MUJERES-PAKISTÁN: Sistema de cuotas contra discriminación

«La política no es física cuántica», señaló Yasmin Rehman, representante del gobernante Partido Popular de Pakistán en la Asamblea Nacional, cámara baja. «La hacen más complicada de lo que es».

El último estudio de la Fundación Aurat, "Informe de cinco años: Parlamentarias en la 12 Asamblea Nacional (2002-2007)", es muy alentador.

Rehman es la más activa de un grupo de 25 legisladoras que realizan la mayoría de las intervenciones de la cámara baja.

"Las legisladoras se destacaron en varias áreas de actividad en comparación con sus colegas varones", señala el estudio.

Las mujeres representan 21,6 por ciento del parlamento de Pakistán. En 2002, la cifra había sido un poco menor, 21,1 por ciento.
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La participación femenina es importante en este país en comparación con el resto de Asia, donde se estima que las mujeres constituyen 17,8 por ciento del parlamento, según la Unión Interparlamentaria, con sede en Ginebra. El promedio mundial fue de 18,3 por ciento en 2008.

En 2002, por primera vez las mujeres ocuparon 17 por ciento de los escaños de las asambleas nacional y provinciales, gracias al sistema de cuotas, un hito en materia de participación femenina.

Rehman, un ama de casa que vivía a la sombra de su marido empresario, es, además, hermana del fiscal general, Malik Mohammad Qayyum.

Pero un mayor número de mujeres en el parlamento no significa que las dejen trabajar.

En un taller organizado en 2006 por el Instituto de Transparencia y Desarrollo Legislativo de Pakistán, las parlamentarias se quejaron de que no eran tomadas en serio, no sólo por sus compañeros, sino tampoco por el presidente de la Asamblea Nacional ni el del Senado.

"Una vez que estamos ahí tendrían que darnos la oportunidad y no ignorarnos sólo porque llegamos por el sistema de cuotas", señaló Begum Zeb Gohar, ex legisladora de la Liga Musulmana de Pakistán-Quaid-e-Azam.

Las parlamentarias impulsaron 27 por ciento de los asuntos tratados, 30 por ciento de las intervenciones, 24 por ciento de las resoluciones y 42 por ciento de los proyectos de ley en los cinco años examinados por la Fundación Aurat.

Su papel fue importante porque plantearon cuestiones de violencia, salud, educación y ambiente. La Asamblea Nacional aprobó un proyecto sobre asesinatos por honor en 2004 y otro sobre derechos de la mujer, dos años después.

No tendrán la última palabra, pero al menos "ahora son aceptadas", señaló Jurram Dastagir Jan, de la Liga Musulmana de Pakistán-N, del ex primer ministro Nawaz Sharif (1990-1993, 1997-1999).

Haciendo a un lado sus diferencias, las legisladoras crearon un grupo de lucha por los derechos femeninos en noviembre de 2008, encabezadas por la presidenta de la cámara baja, Fehmida Mirza.

"La creación del Grupo de Mujeres Parlamentarias significó un paso histórico para las legisladoras que se reunieron y trabajaron juntas por fuera de las estructuras partidarias", dijo a IPS Nafisa Shah, secretaria general.

"Somos el único parlamento de Asia meridional con un grupo de mujeres", se jactó Bushra Gohar, legisladora del Partido Nacional Awami, quien pretende crear un grupo regional. "Queremos hablar de cómo lograr la paz en la región, en especial tras los ataques terroristas de Mumbai".

En esa occidental ciudad india, un escuadrón de 10 combatientes islámicos armados con rifles de asalto y granadas de mano tomaron control de los hoteles más lujosos y de un centro judío en diciembre de 2008. Para cuando los comandos neutralizaron a los atacantes, 200 personas habían muerto, entre ellas 22 rehenes extranjeros.

Las mujeres alcanzaron mayor protagonismo gracias a la presencia de Mirza. Antes se las ignoraba cuando pedían la palabra y se les daba menos tiempo para sus intervenciones, según la legisladora del PPP.

Rehman se ganó una beca para hacer un curso de tres meses sobre políticas de género y planificación en Gran Bretaña en 2005, que le permitió observar esta temática desde otro ángulo.

"Fue una experiencia maravillosa y volví con un entusiasmo renovado y con mucha confianza", añadió.

Las legisladoras deben probar que saben hacer su tarea y trabajar el doble para que sus compañeros las tomen en cuenta.

Muchas parlamentarias son "espectadoras silenciosas" en la cámara baja, según Dastagir Jan, de la Liga Musulmana de Pakistán-N.

"Es lo mismo que si no estuvieran. Son tan poco efectivas como la oposición", señaló un funcionario que hace 21 años trabaja en el Poder Legislativo y que pidió reserva de su identidad.

Para demostrar que valen tienen que presentarse directamente a las elecciones, señaló. "No lleguen como nueras o esposas, ganen y lleguen por derecho propio", añadió.

Es necesario que los partidos políticos reserven lugares a las mujeres para que ellas puedan intervenir en el proceso político y reforzar su visibilidad en el parlamento, según Gohar, de la Liga Musulmana de Pakistán-Q.

"Las mujeres deberían ocupar 33 por ciento de los ámbitos de decisión de los partidos en todos los niveles y presidir al menos 17 por ciento de las comisiones parlamentarias y otras instancias. Eso les permitiría ganar experiencia y aprender a interactuar con la gente", indicó Gohar.

La inestable historia política de Pakistán llevó a que el sistema de cuotas fuera insaturado para las elecciones generales de 1985 y de 1988, lo que garantizó una representación femenina de 8,4 por ciento, pero no se respetó para los comicios de 1990, 1993 y 1997. En esas legislaturas no hubo mujeres en la Asamblea Nacional.

"Si quieren tener mujeres en el parlamento, necesitamos un sistema de cuotas", sentenció Rehman.

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