Vanessa Madrigal era secretaria en una clínica privada de la capital de Costa Rica y perdió su trabajo un mes después de regresar de una licencia maternal, en una de las olas de despidos que han sacudido América Central desde que la economía mundial fue arrastrada por el tsunami financiero.
"Me dieron una carta de despido con el argumento de reestructuración de personal. La noticia me tomó por sorpresa porque me esforcé porque la lactancia no afectara mis obligaciones. Desde hace seis meses no consigo empleo porque no tengo quién me cuide a mi hijo y mi pareja es quien tiene toda la responsabilidad", explicó a IPS.
Según previsiones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), más de medio millón de personas quedarán cesantes en América Central y República Dominicana al finalizar este año.
La OIT detalla que en el istmo hay 37,6 millones de personas en edad de trabajar, de las cuales 55,4 por ciento conforman la fuerza laboral. De estos 20,8 millones de personas, un millón 270.000 carecen ya de empleo y otros 500.000 se quedarán sin él en lo que queda de 2009.
Si el pronóstico se cumple, el promedio subregional de desempleo pasaría a afectar a 9 por ciento de la población activa, tres puntos más que antes, lo que representaría un retroceso de cinco años en materia de empleo, con sus secuelas socioeconómicas para el istmo.
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Y la mayoría de los afectados por el desempleo están siendo y serán mujeres, según diferentes organismos internacionales, como la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y organizaciones no gubernamentales que trabajan el tema.
El cálculo es que el desempleo femenino por impacto de la crisis mundial es hasta ahora superior al masculino entre tres y cuatro puntos porcentuales, como promedio latinoamericano, dijo en julio la secretaria ejecutiva de CEPAL, Alicia Barcena.
En Centroamérica, aunque no hay cifras oficiales sobre el tema, hay coincidencia en que el impacto es aún mayor porque las mujeres centroamericanas, con poca escolaridad y preparación técnica, están ubicadas, laboralmente, en sectores muy susceptibles a la crisis: la industria del vestido con sus maquiladoras, las flores, y el comercio.
EMPLEO VULNERABLE
"La crisis económica tiene rostro de mujer", afirmó en Nicaragua a IPS Sandra Ramos, Directora Ejecutiva del Movimiento de Mujeres Empleadas y Desempleadas "María Elena Cuadra", ante el despido masivo de mujeres en empresas bajo el régimen de Zonas Francas.
Para fines de junio, detalló, el recorte de horas laborales y cierre de maquilas había dejado sin empleo a 4.364 mujeres, de las cuales, cerca de dos mil son madres solteras y jefas de hogar.
La crisis se había hecho evidente ya en el último trimestre de 2008, cuando 27.000 mujeres perdieron el trabajo, al cerrar maquiladoras por la baja de ventas en Estados Unidos.
La maquila, la industria de la producción para exportar que se instala en países pobres para beneficiarse de exenciones impositivas y flexibilidad laboral a cambio de favorecer la ocupación, es determinante en América Central para el empleo femenino hasta un nivel que hasta las frías estadísticas desnudan.
En Nicaragua, 70,7 por ciento de los empleos que genera esa industria son ocupados por mujeres; 82 por ciento en El Salvador, 74,8 por ciento en Guatemala, 70 por ciento en Honduras. De todas ellas, 51 por ciento tiene entre los 18 y 24 años. Los datos son del Centro de Estudios para el Desarrollo de la Mujer, con sede en Chile.
En Guatemala, 62 por ciento de las personas despedidas en la primera mitad del año fueron mujeres, afirmó Rosario Escobedo, del Sector de Mujeres, organización de la Coordinadora 8 de Marzo, durante un foro sobre "El impacto de la crisis económica en las mujeres".
Durante 2008, en ese país el sector de la maquila ofrecía unos 80.000 puestos de trabajo, pero el primer trimestre de 2009 se redujo a 60.000, debido a la caída de las exportaciones.
La Comisión de Vestuario y Textiles de la Asociación de Exportadores de Guatemala aseguró que entre enero y febrero del 2009, las exportaciones de textiles cayeron 31 por ciento, respecto al mismo período del año pasado.
Briggitte Obrock, coordinadora de la Comisión de Plantas Ornamentales de esa misma asociación exportadora afirmó que la producción en el sector había caído hasta marzo en al menos 10 por ciento, con su consecuente caída de empleo.
Se trata de un sector que da empleo a 60.000 personas, 20.000 en forma directa. De estas últimas, 80 por ciento son mujeres.
EFECTO DOMINÓ
En Honduras, analistas y medios informativos coincidieron este mes que durante 2009 la crisis ha dejado hasta ahora 13.000 personas sin empleo, 8.000 de ellos en la maquila. Eso después que en 2008 se perdieron en el país 120.000 puestos de trabajo, 28.000 en la maquila.
Guillermo Matamoros, representante de la Asociación Hondureña de Maquiladores, destacó una paradoja del sector: es una industria que emplea en 70 por ciento a mujeres porque las considera muy responsables, pero son las primeras que despide cuando hay problemas.
"El impacto es mayor si se tiene en cuenta que, en promedio, cada empleo perdido en la maquila impacta en otros cuatro empleos indirectos. Eso quiere decir que si hay 9.000 mujeres desempleadas, hay 68.000 personas cuya situación económica se ha visto afectada con la crisis", afirmó Matamoros.
Costa Rica es un caso distinto. La mayor parte de las maquiladoras abandonaron el territorio años atrás por los altos costos sociales. El país optó por buscar empresas de alta tecnología con el fin de lograr salarios más altos y mayor tecnificación de la mano de obra.
Por ello, los sectores más golpeados son la hotelería y la construcción, aunque está lejos de escapar a la crisis.
Para el viceministro del Trabajo, Eugenio Solano, Costa Rica podría terminar el año con un desempleo de 7 por ciento, cuando en 2008 cerró con una tasa de 4,9 por ciento, aunque precisó a IPS que es una previsión que debe ser confirmada por un estudio estadístico oficial sobre el problema, actualmente en elaboración.
Cifras oficiales situaron al cierre de 2008 la participación femenina en el mercado laboral en 41,7 por ciento, pero en cambio en materia de desempleo las mujeres sobrepasan 48 por ciento de las 101.905 personas afectadas.
Adriana Ramírez fue despedida de su puesto de recepcionista en una empresa de servicios este mismo mes de agosto, cuando ella y su esposo planificaban la llegada de su primer hijo.
"Mi jefe me dijo que iba a hacer modificaciones en mi puesto. Pero el hecho es que me despidió apenas unos días después de que comenté a unas compañeras que buscaba quedar embarazada. Ahora este deseo tenemos que posponerlo porque necesitamos el salario de los dos", explicó Ramírez a IPS.
Ramírez y Vanessa Madrigal están convencidas de que su despido se conectó con la maternidad, aunque no puedan demostrarlo. La primera sufrió lo que expertos llaman "despido preventivo" y que se agudiza durante las crisis, cuando las empresas recurren a diferentes argucias para evitar tener a una empleada ausente tres o cuatro meses.
"Hemos encontrado que algunos patronos ignoran lo que señala la ley: Que no se pueden despedir a mujeres embarazadas o después del parto", dijo a IPS Erick Briones, jefe del departamento de Inspecciones del Ministerio de Trabajo, aunque también citó casos de "mujeres que creen que al estar embarazadas pueden faltar al trabajo".