Personalidades de América Latina y de la Unión Europea (UE) coincidieron en resaltar este lunes en la capital española que es inaplazable la construcción de la unidad entre ambas regiones, para así garantizar un futuro mejor a toda su población, cualquiera sea su lugar de residencia.
El llamado se escuchó en el acto por el Bicentenario de las Independencias latinoamericanas, en el que participaron, entre otros, el rey Juan Carlos I, la comisaria de Relaciones Exteriores de la UE, Benita Ferrero-Waldner, el secretario general de la Organización de Estados Americanos, José Miguel Insulza, el secretario general Iberoamericano, Enrique Iglesias, el jefe del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, y la diputada chilena Isabel Allende.
El canciller de España, Miguel Ángel Moratinos, otro de los presentes, dijo a IPS que se debe creer en "el potencial que tenemos los iberoamericanos y actuar juntos con un buen plan de acción".
Entre las primeras medidas que los estados iberoamericanos deberían impulsar manifestó que está la reforma de la Organización de las Naciones Unidas y "la lucha efectiva contra la pobreza, porque podemos y debemos hacerlo", puntualizó.
Al inaugurar la ceremonia, el Rey recordó que en la Constitución de Cádiz de 1812, "cuyo ámbito de aplicación se extendía a los dos continentes", se plasmaron ideales y principios "entre los que se destacan la libertad, la igualdad y la solidaridad".
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Por ello, indicó, "la conmemoración de esos valores constitucionales y de aquella lucha por la libertad nos ofrecen también la ocasión de profundizar aun más en nuestro conocimiento mutuo y en promover lo mucho que compartimos".
Estos bicentenarios de independencia de España que se sucederán, agregó, "ofrecen una buena ocasión para impulsar nuestras relaciones y para reflexionar sobre el presente y futuro como Comunidad Iberoamericana" de Naciones, conformada por Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador, España, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Perú, Paraguay, Portugal, Andorra, República Dominicana, Uruguay y Venezuela.
Porque "se trata de que nuestra voz sea tenida más en cuenta, contribuyendo generosa y positivamente a crear una sociedad internacional más libre, justa, democrática y solidaria", concluyó.
Iglesias, por su parte, señaló a IPS que "es natural que se hable sobre el pasado y que se lo investigue a fondo, pero lo más importante es mirar hacia el futuro y actuar juntos para elaborar y cumplir un buen plan de acción conjunta".
Refiriéndose a la crisis económica y financiera global, el dirigente hispano-uruguayo puntualizó que América Latina es una región que "tiene conciencia de que puede resolver sus problemas por sí misma y debe hacerlo con medidas concretas".
Para ello es necesario que "los países iberoamericanos deben apoyarse mutuamente en este nuevo mundo apuntando a que la generación del bicentenario sea la más formada, para contar con el capital humano indispensable para garantizar un desarrollo amplio, sostenible y equitativo".
Ferrero Waldner se refirió al comercio entre Europa y América Latina con duras críticas. Recordó que la UE negocia tres acuerdos, uno con América Central, otro con la Comunidad Andina de Naciones (CAN), integrada por Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú, y también con el Mercosur (Mercado Común del Sur), conformado por Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Venezuela en procesión de adhesión plena.
El primero, a su entender, "marcha bien". Con la CAN, "la negociación no es fácil, pues se perdió mucho tiempo haciéndolo, pero todavía hay una posibilidad de que prospere".
La negociación más complicada es con el Mercosur porque, informó, desde ese bloque regional dicen que primero debe terminarse la negociación con la Organización Mundial del Comercio, "que ya fracasó".
En América Latina, dijo la comisaria de la UE, no hay mucha coherencia entre sus países y "el mayor reto al que se enfrentan es la pobreza y la exclusión social, con gente muy rica y gente muy pobre".
Adicionó que la UE debería dedicar más fondos para apoyar a aquella región y comprender mejor a los inmigrantes que viven en este territorio, recordando que cuando los europeos emigraron a la otra orilla del océano Atlántico fueron bien recibidos.
Sobre la pobreza y la exclusión, el escritor mexicano Héctor Aguilar Camín dijo estar "harto de escuchar vamos a combatir la pobreza, cuando lo que hay que decir es cómo construir riqueza para la mayoría de la población".
El socialista Felipe González, presidente del gobierno español de 1982 a 1996 y hoy embajador extraordinario y plenipotenciario para la Conmemoración de los Bicentenarios de la Independencia de las Repúblicas Iberoamericanas, pronunció la conferencia inaugural del encuentro.
Comenzó recordando que las guerras de la independencia fueron "una explosión de libertad frente al poder absoluto" y "el germen de la igualdad ante la ley, basada en la Constitución de 1812 y que fue compartida a ambos lados del Atlántico".
Como es normal en los actos públicos de los últimos tiempos, el tema de la crisis saltó a la tribuna desde el principio. González advirtió de que "toda epidemia financiera se puede convertir, como está ocurriendo ahora, en una pandemia", o sea que en caso de no enfrentársela con firmeza podría extenderse a todo el planeta.
Señaló que América sigue produciendo 62 por ciento del producto interno bruto (PIB) mundial, pero que el comercio intrarregional de América Latina y el Caribe no pasa del seis por ciento, mientras que dentro de la UE ese intercambio llega a 77 por ciento.
Para que América Latina y el Caribe aumenten su intercambio de bienes y servicios "se requieren reglas de comercio compartidas" y obras conjuntas, ya que "una buena carretera integra, mientras que 20 discursos no lo hacen". O sea que es preciso pasar de las palabras a los hechos.
Sobre el futuro de América Latina y el Caribe, el ex presidente aconsejó que se mire algo del pasado, pero mucho más dirigir la mirada y la atención hacia el futuro, que es en lo que hay que trabajar duro. Un punto fundamental, precisó, es redistribuir el ingreso de manera más equitativa e invertir más en la capacidad de formación humana.
Y para satisfacción de los presentes, que colmaron la gran sala de reuniones de la Casa de América, ubicada en el centro de Madrid, señaló que en los últimos años América Latina está reaccionando positivamente y que hay una creciente interdependencia entre sus países, aunque no es equilibrada.