La capital de Irán se convirtió esta semana en el escenario de la más grave violencia ocurrida desde que se desató la crisis política por las elecciones. Aun así, las mujeres siguen teniendo una firme presencia en todas las movilizaciones.
Los decenas de miles de manifestantes que desafiaron el miércoles al gobierno y se reunieron en la Plaza Baharestán de Teherán, convocados por los líderes reformistas, fueron víctimas de una dura represión.
"De pronto, unas 500 personas con garrotes aparecieron (de una mezquita cercana), llenaron las calles y comenzaron a pegarle a todos", dijo a la cadena estadounidense CNN una mujer, que calificó lo ocurrido de "masacre".
"Golpearon a una mujer tan salvajemente que estaba empapada en sangre, y su esposo, que veía la escena, simplemente se desmayó", señaló la testigo.
A pesar de la represión llevada a cabo por las fuerzas de seguridad y por milicianos voluntarios, que han dejado cientos de heridos y muertos en las últimas dos semanas, hubo muchas mujeres presentes en la plaza el miércoles, como lo han estado en todas las manifestaciones desde que comenzó la crisis.
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"Estoy tan orgullosa de las mujeres iraníes, que están presentes en las protestas", dijo una manifestante a IPS, confirmando que éstas son golpeadas brutalmente con bastones por las fuerzas de seguridad.
De hecho, el protagonismo de las mujeres en esas movilizaciones ha captado la atención y sorprendido a observadores internacionales.
Un vídeo divulgado recientemente por Internet mostraba la muerte de Neda Agha-Soltan, de 27 años, asesinada por un francotirador de los Basij (paramilitares voluntarios guardianes de la Revolución Islámica) al salir de su auto en medio de una protesta.
El asesinato de esta joven despertó la indignación en Irán y en todo el mundo. Otra mujer habría sido asesinada en recientes choques entre las fuerzas de la seguridad y manifestantes.
"Creo que las mujeres aparecen en estas protestas porque se sienten engañadas y quieren respuestas. Participaron de las elecciones y se encontraron con un fraude. Quieren que se escuchen sus voces", dijo una joven de 25 años que ha participado de la mayoría de las movilizaciones en las últimas dos semanas.
"Su presencia en esas protestas es una muestra de la creciente toma de conciencia de las mujeres iraníes", añadió.
Las mujeres están presentes en todos los aspectos de la vida social y profesional de este país, como empresarias, ingenieras, médicas, profesoras universitarias y abogadas. Las estudiantes universitarias superan en número a sus pares hombres. Irán es además hogar de uno de los movimientos de mujeres más vibrantes en la región de Asia central, con al menos un siglo de historia.
En los últimos años, las activistas por los derechos de las mujeres promueven un estatus legal igual al de los hombres en el derecho iraní, que se basa en interpretaciones conservadoras de la "shariá" (ley islámica) y que las relega a ciudadanas de segunda clase.
Hace casi tres años, las activistas iraníes lanzaron la Campaña por Un Millón de Firmas para exigir cambios en leyes discriminatorias de los códigos penal y civil.
La campaña procura consagrar la igualdad de género en temas como el matrimonio, el derecho al divorcio, la custodia de los hijos y la edad imputabilidad, así como poner fin a la poligamia, entre otros cambios.
Busca recolectar un millón de firmas en apoyo a una petición que será presentada al parlamento iraní.
Las activistas usan un enfoque "cara a cara" para educar y despertar la conciencia entre los ciudadanos. Pero, según el sitio web de la campaña, más de 50 de sus integrantes han sido arrestadas o acusadas de delitos de seguridad nacional.
No obstante, sus demandas fueron contempladas en las campañas presidenciales, donde tres de los candidatos reconocieron la necesidad de cambiar la situación.
El primero en tratar el tema fue el reformista Mehdi Karroubi, quien prometió presentar proyectos de ley para acabar con la discriminación. También se comprometió a designar mujeres ministras.
Muchas activistas feministas, junto a estudiantes y defensores de los derechos humanos, votaron a Karroubi por su postura progresista.
Tras el anuncio de Karroubi, el otro reformista, Mir Hossein Moussavi, presentó un completo programa como parte de su plataforma de campaña, en el que también se comprometió a poner fin a las leyes que discriminan a las mujeres.
Asimismo, Mohsen Rezaie, el candidato presidencial conservador, tomó una sorpresiva postura a favor de las mujeres y prometió trabajar por la igualdad de género.
Aunque el presidente Mahmoud Ahmadineyad no hizo promesas de campaña referidas a este tema, su asesora Zohreh Tabibzadeh, presidenta del Centro para Mujeres y Familias, apareció en dos conferencias de prensa, algo raro para una figura que se ha mantenido siempre alejada de los medios.
Tabibzadeh en ambas oportunidades atacó a las feministas en general y a Shirin Ebadi, premio Nobel de la Paz, en particular.
En la segunda conferencia de prensa, respondió molesta a una pregunta hecha por un periodista del diario Etemad, señalando que "los que quieren cambiar las leyes sobre las mujeres deben votar a un candidato reformista".
De hecho, la postura de Tabibzadeh refleja las políticas adoptadas por el gobierno de Ahmadineyad, que ha relegado a las mujeres a sus hogares y sólo promueve su papel como esposas y madres.