PAKISTÁN: Población respalda combate al Talibán

La población de Pakistán sigue apoyando en general el combate contra la versión local del movimiento extremista Talibán, pero rechaza rotundamente la campaña militar de Estados Unidos en la región.

Así lo afirma una encuesta difundida por WorldPublicOpinion.org, un proyecto del Programa de Actitudes Políticas Internacionales (PIPA, por sus siglas en inglés), de la estadounidense Universidad de Maryland.

El sondeo se dio a conocer mientras las fuerzas pakistaníes continúan su campaña para expulsar al Talibán del valle de Swat y planean aumentar sus operaciones contra el comandante del movimiento en su territorio, Baitullah Mehsud, en la región de Waziristán del Sur.

Según el estudio, 70 por ciento de los pakistaníes consultados son más favorables a su gobierno que al Talibán, aunque apenas cinco por ciento de ellos dijeron lo contrario.

También, el general Jim Jones, consejero de seguridad nacional del presidente estadounidense Barack Obama, elogió al ejército pakistaní por su campaña en las áreas tribales luego de una reciente reunión con los líderes políticos y militares del país.
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En una entrevista luego de su reunión con el presidente de Pakistán, Asif Ali Zardari, el general Jones dijo que el esfuerzo de ese país generaba una "tremenda confianza" para el futuro.

"Eso se traduce en apoyo popular en Estados Unidos para lo que el gobierno y el ejército están intentando hacer, y eso obviamente nos ayuda en nuestra lucha general. Es un momento estratégico, y la relación definitivamente se está moviendo en la dirección correcta", continuó Jones.

Sin embargo, el respaldo de Estados Unidos no será suficiente para garantizar el éxito de la batalla de Pakistán contra los insurgentes en la Provincia de la Frontera Noroccidental y las Áreas Tribales Federalmente Administradas (FATA).

Mucho más importante es el continuo apoyo de la población de esa provincia, de las FATA y de Pakistán en general.

La encuesta de WorldPublicOpinion.org divulgada el miércoles muestra que la mayoría de los pakistaníes apoyan la campaña de su gobierno contra el Talibán y rechaza la presencia militar de Estados Unidos.

El PIPA realizó 1.000 entrevistas cara a cara entre el 17 y el 28 de mayo. Los consultados reflejaron proporcionalmente la integración étnica y geográfica de Pakistán.

Todas las preguntas se refirieron, principalmente, a la lucha del gobierno central contra el Talibán de Pakistán, la red extremista Al Qaeda, del saudita Osama bin Laden, la campaña de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en Afganistán y los ataques de las fuerzas estadounidenses contra bases rebeldes en Pakistán.

Aunque casi las tres cuartas partes de los pakistaníes entrevistados dijeron aprobar más a su gobierno que al Talibán, apenas 32 por ciento tuvieron una opinión favorable sobre Zardari, quien asumió el mando del Partido Popular de Pakistán (PPP) luego del asesinato en diciembre de 2007 de su esposa, la líder partidaria y ex primera ministra (1988-1990 y 1993-1996), Benazir Bhutto.

Los pakistaníes se mostraron divididos en torno al cese del fuego, que implicó que el Talibán desmantelara sus campamentos de entrenamiento y entregara sus armas pesadas a cambio de que se le permitiera imponer un sistema legal basado en la shariá o ley islámica en partes de la Provincia de la Frontera Noroccidental, incluido el valle de Swat.

Sin embargo, el apoyo al acuerdo de paz cayó levemente, de 45 a 40 por ciento.

Una mayoría de 63 por ciento de los pakistaníes consultados sintieron que los habitantes de Swat se oponían a tal pacto.

Las luchas entre el ejército de Pakistán y el Talibán estallaron luego que el segundo violó el cese del fuego, expandiendo su presencia en áreas que estaban fuera de las designadas por el acuerdo.

La consulta también dio que 69 y 72 por ciento de los entrevistados dijeron confiar en la capacidad del gobierno y el ejército, respectivamente, para manejar la situación.

