RACISMO: La ONU supera trago amargo

La ONU recuperó el aliento este martes con la aprobación del documento final de su conferencia sobre racismo y de esa manera echó al olvido los sinsabores de la accidentada jornada de apertura de las deliberaciones.

El texto adoptado fortalece los mecanismos para enfrentar el racismo, la discriminación, la xenofobia y las formas de intolerancia relacionadas, pero omite referencias a los aspectos controvertidos que habían debilitado la declaración y el plan de acción de la conferencia anterior celebrada en 2001 en Durban, Sudáfrica.

Igualmente, 10 países no se sumaron al consenso porque desertaron de la Conferencia de Examen de Durban, que comenzó el lunes en la sede de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) de Ginebra.

Las naciones ausentes son Alemania, Australia, Canadá, República Checa, Estados Unidos, Holanda, Israel, Italia, Nueva Zelanda y Polonia.

Aunque los responsables de la Conferencia negaron haber obrado bajo presión, la adopción del documento final tres días antes de la clausura de las sesiones, un hecho inusual en este tipo de encuentros internacionales, descartó la posibilidad de una revisión del borrador.
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La alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, la sudafricana Navi Pillay, celebró la aprobación y dijo que el documento resalta los sufrimientos crecientes padecidos por las víctimas del racismo desde 2001, el año de Durban I, pero también de los atentados terroristas del 11 de septiembre de ese mismo año en Washington y Nueva York.

Desde entonces, la aplicación de la declaración y el programa de Durban se vio impedida por desafíos como el aumento de complejos movimientos migratorios, de la pobreza, y de las acciones del terrorismo y por algunas de las medidas empleadas para contrarrestarlo.

La aprobación del documento fue recibida con mesurada satisfacción por expertos de derechos humanos y representantes de organizaciones no gubernamentales.

Antoine Madelin, de la Federación Internacional de Derechos Humanos, con sede en París, estimó que el documento representa un aporte importante para las víctimas que se beneficiarán de sus disposiciones.

Eso ocurrirá en Europa, donde los inmigrantes y las personas pertenecientes a minorías musulmanas sufren el estigma en sus sociedades, y también en otras partes del mundo, donde minorías religiosas y étnicas y otras víctimas de múltiples formas de discriminación podrán recibir amparo, dijo Madelin a IPS.

El experto suizo Jean Ziegler evaluó que la Conferencia ya ha producido logros muy positivos por el solo hecho de realizarse. De esta manera la ONU coloca en la cúspide de los intereses del mundo a la cuestión del racismo, dijo a IPS.

Con esta decisión, la ONU proclama y evidencia que el antisemitismo, la xenofobia y la islamofobia son un cáncer que roe nuestras sociedades, agregó.

La Conferencia había comenzado en la víspera con un sonado traspié. Primero, una decena de países, algunos clave en la escena internacional, desistió de participar por diferencias con ciertos aspectos del proyecto de declaración o para tomar distancia de la asistencia del presidente de Irán, Mahmoud Ahmadineyad, el primer orador invitado del encuentro.

La presencia y el discurso de Ahmadineyad causaron protestas e incidentes, aunque también obtuvieron muestras de aprobación entre delegados gubernamentales y público. Los duros ataques del orador a Israel y al sionismo provocaron que todos los representantes de países de la Unión Europea se retiraran del recinto mientras duraba la intervención.

Una rectificación de la ONU echó luz este martes sobre los verdaderos términos que empleó el presidente iraní para referirse al Holocausto judío. La versión escrita distribuida por la representación de Teherán había señalado que Ahmadineyad mencionó "la ambigua y dudosa cuestión del Holocausto".

Sin embargo, una aclaración de la ONU estableció que el orador dijo "el abuso de la cuestión del Holocausto". También la ONU había hecho saber que el mismo lunes, antes del discurso, el presidente iraní sostuvo un encuentro con el secretario general de foro mundial, Ban Ki-moon, quien le sugirió que moderara su lenguaje en el discurso de horas más tarde.

De todas maneras, el secretario general e igualmente Pillay cuestionaron y tomaron distancia de las expresiones de Ahmadineyad sobre Israel, el sionismo y el Holocausto.

Ziegler dijo a IPS que el presidente iraní estuvo el lunes más moderado que en las intervenciones sobre esos temas pronunciadas en Teherán, "donde ha negado el Holocausto, lo cual es escandaloso". En esas ocasiones, Ahmadineyad ha hablado también "de la destrucción de Israel, que es una locura absoluta", insistió.

El discurso del gobernante iraní en Ginebra contuvo igualmente críticas a las políticas de Israel y de Occidente "sobre ciertos puntos de las cuales no estoy en absoluto de acuerdo", agregó Ziegler.

Sin embargo, lo más escandaloso ha sido la actitud de los países occidentales que se retiraron del recinto cuando hablaba Ahmadineyad, "en lugar de ir a la tribuna, tomar el micrófono y responder". Porque Irán "es un estado que asesina, tortura y viola los derechos humanos. Y a eso hay que responder", sostuvo.

Madelin se declaró también conmovido por las expresiones del presidente de Irán y estimó que el documento aprobado en la fecha por la Conferencia "es la mejor respuesta que la comunidad internacional puede darle". El documento de la ONU es la antítesis del discurso de Ahmadineyad, ratificó.

En el plano específico de los derechos humanos, el documento despierta menos entusiasmo entre los expertos, como lo manifestó Ziegler, para quien se trata de "un texto malo".

No se ocupa de los conflictos reales, de los palestinos, de los dalit de India, de los tamiles de Sri Lanka ni tampoco de Darfur, lugares donde la gente muere por causas de odio racial, opinó.

En Darfur mueren los que tienen piel negra, los mismos que sufren el hambre y son destruidos. En Gaza, los palestinos son bombardeados por la aviación israelí, que los masacra sólo porque son palestinos, refirió.

"El documento de la ONU no menciona claramente los conflictos, y es en ese tema donde hay que trabajar. Es evidente que para lograr este texto se ha alcanzado el consenso, pero eso ha debilitado terriblemente el programa de acción que se debe poner en práctica si se piensa en las víctimas", reclamó el académico suizo.

Madelin estimó también que el documento debería haber avanzado mucho más en la descripción de formas de discriminación que la misma ONU ya ha reconocido en su jurisprudencia.

En particular, el representante de la FIDH se refería a las discriminaciones por razones de castas, como en el caso de los dalit, y de orientación sexual, dos formas que no son reconocidas políticamente, dijo.

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