Con la recuperación de la democracia en Uruguay, en 1985, a las mujeres políticas «nos pusieron el corsé por completo», expuso una dirigente del ahora opositor Partido Colorado.
En la primera legislatura, emergida de los comicios de 1984 que pusieron fin a la dictadura (1973-1985) "no hubo ni una mujer parlamentaria", dijo Glenda Rondán, edila de Montevideo y ex diputada, en un desayuno organizado este martes por la Asociación de la Prensa Extranjera en Uruguay (APEU) con mujeres políticas.
Esta democracia "nace renga desde ese punto de vista", porque las mujeres "vaya si colaboraron con la salida democrática", sostuvo.
Veinticuatro años después, Uruguay ocupa el lugar 91 en una lista de 134 lugares que elabora la Unión Interparlamentaria, según la participación de mujeres en los poderes legislativos.
Con cuatro senadoras y 11 diputadas en 130 escaños de las dos cámaras, la proporción de representación femenina uruguaya es de 11,5 por ciento, lejos del promedio americano, de 21,5 por ciento, y del mundial, de 18,4 por ciento.
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Pero esas pocas legisladoras acaban de liquidar un nuevo intento de encorsetar la representación femenina, esta vez a manos de la Corte Electoral, encargada de reglamentar la Ley 18.476, más conocida como "ley de cuotas", que regirá las elecciones internas de los partidos del 28 de junio.
La norma sobre participación equitativa de ambos sexos en la integración de órganos electivos nacionales y departamentales y de dirección de los partidos políticos, aprobada a fines de marzo y promulgada el 3 de abril, establece que, de cada tres postulantes a esos cargos, uno debe ser de un sexo diferente.
"Se deben incluir, en las listas o nóminas correspondientes, personas de ambos sexos, en cada terna de candidatos, titulares y suplentes, en el total de la lista o nómina presentada", indica la ley.
Pero, según la mayoría de la Corte, esas ternas podían conformarse considerando en conjunto las listas de candidatos titulares y de sus suplentes, lo que hubiera permitido en los hechos relegar a las mujeres al banco de suplentes.
La Bancada Bicameral Femenina, un bloque multipartidario que había promovido la ley, reaccionó de inmediato a lo que llamó un acto "misógino y perverso" y, en pocos días, presentó un proyecto de ley interpretativa para cerrar el paso al reglamento de la Corte. A toda carrera, el nuevo trámite se completó el 5 de este mes. El plazo para presentar las listas para las internas vencerá el día 29.
Esta ley "nos costó muchísimo", por eso "fuimos muy severas en la crítica a la mayoría de la Corte Electoral y no dudamos en colocar de manera inmediata una ley interpretativa", dijo a la APEU la senadora socialista Mónica Xavier, del gobernante e izquierdista Frente Amplio (FA).
La norma regirá los comicios internos de junio, cuando los partidos conformarán sus convenciones y definirán sus candidaturas presidenciales para las elecciones de octubre. Pero habrá que esperar hasta 2014 para que esté vigente en el proceso electoral parlamentario nacional y local.
Lo aprobado no era todo lo que las mujeres reclamaban. Pero se consiguió un mecanismo efectivo para su cumplimiento.
El texto obliga a que la Corte Electoral deba rechazar la lista que no "venga cuotificada", dijo Xavier. "No recurrimos al concepto del fomento de un marco legal, ni a la sanción económica, sino a que el órgano verificador revise la integración de hombres y mujeres".
"Después de tantos fracasos en abrir espacios de participación para otras mujeres, esta ley vino a pegar en lo que identificamos como el 'nudo gordiano' de la postergación de la participación femenina, que son los propios partidos políticos", dijo.
La norma ha sido uno de los frutos de la Bancada Bicameral Femenina, que funciona desde 2000 con asistencia voluntaria. Se reúne una vez por mes, tiene una secretaría y una mesa de tres integrantes. Su agenda y sus vínculos con la sociedad civil y la academia crecen sin cesar.