Cincuenta y cinco por ciento aseguraron tener una imagen negativa de Al Qaeda y 27 por ciento positiva. Y 16 por ciento exhibieron sentimientos encontrados al respecto.

Pese a ello, apenas tres por ciento de los pakistaníes preguntados dijeron sentir que se debería permitir que Al Qaeda opere campamentos de entrenamiento en Pakistán, mientras que 88 por ciento de ellos se manifestaron contrarios a esa idea.

Aunque la mayoría de los pakistaníes no pensaron que el Talibán afgano —comprometido en una guerra con Estados Unidos— estaba operando fuera de Pakistán, casi nueve de cada 10 pensaban que no se debería permitir esas bases. Más de tres cuartas partes dijeron que debería usarse la fuerza militar para eliminarlas.

La mayoría de los encuestados revelaron puntos de vista cínicos sobre las intenciones de Estados Unidos en la región. Ochenta y dos por ciento dijeron sentir que quería imponer una "cultura estadounidense" a las sociedades musulmanas, mientras que 71 por ciento dudaron de su sinceridad en los reclamos de un Estado palestino.

El apoyo pakistaní a Al Qaeda parece basarse ampliamente en lo que se percibe como un disgusto compartido por Estados Unidos, más que en una convergencia de ideales religiosos o ideológicos.

Sin embargo, los resultados de la encuesta, que revelan un amplio apoyo a la campaña del ejército pakistaní contra el Talibán, no hacen que el gobierno asuma que ha hecho lo suficiente para ganarse los corazones y las mentes de la población de la Provincia de la Frontera Noroccidental.

A decir de todos, las fuerzas armadas actualmente cuentan con el apoyo de la mayoría de la población de esa provincia, pero la crisis humanitaria en la región sugiere que el apoyo puede ser fugaz si no se toma medidas para aliviar el sufrimiento de sus habitantes.

Los combates en la Provincia de la Frontera Noroccidental han desplazado a aproximadamente 2,5 millones de personas. Apenas entre 10 y 15 por ciento de ellas pudieron acceder a los alrededor de 20 campamentos oficiales creados para albergarlas.

El resto de esos desplazados están hacinados en escuelas, edificios del gobierno y casas de familiares, amigos y, a menudo, completos extraños.

El director para Pakistán del Comité Internacional de Rescate, Balqias Khan, dijo que las condiciones de vida de los desplazados fuera de los campamentos son "atroces".

"En mis 15 años como profesional de la salud nunca vi condiciones como éstas en Pakistán. Entre el hacinamiento y las malas condiciones sanitarias, el entorno es propicio para un brote importante, a menos que las cosas cambien rápidamente", añadió.

Según un reciente Informe de Situación de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el foro mundial obtuvo apenas 36 por ciento de los fondos requeridos para abordar adecuadamente la crisis de los desplazados.

Los legisladores estadounidenses no están ciegos ante la importancia de brindar asistencia humanitaria a los desplazados en Pakistán. Hasta ahora, Estados Unidos ha sido, por lejos, el mayor donante al fondo de emergencia de la ONU para Pakistán.

El 25 de junio, el Senado de Estados Unidos aprobó por unanimidad un proyecto co-escrito por los legisladores John Kerry y Richard Lugar. El mismo exige triplicar la asistencia civil a Pakistán en los próximos cinco años.

Kerry se refirió al proyecto como "un compromiso histórico de Estados Unidos para con el pueblo de Pakistán".

Luego del receso parlamentario, los congresistas intentarán reconciliar el proyecto con otro similar aprobado por la Cámara de Representantes, para iniciar el flujo de asistencia.

Hasta ahora, la mayor parte de los enfrentamientos han tenido lugar en la Provincia de la Frontera Noroccidental, de donde procede la mayoría de los desplazados. Sin embargo, mientras el ejército pakistaní se prepara para llevar la lucha al baluarte de Mehsud, en Waziristán del Sur, unos 45.000 civiles huyeron del área, anticipando la violencia que vendrá.

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