Chile y México buscan ampliar su intercambio comercial y atraer más socios para combatir los efectos de la crisis económica mundial.
El intercambio mercantil, la lucha contra la influenza humana A/H1N1 y la integración regional formaron parte de las conversaciones que la presidenta chilena Michelle Bachelet mantuvo con su homólogo mexicano Felipe Calderón en su visita de dos días a este país norteamericano.
En un mensaje conjunto este jueves, Calderón dijo que "analizamos las alternativas para consolidar una organización (regional) con certidumbre", así como el acuerdo alcanzado en la Organización de los Estados Americanos (OEA) el 3 de este mes "para remover las cláusulas que impedían la reincorporación de Cuba al sistema interamericano".
Bachelet, por su parte, sostuvo que "coincidimos con el presidente Calderón en que en épocas de crisis la mejor respuesta es emprender iniciativas que faciliten el intercambio comercial, antes que refugien al proteccionismo, que es otra forma de aislacionismo".
El viaje de Bachelet, que transcurrió sin anuncios trascendentales, es el primero de un jefe de Estado a México tras la aparición en esta nación del virus de la gripe A/H1N1 el 23 de abril. Además, esta visita es la segunda de la mandataria socialista chilena desde que gobierna el conservador Calderón, pues la primera fue en marzo de 2007.
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Bachelet se solidarizó con México por el brote de la enfermedad y por el trato discriminatorio que ciudadanos mexicanos recibieron en otros países. Este país registra 8.279 contagiados y 116 muertos.
La presidenta chilena, quien concluirá su mandato de cuatro años en 2010, aprovechó esta gira, que también incluyó Estados Unidos, para celebrar el décimo aniversario del Tratado de Libre Comercio (TLC) entre su país y México.
El intercambio comercial entre ambas naciones fue de casi 4.200 millones de dólares en 2008, lo que convierte al país sudamericano en el segundo socio latinoamericano de México, detrás de Brasil.
"Es evidente que aún hay mucho espacio para crecer", manifestó Bachelet en una reunión con empresarios de ambos países para celebrar los 10 años del TLC.
En materia de integración regional, México y Chile coquetean con la idea de fundar una organización de Estados puramente latinoamericanos, promovida por varios países, como Cuba y Venezuela, y que la potencia continental, Brasil, mira con agrado.
"Esa organización es viable. Ya existe una base organizativa para crear algo más institucionalizado, el Grupo de Río. Hay dos opciones, que el Grupo de Río siga llamándose así y adquiera más institucionalidad, o bien que se decidiera a crear una segunda etapa histórica y reemplazarlo", dijo a IPS Natalia Saltalamacchia, experta en relaciones internacionales del Instituto Tecnológico Autónomo de México.
En la OEA se reúnen todas las naciones del continente americano, excepto Cuba. La participación cubana estuvo suspendida desde que el organismo votó una resolución con ese efecto en 1962, a instancias de Washington. Pero en su XXXIX Asamblea General, celebrada en Honduras a inicios de este mes, revocó sin condiciones ese obstáculo.
Sin embargo, La Habana ha reiterado que no le interesa reincorporarse a la OEA y que prefiere crear un organismo sin participación de Estados Unidos.
Mientras, en el Grupo de Río, creado en 1986 como mecanismo de consulta y concertación política, toman parte 20 países, todos los latinoamericanos, incluyendo a Cuba desde diciembre de 2008, y Belice.
En años recientes ha variado la formación de bloques regionales, como la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de nuestra América Latina (ALBA), surgida en 2004 a instancias de Venezuela y que ya aglutina a nueve países del continente americano.
En la cumbre del ALBA celebrada esta semana en Venezuela, Ecuador, San Vicente y Granadinas y Antigua y Barbuda se incorporaron a ese mecanismo del que también forman parte Bolivia, Cuba, Dominica, Honduras y Nicaragua.
A su vez, en los últimos años, los países de América del Sur dieron forma a la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur).
"En la región hay una geometría variable de integración o de alianzas políticas, y eso va a seguir existiendo. Y no necesariamente existe una contradicción entre estos proyectos y una agrupación regional donde estén todos", apuntó Saltalamacchia.
Varios gobiernos tienen la intención de poner en marcha el nuevo bloque el año próximo, con el objetivo de analizar coyunturas regionales y plantear posturas frente a Estados Unidos o la Unión Europea.