Al ganar las elecciones generales en India, que insumieron un mes entero, el gobernante Partido del Congreso recibió el mandato popular de mantener su política de reformas y de compromiso con el secularismo y las masas rurales.
La coalición que encabeza el Partido del Congreso, la Alianza Progresista Unida (APU), obtuvo 263 de los 543 escaños de la Lok Sabha, cámara baja parlamentaria. Son necesarios 272 para formar un gobierno de mayoría.
Pero eso no impidió a la presidenta del partido, Sonia Gandhi, y al primer ministro Manmohan Singh —quien se mantiene interinamente al frente del gabinete tras renunciar este lunes para formar el nuevo gabinete, que él mismo encabezará— atribuirse el triunfo electoral y anunciar que habrá más de lo mismo. "El pueblo de India sabe lo que es bueno para él y siempre toma la decisión correcta", dijo Gandhi en conferencia de prensa el sábado.
"Hicimos en ciertas promesas antes de las elecciones de 2004 de acuerdo con el programa común de APU, y bajo el liderazgo del primer ministro Singh trabajamos duro par cumplirlas. Creo que el pueblo se dio cuenta de que trabajamos para él", agregó la dirigente.
Por su parte, Singh manifestó que el Partido del Congreso había obtenido de la ciudadanía el "mandato masivo" de formar "un gobierno estable y fuerte, comprometido con los valores seculares".
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El Partido del Congreso pareció recuperar su tradicional imagen de secularismo y de defensor de las minorías y grupos marginados por el rígido sistema de castas y jerarquías de la mayoritaria religión hindú.
Eso resultó particularmente evidente en el estado más populoso de India, Uttar Pradesh, donde el oficialismo avanzó mucho sobre los partidos basados sobre la fe y la pertenencia a castas.
Uno de los puntos fuertes de la campaña de Singh y su partido fue el esquema crediticio Garantía Nacional de Empleo Rural, paradigmático de la atención brindada por el gobierno a los pobres del campo, que constituyen la enorme mayoría de la población india.
Singh es el primer jefe del gobierno de India que logra un segundo periodo al frente del gabinete en tres decenios. El Partido del Congreso está en condiciones de formar un gobierno fuerte y capaz de implementar sus políticas y casi sin apoyo opositor.
"El resultado de las elecciones le da a India estabilidad y continuidad desde el centro", dijo Venu Srinivasan, presidente de la poderosa Confederación de Industrias.
Los cinco años de gobierno a cargo de Singh estuvieron marcados por un crecimiento económico anual de dos dígitos porcentuales, lo cual dejaron al país en condicioes de no sufrir golpes demasiado duros de la actual crisis mundial.
En el último año, Singh sufrió ataques del Frente de Izquierda, coalición dirigida por partidos comunistas que, sin haberse integrado al gabinete, le había brindado apoyo desde el parlamento.
Las críticas se referían a ciertas reformas económicas de corte liberal y a un acuerdo de cooperación nuclear con Estados Unidos.
Pero Sing sobrevivió a un intento de censura parlamentaria. La ciudadanía castigó al Frente de Izquierda por esa actitud, en especial en sus bastiones de Kerala y Bengala Occidental.
"El Partido del Congreso puede desarrollar ahora un gobierno fuerte y estable", dijo a IPS el ministro de Comercio Internacional, Kamal Nath. El sector se encuentra ahora en una posición cómoda como para elegir entre gran cantidad de posibles aliados, explicó.
La tónica de la nueva administración será de continuidad con la actual política de reformas "específicamente indias", sostuvo. La intención es profundizar las reformas agraria y laboral, necesarias para estimular la industria, según Nath.
Más importante que la derrota que infligió el oficialismo al Frente de Izquierda en sus bastiones fue la que propinó al derechista, prohinduista y conservador partido Bharatiya Janata.
Los encuestadores pronosticaron una carrera cabeza a cabeza entre el Partido del Congreso y Bharatiya Janata, pero el margen de ventaja que obtuvo el primero es de medio centenar de escaños entre los dos grupos.
Bharatiya Janata comenzó su campaña con discursos prohinduistas encendidos, muchos a cargo de su máxima figura en el estado de Uttar Pradesh, Varun Gandhi, quien, paradójicamente, pertenece a la dinastía Nehru-Gandhi, la más paradigmática del Partido del Congreso.
Varun Gandhi fue apresado por pronunciar declaraciones que promovían agresiones contra la minoría musulmana.
En contraste, Rahul Gandhi, hijo de Sonia Gandhi, se dedicó a destacar los valores seculares de su Partido del Congreso, que gobernó durante gran parte de la vida independiente de India, iniciada en 1947.
Singh ya anunció que Rahul Gandhi ingresará en su próximo gabinete, y se prevé que asuma el cargo de primer ministro en el futuro, al igual que su padre y su abuela, los asesinados Rajiv e Indira Gandhi.