El Festival del Caribe, que anualmente se realiza en la oriental Santiago de Cuba, acogerá del 3 al 9 de julio a una «numerosa y significativa» delegación de Honduras y en particular de su cultura garífuna, confirmaron organizadores de esa cita conocida también como «Fiesta del fuego».
Estos festivales se han consolidado como un espacio de intercambio entre las diversas manifestaciones culturales de la región, dijo a IPS Orlando Vergés, director de la Casa del Caribe, organizadora del encuentro junto al Ministerio de Cultura y el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos, entre otras entidades cubanas.
En declaraciones vía telefónica desde Santiago de Cuba, a 847 kilómetros de La Habana, Vergés dijo que hasta el momento confirmaron su asistencia 12 países y más de 70 artistas e intelectuales latinoamericanos, aunque se espera que la representación de Honduras, país invitado de honor este año, sea la más numerosa.
El directivo dijo conocer por informaciones desde Honduras que el presidente de ese país centroamericano, Manuel Zelaya, expresó interés en asistir a la vigésimo novena edición del encuentro caribeño. "No tenemos confirmación de esa visita ( ). Sería la primera vez que un gobernante de la región asiste a un Festival del Caribe", comentó.
La representación hondureña incluye manifestaciones musicales, de teatro, danza, poesía y narrativa oral, artes plásticas, música de concierto y danza contemporánea, así como una muestra de 10 caricaturistas y la participación del cantautor Aurelio Martínez y del Ballet Nacional Folclórico Garífuna, que dirige Crisanto Meléndez,.
También habrá dos muestras culinarias, una de Honduras y otra Garífuna, una de las varias etnias culturalmente diferenciadas en esa nación, junto a lencas, chortis, isleños sumos, tolupanes, pech y misquitos, que según algunos estimados constituyen casi 10 por ciento de la población de ese país de unos 7,8 millones de personas.
Según especialistas, los garífunas son descendientes de los indígenas caribes y de los esclavos africanos que naufragaron y se refugiaron en la costa hace más de 200 años. La mayor parte de ellos viven en las Islas de la Bahía y en la costa Atlántica de Honduras. Su lengua, agricultura y religión son muy similares a las de sus ancestros caribes, mientras sus bailes, música de tambores y arte tienen una fuerte influencia africana. Pero los expertos alertan que, a pesar de haber conseguido preservar su estilo de vida, hay muchas "influencias externas" que amenazan su existencia.
En entrevista publicada por la página web de la Casa del Caribe, Patricia Cardona, directiva del Instituto Nacional de Antropología e Historia de la República de Honduras, resaltó que la etnia garífuna ha logrado preservar muchas de sus tradiciones, su lengua, culinaria y rituales.
"Su forma de vida es muy especial y es característica, habitan en toda la zona norte de honduras y ellos tienen unas maneras específicas de expresarse a través de la danza y de algunas tradiciones que todavía conservan como es el culto a los muertos, la manera de educarse y la manera de convivir en comunidad", comentó Cardona.
A la cita de Santiago de Cuba acudirá también una representación de académicos e historiadores, entre ellos Darío Euraque, director del Instituto Hondureño de Antropología e Historia, así como el ministro de Cultura, Artes y Deportes de Honduras, Rodolfo Pastor Fasquelle.
La participación regional en el Festival del Caribe ha ido aumentando en cada nueva edición, comentó Vergés, quien resaltó que en el ámbito nacional se ha consagrado como un espacio natural-alternativo para las expresiones culturales y tradicionales del país.
El punto de partida de estos encuentros, que comenzaron en 1981, fue justamente la necesidad de reconocimiento de los valores culturales de los inmigrantes haitianos, jamaiquinos de otros países caribeños que hay repartidos por toda Cuba.
Grupos musicales y de danza de las comunidades cubanas de origen jamaiquino o haitiano, por ejemplo, salieron del anonimato gracias al festival, que además les permitió reconocerse entre sí y comprobar semejanzas y diferencias con sus pares de otros países caribeños.
El programa de estos encuentros combina las muestras de teatro, danza y música en las calles y otros espacios abiertos con talleres teóricos organizados por la Casa del Caribe, institución que promueve la investigación y los intercambios culturales en el área
La agenda incluye un evento teórico principal denominado "El Caribe que nos une", aunque simultáneamente se realizan talleres sobre poesía, oralidad, teatro popular, danza y religiosidad, entre otros temas, además de ciclos de cine, conciertos, puestas en escenas en salas y al aire libre, según los organizadores.
Cada cita termina con la celebración del gagá, tomada de la cultura haitiana en la Semana Santa cristiana. En el último día de esa ceremonia religiosa se acostumbra quemar al Judas, para expiar las culpas, ritual incorporado al Festival del Caribe con la incineración de un enorme diablo hecho de paja y fibra vegetal.
El término Fiesta del Fuego que adoptó el festival algunos años después de su creación se debe a que ese elemento está asociado a todas las culturas africanas que tienen un peso real en la formación de la identidad caribeña, explicó Vergés.
Es así que el fuego está presente como recurso de los movimientos independentistas del Caribe y de América Latina y fue usado por los esclavos africanos en las tácticas de guerra. En Cuba, el ejército mambí (independentista) lo usó para quemar poblados y cosechas y contribuir a diezmar las tropas españolas.
La Casa del Caribe, fundada el 23 de junio de 1982, ha jugado un papel decisivo en la promoción de la investigación y los intercambios culturales en el área caribeña y la realización del festival figura entre sus funciones más importantes.