El no gubernamental Instituto de Conservación de Ballenas de Argentina celebró la decisión de la Organización Marítima Internacional (OMI) de regular la navegación en aguas de la Antártida para preservar el ambiente. La OMI, dependiente de la Organización de las Naciones Unidas, elaboró en julio una serie de medidas como la exigencia, a partir de 2011, de emplear un determinado combustible y elevar la resistencia de los cascos de los navíos que surcan las aguas del Atlántico Sur, donde se halla el Santuario Ballenero Austral, entre otras medidas.
“Más allá de la protección de las aguas, la regulación representa un freno al programa de cacería científica de ballenas que lleva adelante Japón”, pues sus buques factorías no podrían cumplir esas normas, dijo a Tierramérica Roxana Schteinbarg, del Instituto de Conservación.
Según esta entidad, Japón captura anualmente unas 900 ballenas en el Atlántico Sur y en el Pacífico Norte.