Lejos de la competencia política tradicional con propuestas diferenciadas, los preparativos para las elecciones legislativas de junio en Argentina pusieron en evidencia el repliegue de las estructuras partidarias y su reemplazo por líderes que designan candidatos a puertas cerradas.
Así, personalidades famosas pero sin experiencia política fueron tentadas para ser candidatas a diputados, al igual que gobernadores y alcaldes fueron convocados a poner su nombre en los primeros lugares de las listas de candidatos a cargos que ya anunciaron no ocuparán. Otros ubicaron a sus esposas o parientes en las nóminas de postulantes sin que nadie pudiera objetarlos.
Son las modalidades, algunas nuevas y otras no tanto, que van reemplazando de hecho los mecanismos propios de los partidos políticos para seleccionar sus postulantes.
"Que yo recuerde, en estas elecciones ningún candidato fue elegido en (elecciones) internas partidarias", dijo a IPS la abogada Delia Ferreira Rubio, especialista en partidos políticos y presidenta de la organización no gubernamental Poder Ciudadano. "Son listas únicas consensuadas o candidatos propuestos por los líderes", resumió.
Los comicios para renovar parcialmente el Congreso legislativo bicameral se celebrarán el 28 de junio, para lo cual las listas de candidatos quedaron definidas el 9 de este mes, fin del plazo legal de presentación. Será el primer reto electoral que enfrentará el gobierno de Cristina Fernández, que asumió hace 17 meses y atraviesa un fuerte desgaste.
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Ese mismo día se confirmó que el ex presidente Néstor Kirchner (2003-2007), jefe del gubernamental Partido Justicialista (peronista), antecesor y esposo de Fernández, será el primer candidato a diputado por la oriental y estratégica provincia de Buenos Aires. La decisión fue adoptada de espaldas a la estructura partidaria.
Con su lanzamiento, el ex mandatario, quien dejó el gobierno con un nivel de popularidad cercano a 70 por ciento de la ciudadanía, sale al rescate de su esposa que antes de cumplir la mitad de su mandato ya cosechó más rechazos que adhesiones, según encuestas realizadas en las últimas semanas.
Detrás de Kirchner aparece en la lista del oficialista Frente para la Victoria, el ala centroizquierdista del peronismo, el propio gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, quien ya anunció que no asumirá el cargo de diputado. Su postulación pretende arrastrar a los votantes a apoyar la gestión del Poder Ejecutivo nacional.
La tercera en la nómina es la actriz y cantante Nacha Guevara, protagonista del musical "Evita", que narra parte de la vida y actividad política de María Eva Duarte, la esposa del tres veces presidente Juan Domingo Perón (1895-1973) fallecida en 1952 poco después de renunciar a la candidatura a la vicepresidencia por saberse enferma.
Guevara, nombre artístico de Clotilde Acosta, debuta como aspirante a cargos políticos aunque se le reconocen sus acciones y posturas públicas izquierdistas desde los años 60 y 70, que le costaron el exilio ya en los albores de la dictadura militar (1976-1983) tras ser amenazada de muerte junto a una treintena de colegas por una organización paramilitar de ultraderecha.
El cuarto candidato por la provincia de Buenos Aires es el jefe de Gabinete ministerial, Sergio Massa, a quien la presidenta Fernández le pidió que siga en el cargo, o sea que tampoco asumirá. Pero Kirchner lo quiso en la lista. En el camino quedaron opciones como las actrices Iliana Calabró y Andrea del Boca, ambas sin ningún antecedente en la actividad.
En la oposición, los procedimientos no fueron muy distintos. El principal referente de cada partido o coalición designó a los candidatos a su arbitrio o en discusiones de pocos, eligiendo no tanto por mérito sino en función de la popularidad del postulante, de cómo mide en las encuestas o del parentesco o amistad que los une al líder correspondiente.
Elisa Carrió, jefa de la opositora Coalición Cívica, consideró prioritario que la lista de aspirantes al parlamento por la ciudad de Buenos Aires sea encabezada por dirigentes jóvenes que ella seleccionó. Para la provincia homónima impuso a su amigo Ricardo Alfonsín, hijo del recién fallecido ex presidente Raúl Alfonsín (1983-1989) e histórico líder de la Unión Cívica Radical.
Esta dirigente admite como justificación a sus designaciones que los nominados "son amigos (de ella) de toda la vida". El argumento, no difiere mucho del utilizado por otros referentes de opciones opositoras que postulan a sus esposas o hijos en los primeros puestos de las listas para cargos legislativos.
"Los partidos políticos en Argentina siguen teniendo el monopolio de las candidaturas, pero no son sólidos institucionalmente, no tienen un perfil ideológico definido, ni ofrecen una carrera a sus dirigentes", explicó Ferreira. "Lo que tenemos son rótulos que responden a líderes de turno", interpretó.
La presidenta de Poder Ciudadano considera que los partidos sólidos "son esenciales para la democracia" y recomendó apuntar a reconstruirlos bajo principios modernos tales como la capacidad de gestión en la esfera pública de sus equipos dirigentes, tanto en el gobierno como en la oposición.
Por su parte, Jorge Mayer, decano de la Facultad de Ciencias Políticas de la estatal Universidad de Buenos Aires, comentó a IPS que los partidos políticos "están cooptados por grupos que imponen candidaturas, o que buscan figuras que miden bien en las encuestas o que son muy conocidas por la opinión pública".
"Es en función de esas variables que se designa a los candidatos, no hay un mecanismo orgánico", observó.
Mayer admitió que tanto en el oficialismo como en la oposición, los candidatos son elegidos casi "por el gusto personal" del líder o por su aceptación popular más allá de su capacidad para el desafío. Esa modalidad, que inauguró el ex presidente Carlos Menem (1989-1999), emergió con fuerza de nuevo en vísperas de estas elecciones.
En algunas designaciones ni siquiera se pretende que asuman la función, como es el caso de Scioli y de casi medio centenar de jefes comunales de la provincia de Buenos Aires, que participarán como naves insignias en las listas "testimoniales", como las bautizó el oficialismo. La oposición prefiere llamarlos "candidatos falsos".
Mayer remarcó que la Unión Cívica Radical, el partido de la oposición fundado hace un siglo pero muy disminuido en la actualidad, aún conserva mecanismos formales de selección de candidatos, pero el Partido Justicialista no habilita la elección nacional de los afiliados desde 1988. "Pareciera que el mecanismo de selección interna se ha roto allí", concluyó.
En este contexto, el único valor apreciable en la política termina siendo el conocimiento público de una figura determinada, concluyó el experto, y explicó que las diferencias entre las distintas corrientes partidarias, que deberían dirimirse en internas, se trasladan a las elecciones generales.
Para Mayer, no es que las internas garanticen la selección de los mejores candidatos. A veces, dice, las designaciones resultan de la puja de poder más que de la competencia de propuestas, pero aún así, consideró más democrático ese proceso para la selección de candidatos que lo que existe hoy: el dedo del líder.