El agua del alcantarillado doméstico urbano, procesada para quitarle residuos sólidos y parte de las sustancias orgánicas, sirve de riego fertilizante que aumenta 50 por ciento la productividad de la caña de azúcar en Brasil. La técnica, desarrollada desde 2005 por el agrónomo Rafael Leal, de la Universidad de São Paulo, se probó también en cultivos de maíz, café y girasol.
El efluente tiene mucho nitrógeno y fósforo, por eso provoca exceso de algas y mortandad de peces en los ríos. Pero “usado en la agricultura se evita ese riesgo y se aprovechan los nutrientes”, explicó Leal a Tierramérica. Sin embargo, no se puede emplear en el cultivo de productos que se consumen crudos, alertó.
La práctica merece subsidios públicos, por beneficiar ambiente y salud, además de ahorrar fertilizantes, sostuvo.