Gobernantes sudamericanos y africanos comenzaron en esta isla venezolana del Caribe su segunda cumbre en tres años, para asentar al menos sobre el papel las posibilidades de cooperación entre ambas regiones y compartir posiciones sobre temas álgidos de la agenda internacional.
A esta cumbre Sur-Sur llegan más de 20 jefes de Estado y de gobierno y otras autoridades de unos 60 países para "refrendar una declaración que anuncie la multipolaridad (de poderes regionales), rescatar y salvaguardar nuestra cultura y nuestra identidad", según proclamó el presidente anfitrión, Hugo Chávez.
Pero más allá de la declaración final, "el éxito de la cumbre se medirá en el seguimiento de los acuerdos de cooperación binacionales o regionales que se establezcan y puedan ser evaluados en la próxima cumbre, en 2011", dijo el vicecanciller de Venezuela para África, Reinaldo Bolívar.
También más allá de la densidad del documento que se adopte o de su cumplimiento efectivo, la sola reunión de los gobernantes de las dos regiones es una señal de interés renovado por la cooperación Sur-Sur, al cabo de una semana en la que la agenda internacional estuvo marcada por cumbres.
Inmediatamente antes del comienzo del 64 período de sesiones de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), se efectuó también en Nueva York una cumbre animada por el secretario general del foro mundial, Ban Ki-moon, para tratar el cambio climático.
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Luego le llegó el turno en la nororiental ciudad estadounidense de Pittsburg a los gobernantes del Grupo de los 20 (G-20), conformado por los ocho países más industrializados, 11 naciones emergentes y un representante de la Unión Europea.
Los primeros en llegar a Porlamar, en la isla de Margarita, para esta cumbre fueron los mandatarios Mamadou Tandja, de Níger, y Tabaré Vázquez, de Uruguay, y el más vistoso resultó ser el líder libio y presidente de turno de la Unión Africana, Muamar Gadafi, quien por primera vez pisa suelo latinoamericano.
Para Gadafi, por cierto, instaló su "jaima" (tienda de campaña) tradicional libia en la playa del lujoso hotel Hilton de esta isla sede del encuentro, por contraste con la prohibición de las autoridades neoyorquinas para que instalase una similar en esa urbe.
Una fuente de la organización de la cumbre dijo que Gadafi no dormirá en la jaima sino en una habitación del hotel y algunos de sus subordinados ocuparán la tienda de campaña.
Los mandatarios se abstuvieron de ofrecer declaraciones a medida que llegaban a la cumbre, que se desarrollará este sábado hasta la tarde, cuando se prevé la instalación formal de la reunión y la pose para una fotografía de grupo.
Antes de reunirse con sus invitados, Chávez dijo que nosotros aspiramos que Caracas se convierta en un centro de llegada, de actividades y conexiones para África con otros países de Centro, Sudamérica y el Caribe".
Pero junto con la cooperación posible "pues sólo nos separa un canal, el océano Atlántico", el gobernante venezolano ha destacado la necesidad de convergencia política. "Esta es una cumbre para las luchas del Sur, pues el imperio (Estados Unidos) no quiere que nos unamos", dijo.
"Los países de África están revisándose, y están retomando la tesis del socialismo africano", sostuvo Chávez, quien ha propuesto para su país y otros de América Latina un cambio político que ha bautizado "Socialismo del siglo XXI".
Si en el frente político destaca Venezuela, en el económico el gran articulador es Brasil, cuyo comercio con África llegó a casi 26.000 millones de dólares en 2008, cuando era de sólo 5.000 millones en 2002, y ha invertido en la agricultura africana más de 4.000 millones de dólares en los últimos cinco años.
El tema de la energía, sea para producción de biocombustibles o para acuerdos sobre explotación del subsuelo marino en el sur del océano Atlántico es constantemente planteado por Brasil a sus interlocutores africanos.
Venezuela, cuya diplomacia se sustenta en buena medida en acuerdos de cooperación petrolera (ofrece combustible con pago parcial de la factura mediante créditos blandos a los pequeños países vecinos), ha lanzado la idea de nuevas alianzas con África.
El ministro venezolano de Energía, Rafael Ramírez, recordó este viernes que entre África y América del Sur tienen 24 por ciento de las reservas petroleras del mundo, al sumar las contenidas en yacimientos de Bolivia, Brasil, Ecuador y Venezuela con las de Angola, Libia y Nigeria. También hay crudo abundante en Chad y Gabón.
Angola, Argelia y Libia son miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo, así como Ecuador y Venezuela, pero sus entendimientos en materia de energía no han rebasado hasta ahora los acuerdos tejidos tras las paredes de la OPEP.
Venezuela ha planteado la posibilidad de construir en Mauritania una pequeña refinería, capaz de procesar de 30.000 a 40.000 barriles diarios de crudo y la cual podría abastecer a las vecinas Gambia, Malí y Níger.
Los mandatarios instruirán a comités ministeriales el seguimiento de sus instrucciones para el tendido de acuerdos en comercio, inversiones, turismo, transporte, minería, energía, agricultura, ambiente y telecomunicaciones..
Los borradores dan creciente importancia a las organizaciones Unión Africana y Unión de Naciones Sudamericanas.
Bolívar dijo que volverá a plantearse con fuerza la idea de hacer reformas que democraticen a la ONU, y la declaración reiterará posiciones del Sur en su exigencia de que las naciones del Norte industrializado asuman mayores compromisos respecto del cambio climático, un comercio internacional más justo, la lucha contra la pobreza y la superación de la crisis financiera global que nació el año pasado en Estados Unidos.