México creó un observatorio sobre la presencia de organismos genéticamente modificados, pero ambientalistas lo consideran una medida cosmética. La Red Mexicana de Monitoreo de Organismos Genéticamente Modificados, que estará integrada por delegados de gobierno, empresas y organizaciones sociales, vigilará la presencia de esos productos en el país y las investigaciones para su desarrollo.
“El gobierno mexicano maneja un doble discurso en materia de bioseguridad. Anuncia este control, pero está por aprobar la siembra experimental de maíz transgénico”, dijo a Tierramérica la activista Aleira Lara, de Greenpeace.
La organización ambientalista denunció la presencia de maíz transgénico en seis de los 32 estados mexicanos, así como la importación de semillas modificadas.
Desde 2005, México cuenta con la Ley de Bioseguridad de Organismos Genéticamente Modificados, que regula el uso de esas variedades.