DDHH-EEUU: Informe del Senado expone aval oficial a torturas

Los interrogadores del Pentágono aplicaron continuas torturas a prisioneros en Afganistán, Guantánamo e Iraq en un vano intento de vincular al ex dictador iraquí Saddam Hussein (1979-2003) y a la red radical islámica Al Qaeda con los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York y Washington.

Ésta es una de las principales conclusiones de un largamente esperado informe divulgado finalmente el martes por el Comité de Servicios Armados del Senado estadounidense.

El trabajo también concluyó que profesionales de la salud jugaron un papel clave en ayudar al Departamento de Defensa para que introdujera el "waterboarding" ("submarino" o simulación de ahogamiento) y otras torturas meses antes de que esas "técnicas de interrogatorio" fueran "justificadas" por abogados del Departamento de Justicia y aprobadas por sus superiores en la administración del ex presidente George W. Bush (2001-2009).

El informe cita a ex altos funcionarios de inteligencia y ex psiquiatras del Ejército afirmando que el gobierno de Bush ejerció una "incesante presión" en los interrogadores para usar duros métodos sobre los detenidos, en parte para encontrar evidencia de un vínculo entre Al Qaeda y Saddam Hussein.

Ese era el tipo de información que le habría dado a Bush el principal argumento para invadir Iraq en 2003, señala el informe. Pero no se halló ninguna evidencia de ese supuesto vínculo.
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El informe indica que altos funcionarios de la administración de Bush, incluyendo al vicepresidente Dick Cheney, el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, el director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), George Tenet, la consejera de seguridad nacional, Condoleezza Rice, y el fiscal general, John Ashcroft, estaban al tato del uso de torturas.

A pesar de las advertencias de personal militar de que la aplicación de las torturas en los detenidos de Guantánamo podría tener consecuencias negativas, 15 técnicas específicas fueron avaladas por Rumsfeld el 2 de diciembre de 2002, señala el informe.

Lo que siguió fue "una erosión de los estándares que dictan que los detenidos deben ser tratados humanamente", indica.

"Que esas técnicas fueron autorizadas pasó a ser algo conocido por los soldados estadounidenses en Afganistán e Iraq, preparando el escenario para los abusos que ocurrieron en (la cárcel de) Abu Ghraib y otros lugares", añade.

El informe también indica que el uso de las torturas comenzó a inicios de 2002, ocho meses antes de que los abogados del Departamento de Justicia aprobaran el uso del "submarino" y otros nuevos métodos de interrogatorio, concluyeron los senadores.

El presidente del comité, Carl Levin, del gobernante Partido Demócrata, dijo: "El informe representa una condena tanto a las políticas de interrogatorio de la administración Bush como de los altos funcionarios que intentaron responsabilizar de los abusos — vistos en Abu Ghraib, Afganistán y Guantánamo— a soldados de bajo rango".

"El argumento de que los abusos podrían ser atribuidos a actos no autorizados de ‘unas pocas manzanas podridas’ es simplemente falso", afirmó.

"Unas pocas manzanas podridas" es cómo Rumsfeld calificó a los soldados que aparecieron humillando a prisioneros en Abu Ghraib en fotografías filtradas que recorrieron el mundo. Varios de esos militares fueron sentenciados a prisión. Investigaciones del Pentágono no encontraron evidencia de que los abusos fueran parte de una política ordenada por altos mandos civiles.

"La pista sobre los abusos lleva a altos líderes civiles, y nuestro informe conecta los puntos", desde la autorización de Rumsfeld "hasta Guantánamo, Afganistán e Iraq", dijo Levin.

Defensores de los derechos humanos elogiaron el informe. Caroline Fredrickson, directora de la oficina legislativa en Washington de la Unión por las Libertades Civiles Estadounidenses (Aclu), señaló: "Una vez más, recibimos clara evidencia de que los más altos funcionarios de la administración de Bush no sólo eran cómplices en la aplicación de la tortura, sino que estaban activamente involucrados en su implementación. Es tiempo de actuar sobre esta evidencia".

El informe también documenta cómo un plan de entrenamiento militar llamado Supervivencia, Evasión, Resistencia y Escape (SERE) se convirtió en el fundamento de los interrogatorios tanto por parte del Pentágono como de la CIA.

SERE fue desarrollado hace muchos años como una forma de darle al personal militar estadounidense cierta idea del trato que podrían recibir si fueran capturados por China, la Unión Soviética u otros adversarios durante la Guerra Fría.

El informe del comité indica que la CIA se inspiró en el programa SERE para aplicar métodos severos contra sospechosos de Al Qaeda en sus prisiones en el exterior. La agencia admitió que usó el "submarino" contra tres sospechosos de terrorismo en 2002 y 2003.

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