de facto tiene previsto realizar elecciones en noviembre, pero la Organización de Estados Americanos ya anunció que no reconocerá un gobierno elegido en esos comicios.

Mientras analistas de derecha sostienen que la remoción de Zelaya fue legal y por la defensa de la democracia en Honduras, muchos observadores de los derechos humanos son cada vez más críticos de las acciones tomadas por el régimen de Micheletti para suprimir el disenso.

Varias organizaciones internacionales, incluyendo Amnistía Internacional y Human Rights Watch, han denunciado violencia contra manifestantes opositores al golpe así como intimidaciones a la prensa.

El propio Zelaya afirma que, desde junio, 1.500 personas han sido detenidas por razones políticas, y que muchos de sus partidarios han sido víctimas de golpizas, violaciones y asesinatos.

El mandatario también señaló que el reciente nombramiento de Billy Joya, ex líder de un escuadrón de la muerte, es un retroceso para los derechos humanos.

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