Siete frigoríficos y dos exportadoras del septentrional estado brasileño de Pará se comprometieron a no adquirir carne y ganado de áreas deforestadas ilegalmente en la Amazonia. Las nueve empresas son parte de las 13 acusadas por la fiscalía de complicidad en delitos ambientales cometidos por hacendados ganaderos.
Ahora hay que controlar el cumplimiento del Término de Ajuste de Conducta firmado por los empresarios, según Roberto Smeraldi, director de Amigos de la Tierra/Amazonia Brasileña, organización pionera en denunciar la deforestación provocada por la ganadería.
“La principal dificultad es controlar la fase de cría, que es tercerizada a haciendas más informales, que no venden el ganado directamente a los frigoríficos”, advirtió a Tierramérica.
Brasil es el cuarto exportador mundial de vacunos y el primero en volumen de carne.