La Bancada está "formalizada por la voluntad política", sostuvo Xavier. Por su "persistencia y por sus logros, y porque no hay ninguna legisladora que esté excluida", es vista en América Latina como una experiencia pionera.
En representación femenina "estamos muy mal con relación a otros países y con relación a nuestra historia", agregó esta médica que fue la primera latinoamericana en presidir el Comité de Mujeres Parlamentarias de la Unión Interparlamentaria, entre 2006 y 2008.
Apelando a una expresión del historiador José Pedro Barrán, Rondán afirmó que las mujeres "en Uruguay hemos tenido épocas con corsé y sin corsé".
La población femenina tuvo un papel preponderante en los primeros tiempos de lucha contra el imperio español, recordó Rondán, profesora de literatura, al mencionar las figuras de varias mujeres destacadas.
"En la primera etapa de la historia nacional, que Barrán llama de 'salvajismo', éramos absolutamente libres", abundó. "Quienes visitaban Uruguay se asombraban de descubrir la libertad de las mujeres y el lugar que ocupaban en la sociedad".
Después vino la etapa del "disciplinamiento" y las mujeres fueron las más disciplinadas, desde la familia y desde la Iglesia Católica. "Debe de haber sido una de las pocas ocasiones en que católicos y masones se juntaron para disciplinar a la mujer", agregó.
En 1932, las uruguayas obtuvieron el derecho al sufragio. Pero, a pesar de que "somos un país que ha logrado los derechos civiles muy temprano", "el 900 nos encorsetó y el corsé nos quedó puesto", sentenció Rondán.
La imagen de democracia liberal —con ley de divorcio desde 1913, una elevada participación femenina en la educación y en el mundo del trabajo— no coincidió con las puertas cerradas del sistema político.
Y en la transición democrática, "nos pusieron el corsé del todo", insistió. Sin embargo, fue en 1984 que la Concertación Nacional Programática, un ámbito multipartidario destinado a crear una agenda legislativa común, dio lugar al nacimiento de la Red de Mujeres Políticas, que se formalizó al año siguiente y sigue existiendo.
Desde entonces, el Partido Colorado ha "tenido un enorme retroceso" en equidad de género, valoró Rondán, que se podría "atribuir" en los últimos tiempos a la "magra votación" que obtuvo en los comicios de 2004 y determinó su salida del gobierno.
"Pero en el período anterior", entre 2000 y 2005, cuando gobernó el colorado Jorge Batlle, "éramos cuatro diputadas, ninguna senadora, ninguna ministra y ninguna subsecretaria en el gabinete", sentenció.
Ninguna legisladora colorada pudo renovar su mandato. Hoy Rondán es la única mujer en el Comité Ejecutivo Nacional de su partido, de 15 miembros.
En cambio, el actual presidente Tabaré Vázquez, del FA, "marcó la cancha desde el inicio de su mandato" nombrando una cantidad sin precedentes de mujeres en el gabinete, apuntó Xavier.
Puso en manos femeninas áreas identificadas exclusivamente con lo masculino, como las carteras de Defensa e Interior, además de los ministerios de Salud y de Desarrollo Social, destacó. "Eso no tiene marcha atrás", aseveró.
La senadora socialista destacó una lista de 17 normas aprobadas desde 2007 que tocan cuestiones de género.
En ese paquete está la norma sobre salud sexual y reproductiva, en la que Vázquez también marcó la cancha, pero en otro sentido, cuando decidió vetar el capítulo que despenalizaba el aborto, enfrentándose a su propio partido.
Es que todavía quedan muchos corsés.
En este país con algo más de 3,3 millones de habitantes, las mujeres constituyen 52 por ciento de la población y más de 60 por ciento de la matrícula universitaria. La brecha de salarios entre hombres y mujeres es, en promedio, de 30 por ciento.
Hoy muere una mujer cada 13 días a manos de su pareja. En 2008, había una muerta cada nueve días.