SALUD-ARGENTINA: Acosados por gripe A

Con los centros de salud atestados de personas, Argentina sufre la paralización de la mayoría de las actividades en los espacios públicos debido al temor por la expansión de la gripe A, que arroja un saldo provisorio de 60 muertos y según proyecciones afecta a más de 100.000 personas.

El aislamiento, que se acrecienta con cada hora, fue la propuesta más contundente de las autoridades para prevenir la pandemia, y la población, atemorizada, acató la decisión y procura permanecer en sus casas, excepto cuando se debe ir al médico o a la guardia hospitalaria.

Las clases en todos los niveles de enseñanza estatal y privada están suspendidas por lo que resta del mes, una decisión que extiende el periodo habitual de vacaciones de mitad de año.

También las embarazas fueron exceptuadas de concurrir a sus empleos, mientras que la administración pública licenció al personal con hijos menores de 14 años, la justicia adelantó su feria (vacaciones) de invierno, el Congreso legislativo se llamó a un prolongado receso y los teatros permanecerán cerrados por 10 días desde el lunes.

"La demanda es siempre mucho mayor a lo normal en esta época del año", admitió ante IPS el médico Juan Rodríguez del Sel, del hospital Durand de Buenos Aires, en la primera línea de batalla contra la enfermedad cuyo brote se verificó hace 45 días y que coincidió con el invierno austral y la irrupción de las habituales afecciones respiratorias que llegan con el frío.
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"La mayoría no son cuadros serios, pero ahora estamos viendo casos nada habituales de población joven con infecciones respiratorias agudas graves, que en 48 horas de empezar con los síntomas terminan internados con respirador artificial", informó el médico. Se trata de "gente sin antecedentes, menores de 30 años", precisó.

El Ministerio de Salud de Argentina estima que 97 por ciento de las personas con síntomas gripales hoy tienen el virus A/H1N1. Se infieren entonces que los contagiados serían alrededor de 105.000. Sobre ese total, 90 por ciento son cuadros asintomáticos, leves o moderados, y una minoría se agrava y evoluciona rápidamente hacia una neumonía.

Por su parte, el jefe de medicina del Hospital Gutiérrez e integrante del gubernamental Comité de Crisis, Eduardo López, proyectó este martes 107.000 casos, según cálculos hechos a partir del modo en que se difunde el virus.

La Organización Mundial de la Salud confirma 60 muertes por influenza A/H1N1 hasta el lunes en Argentina y 16 en Chile, los dos países más afectados de América del Sur.

Frente a esta perspectiva, las autoridades resolvieron el lunes ampliar el suministro de antivirales a todos aquellos contagiados que manifiesten síntomas aunque sean leves. Para ello, el Estado distribuyó más de 300.000 dosis y espera repartir otras 500.000, una previsión que augura un aumento todavía mayor de casos.

Las autoridades sanitarias del gobierno centroizquierdista de Cristina Fernández recibieron esta semana una millonaria partida presupuestaria para atender gastos adicionales de respiradores y medicinas para el tratamiento gratuito de por lo menos medio millón de pacientes. También habrá dinero extra para contratar personal y adquirir otros insumos.

Un referente de la organización no gubernamental Red Solidaria, que trabaja codo a codo con las autoridades en esta emergencia, comentó que se estima que serán cuatro millones las personas que se contagiarán de la gripe en Argentina.

Juan Carr, de esa organización, explicó que la mitad de ese estimado carecerá de síntomas pero pueden contagiar. Del resto, sólo 18 por ciento asistirá a la consulta y muy pocos evolucionarán a un cuadro grave.

Pero lo que preocupa a la población es que el perfil de los pacientes que derivan en cuadros severos no es claramente definido hasta ahora. Sólo se insiste en que las embarazadas son un grupo de riesgo.

Los expertos del ministerio relativizan la situación al recordar que tradicionalmente la influenza estacional causa entre 3.000 y 4.000 muertes al año en Argentina, la mayoría de personas vulnerables. Se trata de recién nacidos, mayores de 65 años, personas inmunodeprimidas o con enfermedades respiratorias crónicas, diabetes o afecciones cardíacas.

