Los autoridades del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional (FMI) no asistieron en noviembre pasado a una conferencia sobre financiamiento para el desarrollo en Doha, y se prevé que ocurrirá lo mismo en la reunión que empezará este miércoles en la ONU sobre los impactos de la recesión.
"Es una vergüenza", manifestó a propósito de la primera Miguel D'Escoto Brockmann, presidente de la Asamblea General de la ONU (Organización de las Naciones Unidas), de 192 miembros.
"Las dos instituciones de Bretton Woods están controladas por un miembro de la ONU que es anti-ONU", se quejó entonces D'Escoto, en alusión a Estados Unidos, que domina políticamente a las dos entidades financieras internacionales.
Ahora que la ONU se prepara para realizar una conferencia mundial sobre la crisis financiera del 24 al 26 de este mes, la historia se repetirá.
Tanto el presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, como el director gerente del FMI, Dominique Strauss-Kahn, no concurrirán arguyendo otros compromisos, aunque se espera que envíen representantes.
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"Esto es realmente lamentable", dijo a IPS Roberto Bissio, director ejecutivo del Instituto del Tercer Mundo y coordinador de Control Ciudadano, red de organizaciones de la sociedad civil que opera en unos 20 países.
Bissio agregó que, cuando Strauss-Kahn anunció su decisión de no asistir a la cumbre de Doha del año pasado, muchas organizaciones no gubernamentales le escribieron diciendo que eso enviaba "la señal equivocada sobre la seriedad con la que el FMI asume los desafíos que enfrentamos, y cómo percibe su rol como socio en solidaridad con la comunidad internacional de naciones y organizaciones".
"Eso ciertamente debilitará los reclamos de liderazgo del FMI en los esfuerzos de respuesta a la crisis financiera mundial", señaló Bissio.
También criticó el hecho de que prácticamente todos los líderes políticos de las naciones occidentales —entre ellos Alemania, Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña— eviten la cumbre de esta semana en la ONU.
Consultado por IPS, D'Escoto declaró que tanto las autoridades del Banco Mundial como del FMI fueron formalmente invitadas.
"Obviamente, según sus prioridades, había otras cosas más importantes. Pero eso no me sorprende a mí ni a nadie", agregó.
A Dean Baker, codirector del Centro de Investigaciones Económicas y Políticas, tampoco le sorprende.
"El FMI y el Banco Mundial están demasiado bajo el control de Estados Unidos para actuar como organismos realistas que fijen la política económica teniendo en mente los intereses de los países industrializados", dijo.
Por otro lado, la ONU ha sido estructurada de modo que esto no repercuta en los asuntos mundiales, añadió.
"La posibilidad más realista para que los países en desarrollo logren tener una voz seria es mediante bloques regionales, como el Mercado Común del Sur (Mercosur) en América Latina", declaró Baker a IPS.
"Ése puede ser un largo camino, pero es difícil ver cualquier otro", agregó.
Consultado sobre la cumbre, Bissio dijo que ésta se realiza por pedido unánime de quienes asistieron a la reunión de Doha del año pasado.
"Me sorprende que los líderes del FMI y el Banco Mundial no asistan", expresó Bissio.
Los países participantes en la cumbre también serán básicamente los mismos que integran las instituciones de Bretton Woods, cuyas reformas constituyen uno de los puntos clave de la agenda, señaló.
Esta situación es a primera vista paradójica, aunque parece haber una coincidencia entre la ausencia de las instituciones de Bretton Woods en la ONU y la baja representación anunciada por el Grupo de los Siete (G-7) países más industrializados — Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Italia y Japón—, que ostentan una abrumadora mayoría en los organismos, dijo Bissio. Esto podría enlentecer la pugna por la reforma de las instituciones de Bretton Woods que llevan a cabo los países en desarrollo, agregó.
"Pero al negarse a comprometerse en un debate significativo y transparente (en la ONU) al que dicen servir, esas dos instituciones están debilitando su credibilidad", observó.
Consultado sobre si la cumbre de esta semana brindará por lo menos algunas respuestas a la crisis financiera mundial, Baker dijo no prever que arroje muchos resultados.
Principalmente se tomará una serie de fotografías protocolares de momentos en los que todos se comprometerán en abstracto a dar pasos positivos, pero es probable que no se consiga nada concreto, opinó.