Las leyes que establecen una cantidad mínima de mujeres que deben ocupar cargos públicos son una clave para extender los valores de equidad, se señaló en el Encuentro de Mujeres Parlamentarias de América Latina y el Caribe, iniciado el lunes y clausurado este martes en Madrid.
El encuentro "Hacia una agenda política para la igualdad de género en América Latina y el Caribe", fue organizado por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), con la colaboración del Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer (Unifem).
Más de 60 parlamentarias de 20 países de América Latina y el Caribe y una veintena de España asistieron a la conferencia. En 11 de esas 20 naciones, ya existen leyes de cuotas y su efectividad se nota en que la proporción de legisladoras fue de 20,5 por ciento del total de escaños en 2008, mientras en los otros nueve fue de sólo 14 por ciento.
Argentina puso en vigor la primera ley de cuotas del mundo, y ese y otros países de la región tienen o han tenido mujeres presidiendo el Poder Ejecutivo, como Chile, Nicaragua y Panamá. Pero sin esas legislaciones habría que esperar hasta 2052 para que 40 por ciento de los escaños estuvieran en manos femeninas, subrayó Rebeca Grynspan, directora regional del PNUD para América Latina y el Caribe.
Ninguna de esas naciones ha llegado al grado de igualdad de España, que cuenta con un gabinete paritario que preside el socialista José Luis Rodríguez Zapatero, con igual número de ministras y ministros, y tiene la obligación de colocar al menos 40 por ciento de postulantes de diferente sexo en las listas electorales.
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En materia de gabinetes algo avanzó América Latina: en la década de 1990 las mujeres apenas ocupaban nueve por ciento del total de ministerios, y este año alcanzan a casi 22 por ciento. Se destaca como muy positivo que cada vez más ministras estén al frente de carteras asociadas por la tradición machista a lo masculino, como las de Defensa, Interior, Economía, Industria y Ciencia y Tecnología.
La vicepresidenta primera del gobierno de España, María Teresa Fernández de la Vega, dijo en el encuentro a las parlamentarias que no debe olvidarse nunca que ejerciendo y mostrando el valor de la libertad política se contribuye a los valores de igualdad en toda Iberoamérica, comunidad integrada por todos los países de habla española y portuguesa de ambos lados del océano Atlántico.
"Aún tenemos muchas puertas que abrir y muchos puestos en los parlamentos por ocupar. Al menos la mitad, el cincuenta por ciento en todos los gobiernos del mundo", agregó.
Fernández de la Vega exhortó a las participantes a lograr un espacio público en el que la población femenina forme parte de las soluciones a las crisis. Porque, puntualizó, "hoy las mujeres somos parte de la política, somos un elemento central de ella y seguimos reivindicando el espacio público que siempre debimos haber ocupado".
La directora ejecutiva de Unifem, Inés Alberdi, subrayó que se necesita en la política, en la justicia, en el cumplimiento de los servicios públicos y en los mercados "una rendición de cuentas desde una perspectiva de género, para garantizar que las políticas sobre derechos de las mujeres no sean una retórica vacía".
Esa rendición de cuentas, prosiguió, debe ser hecha de forma que "ellas mismas puedan lograr respuestas de quienes ocupan cargos de decisión, tanto nacionales como internacionales".
Aunque todavía no se logró una representación femenina equitativa en los parlamentos de América Latina y el Caribe, se ha registrado un gran avance en la proporción de diputadas, que en la actualidad es de casi 21 por ciento de los escaños de las cámaras bajas.
La mayor representación femenina se registra en Cuba (49 por ciento), Argentina (40 por ciento) y Costa Rica (casi 37 por ciento), en tanto que las más bajas están en Colombia (8,4 por ciento), Brasil (nueve por ciento) y Guatemala (12 por ciento). Esa presencia es mucho menor en los municipios, donde hay sólo seis por ciento de alcaldesas.
Las parlamentarias reunidas en Madrid dieron los primeros pasos para elaborar una agenda legislativa de género para la región y estrategias que contribuyan a hacerla efectiva.
En este aspecto destacaron que se requiere de un papel femenino protagónico como clave del desarrollo para hacer frente a la crisis económica mundial. Además, se enfocaron en propuestas sobre el empleo, la protección social y la corresponsabilidad de la vida personal, familiar y laboral, así como en la salud sexual y reproductiva.