AFGANISTÁN: El Pentágono quiere más tropas

Un informe que el comandante de Estados Unidos en Afganistán presentó al presidente Barack Obama recomendaría el incremento de las tropas en ese país de Asia central , aunque sólo 25 por ciento de los estadounidenses estarían a favor de la medida.

Crédito: Depto. Defensa de EEUU
Crédito: Depto. Defensa de EEUU
El informe del general Stanley McChrystal sobre el rumbo de la guerra contra el movimiento islamista Talibán y la red extremista Al Qaeda sería la base de una recomendación para que Obama autorice el incremento de las tropas y detenga el deterioro del esfuerzo bélico en Afganistán, al que McChrystal calificó previamente de "grave", pero con recuperación posible.

El ministro de Defensa, Robert Gates, y el presidente del Estado Mayor Conjunto, Michael Mullen, en una conferencia de prensa celebrada el jueves evitaron las preguntas sobre el contenido del informe confidencial que será analizado por Obama la próxima semana con carácter de urgente, en virtud de la creciente insatisfacción pública con la guerra. Gates negó que el gobierno esté perdiendo el control de la guerra, aunque reconoció que sí está cayendo el respaldo de la opinión pública en Estados Unidos. "Tenemos un tiempo limitado para demostrar que esta (nueva) estrategia está funcionando", declaró Mullen en la conferencia de prensa celebrada en el Pentágono, sede del Departamento de Defensa.

Una encuesta de la cadena televisiva CBS reveló esta semana que 41 por ciento de los entrevistados quieren que la cantidad de soldados estadounidenses en Afganistán se reduzca, un aumento de ocho puntos porcentuales desde abril. El número de quienes opinan que Washington debe enviar más tropas cayó 14 puntos. Sólo 25 por ciento cree que es necesario aumentar las fuerzas.

Sólo 48 por ciento de los entrevistados aprueban la forma en que el presidente Obama maneja la contrainsurgencia en Afganistán.
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En la conferencia de prensa, los reporteros sugirieron que la falta de objetivos claramente definidos son motivos claves del desencanto del público. Gates respondió que Obama había sido "clarísimo" sobre las metas de la guerra en un discurso pronunciado recientemente ante los Veteranos de Guerras Extranjeras.

Gates señaló que es importante recordar que los atentados del 11 de septiembre de 2001 se originaron directamente en Afganistán, que alberga la base mundial de Al Qaeda y ofrece un refugio seguro para el terrorismo.

"Estamos en Afganistán no tanto para construir la nación sino para darle (al país) la capacidad de oponerse a Al Qaeda… y mantener el esfuerzo durante un largo período", afirmó.

Sería un éxito que "las fuerzas de seguridad nacional afganas asumieran un rol mayor en la protección de su territorio" mientras las tropas de Estados Unidos adquieren un papel cada vez más secundario, sostuvo el ministro Gates.

Obama reconoce que el problema es regional, no limitado por las fronteras nacionales, y que la recuperación del rumbo de la guerra depende mucho de la estabilidad del vecino Pakistán, con el que Afganistán comparte una extensa frontera plagada de grupos extremistas.

Gates también dijo que la "huella" que dejen las fuerzas de Estados Unidos, o sea el impacto y la influencia en la población afgana, sigue siendo un tema problemático, similar al que los comandantes perciben en Iraq. No obstante, confía en que la nueva estrategia de McChrystal, basada en la protección de la población civil, mitigue el impacto de la llegada de más tropas.

Pero Gates advirtió que no se deben comparar las situaciones militares de Iraq y Afganistán, debido a las diferencias fundamentales que existen entre las dos sociedades, principalmente porque la afgana nunca tuvo un estado centralizado fuerte a lo largo de su historia.

"Es un verdadero error comparar a Iraq con Afganistán", dijo.

Figuras de la derecha comenzaron a manifestarse contra la guerra, como el columnista George Will, que en una editorial del diario The Washington Post opinó que Estados Unidos debe abandonar sus esfuerzos de construcción nacional en Afganistán y comenzar a retirar sus tropas.

"Las fuerzas deben reducirse sustancialmente", dijo Will. Estados Unidos se debe limitar a operar desde afuera del territorio afgano, mediante "el uso de los servicios de inteligencia, misiles crucero, ataques aéreos y pequeñas unidas de fuerzas especiales", concentradas en la frontera con Pakistán, agregó.

Para Gates, las recomendaciones de Will son "poco realistas" porque la contrainsurgencia es imposible si no se cuenta con soldados en el terreno. "La idea de que se puede llevar a cabo una campaña exclusivamente antiterrorista, a la distancia, no concuerda con la realidad", afirmó.

Mullen estuvo de acuerdo. "No hay forma de derrotar a Al Qaeda a la distancia", dijo.

A los problemas que enfrenta Estados Unidos en la región se suman las polémicas elecciones presidenciales del 20 de agosto, plagadas de denuncias de fraude e intimidación de los votantes.

La Comisión Electoral Independiente recibió más de 600 denuncias de irregularidades consideradas serias, informó la cadena británica BBC, y la normativa vigente impide el anuncio oficial de los resultados electorales hasta que todas las quejas se hayan investigado. Eso podría demorar el escrutinio final hasta fines de septiembre.

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