Científicos del mundo buscan descifrar el virus A/H1N1 y elaborar una vacuna, mientras otros rastrean su origen para combatirlo con eficacia.
Análisis microscópicos indican que la cepa bautizada inicialmente como porcina es un subtipo del virus de influenza tipo A, que contiene material genético de cepas porcina, humana y aviar, que mutan y se recombinan fácilmente. Esto lo vuelve potencialmente peligroso.
El laboratorio de microbiología de la Agencia de Salud Pública de Canadá dio un paso adelante al anunciar el 6 de mayo que había decodificado la secuencia genética de tres muestras del A/H1N1 tomadas en ese país y en México.
"Este virus ya existía. Ha venido mutando y seguirá mutando. Mi hipótesis es que estamos frente a varios subtipos del A/H1N1", dijo a Tierramérica el neumólogo Fernando Cano, ex director del estatal Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias de México (INER).
Hay casos documentados de influenza porcina en humanos desde 2005, entre ellos uno no mortal que contagió a 12 personas en una feria de cerdos en el nororiental estado estadounidense de Ohio, indicó Cano, coordinador de la cátedra de bioética y medicina clínica patrocinada por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
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Los análisis a esas personas revelaron que 60 por ciento de ellas tenían anticuerpos contra esa influenza, relató Cano, ex director de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Según Cano, el virus de Ohio sería uno de los antecesores del actual.
Eduardo Sada, jefe de investigaciones en microbiología del INER, ubica la génesis del A/H1N1 aún antes de 2005. Hay reportes científicos de 1957 y de 1977 sobre gripes porcinas en humanos, dijo a Tierramérica.
"Seguramente el virus original y el actual circularon en baja proporción desde hace varios años" hasta que "algo que aún desconocemos" los activó y generó entonces la epidemia, declaró.
Asegurar que en México se originó este subtipo A/H1N1, cuya presencia se extiende por más de 20 países, es de momento sólo especulación, coincidieron Cano y Sada.
El primer caso confirmado del nuevo virus se ubicó en la pequeña y pobre comunidad de La Gloria, en el sudoriental estado mexicano de Veracruz. Entre mediados de marzo e inicios de abril se registró allí, a unos 10 kilómetros de una granja de cerdos, un raro brote de influenza que afectó a 600 personas.
Muestras médicas de los enfermos de La Gloria se enviaron a laboratorios en Estados Unidos y Canadá. En una de ellas, la de un niño de cinco años que presentó síntomas el 1 de abril y se curó con medicamentos no especializados, se detectó el nuevo virus, dijo un reporte difundido el 23 de abril.
Ese mismo informe, del Laboratorio Nacional de Microbiología de Canadá, confirmó que una mujer fallecida de neumonía el 13 de abril en el sureño estado mexicano de Oaxaca y que al parecer no había tenido ningún contacto con La Gloria, también había contraído el virus.
Pero no eran los únicos casos. En California, limítrofe con México, había otros contagiados.
En San Diego, el 30 de marzo un niño cayó en cama con una enfermedad respiratoria "atípica", pero se curó sin mayores problemas. Algo similar sucedió poco después con una niña en la localidad vecina de Imperial.
El Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de Atlanta, en el sudoriental estado de Georgia, revisó muestras de ambos y confirmó la presencia del nuevo A/H1N1.
En 1999, personas jóvenes y cerdos murieron en Malasia atacadas por un extraño virus. Se pensó que se trataba de "encefalitis japonesa", que se transmite por un mosquito que pica a cerdos y humanos.
Tras varios meses de investigación y el sacrificio de cientos de cerdos, los científicos descubrieron que el problema tuvo origen en una granja en la que algunos de esos animales habían comido restos de frutas previamente masticadas por murciélagos portadores asintomáticos del virus. Además, se supo que la transmisión a humanos era a través de la saliva del cerdo.
Con esa información, las autoridades lograron frenar el virus al que denominaron Nipah, aunque no lo erradicaron.
Equipos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) e investigadores de varios países siguen ahora la pista de la nueva influenza, que algunos bautizaron como "norteamericana" y otros "mexicana", pero coinciden en que será muy complicado definir el lugar de origen.
Cano, ex director del INER, cree que las muertes que ha causado el virus A/H1N1, casi todas en México, estarían relacionadas con la atención médica no oportuna o equivocada de los enfermos, pero no descarta que se pueda tratar también de contagios con variantes de esa cepa.
"De todas maneras, el nuevo virus es en general de baja letalidad, y eso es afortunado", aunque no debería perderse de vista que podría mutar y generar una pandemia severa en el futuro, advirtió.
El 23 de abril, México decretó emergencia sanitaria tras confirmar la presencia del nuevo virus. El 24, la OMS también declaró emergencia pública. Luego elevó de tres a cuatro su alerta epidemiológica de seis niveles, y más tarde a cinco.
El 4 de este mes, autoridades mexicanas anunciaron la estabilización de la epidemia, disponiendo la progresiva reactivación de actividades escolares y productivas, paralizadas desde el 23 de abril.
Cada año mueren en el mundo entre 250.000 y 500.000 personas por diversos virus de influenza, llamados estacionarios por presentarse especialmente en temporadas frías, indica la OMS.
Al principio, el ataque del A/H1N1 desconcertó a la comunidad científica, pues circuló la versión de que afectaba sobre todo a adultos jóvenes. Sin embargo, de los más de 1.000 casos confirmados en México, casi la mitad correspondieron a personas de cero a 19 años.
Otro aspecto no aclarado es por qué los muertos por el virus son casi todos mexicanos y por qué algunos contagiados se curan sin mayores complicaciones ni fármacos, mientras otros terminan hospitalizados.
Por ahora hay más preguntas que repuestas sobre las características del nuevo virus, su origen y su perfil de mutación, después de que Canadá confirmó que algunos cerdos habían contraído el virus de un trabajador enfermo. Deberán pasar varios meses para tener claridad, señaló Sada.
Cano recomendó igualmente la inmunización contra la gripe estacional que, si bien no protege contra la nueva cepa, brinda una inmunización adicional.
El virus A/H1N1, que se contagia como cualquier gripe, reacciona bien a los antivirales si se administran a tiempo, aunque los científicos temen que nuevas mutaciones resten efectividad a los fármacos.
Los primeros análisis de un equipo multidisciplinario de la UNAM y el Instituto Politécnico Nacional, formado para estudiar el virus, confirmaron su gran capacidad de mutar, declaró el microbiólogo Antonio Lazcano, que considera muy probable que en México estén circulando diferentes variedades del A/H1N1 junto a otros virus de la gripe.
* Este artículo fue publicado originalmente el 9 de mayo por la red latinoamericana de diarios de Tierramérica.