La alarma de esta pandemia refiere a que la mayoría de los casos son personas sanas que comienzan con fiebre y tos y en dos días derivan en un cuadro agudo que requiere internación en el área de cuidados intensivos. En prevención de esos cuadros se resolvió medicar a todos los que manifiesten síntomas.

La pandemia alteró por completo el típico trajín de Buenos Aires y los municipios de sus alrededores debido al temor de la población al rostro más letal de la gripe. La población permanece en sus casas y los hospitales, si bien están respondiendo a la demanda, lo hacen a costa de un esfuerzo extraordinario de sus recursos humanos.

Largas filas de pacientes esperan su turno en las guardias, día y noche. "Tiene fiebre, resfrío y tos", contó a IPS Ada Martínez, quien fue con su pequeño de tres años a la consulta en el Hospital de Niños de la localidad de San Isidro, en el área metropolitana norte de Buenos Aires, y esperó más de dos horas con el barbijo puesto, tanto ella como el niño.

En la capital argentina, donde suele ser eficiente el servicio de pediatra a domicilio, las demoras llegaron a ser de 48 horas en las últimas semanas y hubo que entrenar al personal para que discrimine si los síntomas del paciente requieren la visita urgente de un facultativo.

Las escuelas dejaron de recibir a los alumnos, algunos desde la semana pasada, otros desde el lunes. Los familiares fueron en busca de tareas para el hogar. El período de suspensión de clases se extendió del 6 al 19 de este mes en Buenos Aires y la provincia homónima, y a partir de ahí comenzarán las vacaciones de medio año hasta el 3 de agosto.

A los estudiantes secundarios, que asisten a escuelas públicas y privadas, se les envían trabajos por Internet y se les recomiendan títulos para leer.

Los adolescentes tienen los movimientos restringidos al máximo. En múltiples distritos se cerraron gimnasios, discotecas, cibercafés, natatorios y clubes. Los centros de compras, con cines y bares, permanecen abiertos por ahora. Pero el fin de semana, algunas comunas desaconsejaron el ingreso a esos sitios a menores de 18 años.

Los teatros de Buenos Aires, con una importante merma de público, resolvieron este lunes suspender las funciones por 10 días. Los propietarios de las salas cinematográficas se comprometieron a vender menos entradas para que el público no se agolpe y ofrecen gel de alcohol para higienizarse las manos. Pero son pocos los que se animan a ver una película en esa condición.

Las estaciones de trenes y de metro, siempre desbordadas en hora pico, permanecen como en días feriados. Y es que muchas actividades fueron suspendidas. La Corte Suprema de Justicia resolvió adelantar en dos semanas las vacaciones y extenderlas por un mes, igual que en los centros de enseñanza.

Los empleados estatales de la oriental provincia de Buenos Aires con hijos menores de 14 años pueden pedir licencia, y eso hicieron unos 45.000 agentes, que equivalen a 10 por ciento de la plantilla. En el ámbito público y privado, las embarazadas están dispensadas por 15 días. Y operarios de fábricas y de servicios exigen restringir horario.

Ante la falta de personal, las autoridades recomiendan a los usuarios de oficinas públicas que sólo acudan quienes tengan que resolver un trámite urgente. Para los que tengan vencido su registro de conducir, la renovación por 30 días es automática.

En los centros comerciales las operaciones bajaron a la mitad en promedio, aunque en algunos rubros la merma fue mucho mayor, tal el caso de los espacios de juego para niños, y se evalúa el cierre total temporario.

En cambio a las farmacias, librerías y cadenas de alquiler y venta de DVD están de parabienes. En algunos casos crecieron entre 30 y 40 por ciento.

En las farmacias, además de medicamentos, se agotan los cubre-bocas, los pañuelos de papel y el gel de alcohol.

Las reuniones con pocas visitas están a la orden del día y los besos, el saludo más común entre los argentinos, están en retirada. Los médicos no los recomiendan, y los más temerosos los evitan. Los salones de fiesta y cumpleaños registran solo cancelaciones. .

La Asociación de Meretrices de la Argentina, que congrega a las prostitutas de Buenos Aires, estima en 80 por ciento la caída de la demanda y los dueños de hoteles por horas aseguran que hubo una notable disminución en la afluencia de clientes a causa de la epidemia.

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