Theary Seng, huérfana del régimen del Jemer Rojo (1975-1979), sostiene que los camboyanos están unidos por vínculos invisibles tejidos por el dolor, que llama «hermandad del sufrimiento».
Cuando Theary comenzó a escribir la tragedia que sufrió su familia, se trataba más de un asunto personal, de cerrar un capítulo doloroso de su historia. Pero resultó ser una poderosa herramienta de comunicación con otros camboyanos porque, como ella dice, "en Camboya todo el mundo está asustado".
Theary llegó a Estados Unidos tras un prolongado periplo por un centro de detención y campamentos de refugiados. Al leer su historia, sus amigos le decían que era una historia "extraordinaria". Ella debió responder que sólo era una de las cientos de miles que ocurrieron durante el régimen sanguinario de la organización maoísta.
Uno de cada cinco camboyanos, alrededor de 1,7 millones personas, fueron ejecutados, torturados o murieron de hambre.
Theary tenía apenas unos tres años cuando el Jemer Rojo ejecutó a su padre. Un par de años después despertó una mañana en su celda y descubrió que su madre había desaparecido llevándose los últimos hilos de su infancia "soñada".
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Treinta años después, por fin llegó la hora de hacer justicia.
Las Cámaras Extraordinarias en las Cortes de Camboya es el tribunal especial, respaldado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que comenzó el lunes el juicio contra el conocido integrante del Jemer Rojo Kaing Guek Eav, conocido como "Duch".
Theary es una de las huérfanas que buscan justicia por la muerte de sus padres.
El líder del Jemer Rojo, Pol Pot, murió en 1998, pero cuatro integrantes clave, ahora ancianos de entre 70 y 80 años, fueron acusados de crímenes contra la humanidad.
Entre ellos se encuentra el leal lugarteniente de Pol Pot, Khieu Samphan, quien fuera presidente de Kampuchea y "figura pública del régimen", y a quien Theary responsabiliza del asesinato de sus padres.
IPS entrevistó a Theary, autora del libro "Daughter of the Killing Fields" (Hija de los campamentos de la muerte) en el marco del histórico juicio.
IPS: ¿Por qué era importante para usted escribir la historia de su familia?
Theary Seng: El libro es la consolidación de mis recuerdos de infancia que estaban fragmentados. Los pude reunir gracias a conversaciones con mis familiares. Camboya no tiene una cultura de diálogo y muy pocas personas comparten este tipo de experiencias. La nuestra es una cultura de directivas, de padres a hijos y del gobierno a los ciudadanos.
Escribir el libro me llevó a explorar el contexto geopolítico en el que se enmarca mi historia personal. También es mi forma de llegar a otros camboyanos porque todos existimos en esta hermandad del sufrimiento. Trato de decirles que no tenemos que dejarnos dominar por el sufrimiento, que forma parte de nuestro pasado, pero que tenemos que superarlo para darle una forma más bella.
IPS: ¿Qué sintió cuando se encontró cara a cara con el hombre que mató a sus padres? El relato de su encuentro con él en Pailin, bastión montañoso del régimen, es uno de los más fuertes de su libro.
TS: La primera vez que vi a Khieu Samphan fue surrealista. Lo había visto muchas veces en fotografías y vídeos. Cuando lo vi en su casa de Pailin, antes de su detención, era como si lo conociera desde siempre.
Pero no podía juntar la imagen que tenía frente a mí, un abuelo, con la que tenía en mi mente, la de un monstruo. Al principio me asusté y tuve sentimientos mezclados de tristeza inconsolable, profunda pena y una aturdida sensación de no existencia.
IPS: Algunas personas critican las fallas del juicio a los dirigentes del Jemer Rojo. ¿Usted qué cree? ¿Le parece significativo el proceso actual?
TS: La importancia del proceso tiene varios niveles. Ayuda a arrojar luz sobre un periodo muy oscuro de la historia de Camboya. El tribunal puede contribuir a socavar la impunidad que prevalece en la sociedad camboyana. Es importante y relevante para todas las personas porque es un símbolo visible y muy poderoso de justicia. Permite que haya y se haga justicia.
Sabemos que el trauma, como la violencia, se transmite. La violencia engendra más violencia. La segunda generación hereda el trauma. El juicio al Jemer Rojo puede ayudar a dilucidar los aspectos emocionales y psicológicos de cada camboyano respecto de nuestro trauma nacional, incluidos los que nacieron después y los que se quedaron en el exterior.
IPS: Usted es parte litigante en el juicio. ¿Busca justicia por motivos personales?
TS: Desde un punto de vista personal, mi participación es una oportunidad de honrar a mis padres muertos. Desde el punto de vista público, es una posibilidad de contribuir al proceso.
Soy víctima, pero también soy abogada. Conozco al pueblo camboyano y puedo contribuir a la búsqueda de justicia.
El gobierno actual suele repetir que lo importante ahora es tener paz. Pero lo que tenemos es ausencia de guerra. No tenemos justicia. Los camboyanos buscan paz y este proceso nos permitirá hacer justicia.
Mi equipo del Centro para el Desarrollo Social de Camboya trata de formar una parte litigante integrada por huérfanos del régimen del Jemer Rojo.
IPS: ¿El juicio es un proceso contra personas o contra una ideología o un sistema?
TS: Las Cámaras Extraordinarias en las Cortes de Camboya es un tribunal de justicia y de opinión pública. En tanto que tribunal de justicia su labor se restringe al juicio de personas, no de una ideología ni de un sistema político. Pero en tanto que "tribunal de opinión pública" es un proceso contra personas, una ideología y un sistema político.
El mandato del tribunal se limita al juicio de los altos cargos del régimen. Es decir, los altos funcionarios del Jemer Rojo y los que tuvieron "mayores responsabilidades".
Pero la ideología que está en el banquillo del tribunal de la opinión pública es la lucha de clases, la veneración del campesino, la guerra fría y el imperialismo.
El sistema que está en el banquillo es el comunismo, en general, y la aplicación del Jemer Rojo, en particular.
IPS: ¿Qué importancia tiene el juicio para las personas que nacieron después de la caída del Jemer Rojo y para el resto del mundo?
TS: Es importante porque juzgamos crímenes contra la humanidad, no sólo contra el pueblo camboyano. Los delitos fueron de una atrocidad tal que pasaron a ser un ataque contra la humanidad en su conjunto, no sólo contra algunas personas o contra un pueblo. Socavaron la dignidad humana.