CUBA: Mayoría de estadounidenses favorecen distensión

Llegó la hora de que Washington pruebe una nueva política hacia Cuba, según 59 por ciento de los ciudadanos estadounidenses entrevistados para el último sondeo de la encuestadora WorldPublicOpinion.org.

Aumentar los viajes y el comercio entre los dos países alentará la apertura y la democracia en Cuba, sin fortalecer al gobierno de Raúl Castro, según la mayoría de los estadounidenses consultados para el más reciente sondeo de esta encuestadora dependiente de la Universidad de Maryland.

Los resultados de la encuesta, realizada entre el 25 de marzo y el 6 de abril, se conocieron horas después de que el gobierno de Barack Obama anunciara el levantamiento de las restricciones a las visitas y remesas de cubano-estadounidenses a Cuba.

Mientras 59 por ciento de los entrevistados coincidieron en que es "hora de intentar un nuevo enfoque hacia cuba, porque Cuba tal vez esté lista para el cambio", 39 por ciento adhirieron a la opción contraria: que "el Partido Comunista aún mantiene el control y, por lo tanto, Estados Unidos debería seguir aislando a Cuba".

La primera respuesta fue la preferida por 71 por ciento de los entrevistados votantes del gobernante Partido Demócrata, y de 47 por ciento de los que votaron al opositor Partido Republicano.
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Setenta por ciento de los encuestados consideraron que los ciudadanos estadounidenses deberían tener libertad para viajar a Cuba, y 69 por ciento coincidieron con que deberían restablecerse las relaciones diplomáticas entre Washington y La Habana.

Cincuenta y dos por ciento de los consultados dijeron creer que el embargo impuesto durante medio siglo por Estados Unidos contra Cuba "ni fortalecieron ni debilitaron" al gobierno comunista instalado con la revolución de 1959. Veintinueve por ciento consideró que lo había debilitado y 16 por ciento, que lo había fortalecido.

Obama dejó en pie buena parte de las medidas que conforman el embargo impuesto en 1962 con el argumento de que analizará antes de tomar nuevas medidas si se producen en Cuba avances en materia de democracia y derechos humanos.

El presidente cumplió el lunes con una de sus promesas de campaña al levantar todas las restricciones a los viajes de cubano-estadounidenses a su país de origen, así como a enviar remesas de dinero a sus familiares en la isla.

En el decreto al respecto, Obama también autorizó a las compañías de telecomunicaciones de Estados Unidos a solicitar licencias para hacer negocios en Cuba, con la intención explícita de aumentar el flujo de información que recibe el público de la isla.

Además, anunció la ampliación de los tipos y a la cantidad de bienes de carácter humanitario que pueden enviarse a Cuba desde Estados Unidos.

Obama había sancionado en marzo una ley que alivia el embargo a Cuba, al atenuar restricciones a los viajes, las remesas y las exportaciones a la isla.

La norma priva al Departamento del Tesoro (ministerio de hacienda) de financiamiento para asegurarse el cumplimiento de ciertas restricciones impuestas por George W. Bush (2001-2009), lo cual, de hecho, las deja sin efecto.

Las cláusulas de esa ley presupuestal referidas a Cuba también permiten la emisión de una licencia general para viajar a ciudadanos y representantes de compañías estadounidenses a la isla con el propósito de vender productos agrícolas e insumos médicos.

Senadores y representantes de los dos grandes partidos de Estados Unidos respaldan proyectos de ley que pondrían fin a medio siglo de embargo contra Cuba, e incluso a la prohibición de viajar a esa isla de régimen comunista.

Otro proyecto de ley, denominado "libertad de viajar a Cuba", fue presentado el 31 de marzo en el Senado por el demócrata Byron Dorgan y el republicano Michael Enzi, a los que se unieron otros 20 legisladores, entre ellos los influyentes Christopher Dodd y Richard Lugar.

Un proyecto idéntico fue presentado dos días después, el 2 de abril, en la Cámara de Representantes por el demócrata Bill Delahunt y el republicano Jeff Flake como principales patrocinantes, acompañados por 121 diputados.

Los anuncios desataron reacciones contradictorias.

El senador cubano-estadounidense Mel Martínez, un republicano que había rechazado vehementemente el proyecto de ley sobre "libertad de viajar", aplaudió el decreto, el cual, dijo, constituye una "buena noticia para las familias cubanas separadas por la falta de libertades en Cuba".

"La discusión, ahora, debe ser sobre la relación del gobierno de Castro con el pueblo cubano", dijo el legislador opositor al diario The Washington Post. "Cualquier discusión sobre cambios en la política estadounidense hacia Cuba debería responder sólo a cambios concretos" en la isla, sostuvo Martínez.

El decreto marca un cambio radical respecto de las estrictas políticas del gobierno de Bush, pero muchos críticos del embargo consideran que eso no ha sido suficiente.

"Obama debe permitir que todos los estadounidenses, y no sólo los cubano-estadounidenses, viajen a Cuba, porque podemos ser buenos embajadores de nuestro país y de sus valores", dijo la directora del Centro para la Democracia en las Américas (CDA), Sarah Stephens, también a The Washington Post.

"Debe terminarse el aislamiento diplomático de Cuba, para que no sólo Rusia y China, entre otros países, cultiven sus relaciones comerciales y estratégicas con la isla", agregó.

"Si esto es todo el cambio que Obama tiene para ofrecer en la política hacia Cuba, pasará momentos difíciles en la Cumbre de las Américas" que se celebrará este fin de semana en Trinidad y Tobago, dijo Wayne S. Smith, experto del Centro para la Política Internacional.

Estados Unidos será el único país presente en la cumbre que no tiene relaciones diplomáticas plenas con la isla caribeña.

Cuba, cuya membresía a la Organización de Estados Americanos (OEA) fue suspendida en 1962, no estará presente en la cumbre, aunque varios jefes de Estado y de gobierno se entrevistarán con él en Venezuela antes de la reunión en Puerto Príncipe.

"El presidente Obama cometió un grave error al aumentar unilateralmente los viajes y remesas de cubano-estadounidenses a la dictadura cubana", dijeron los legisladores republicanos Lincoln Díaz-Balart y Mario Díaz-Balart, del sudoriental estado de Florida, bastión anticastrista estadounidense.

"Las concesiones unilaterales alientan a la dictadura a aislar, encarcelar y tratar brutalmente a activistas pro-democráticos y a continuar dictando qué cubanos y qué cubano-estadounidenses pueden entrar en la isla", además de que "aportan apoyo financiero a la dictadura", dijeron los legisladores.

Mientras, el líder revolucionario y ex presidente cubano Fidel Castro dijo el martes que la medida tomada por Obama es "positiva, aunque mínima".

"Cuba ha resistido y resistirá. No extenderá jamás sus manos pidiendo limosnas", anotó, en un texto difundido el lunes por la noche en Cubadebate y el martes en el diario Granma, órgano oficial del gobernante Partido Comunista.

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