AMÉRICA: Consenso que no se firma

Hay una sola firma en la Declaración de Puerto España, aunque había lugar para 34. No obstante, los mandatarios que participaron de la V Cumbre de las Américas la consideraron exitosa y dijeron que marcó el inicio de una «nueva atmósfera» en el hemisferio.

El primer ministro de Trinidad y Tobago, Patrick Manning, señaló que el encuentro, concluido el domingo en esta ciudad, fue un "éxito".

"La Declaración en sí no tuvo la aprobación de todos los 34 países", reconoció. "Algunas naciones tenían reservas sobre ciertos elementos, y es entendible, porque es muy difícil cuando 34 países se reúnen y negocian posiciones".

Sin embargo, "hubo consenso en la materia, y el primer ministro de Trinidad y Tobago, como presidente de la conferencia, estaba autorizado a firmar el documento en nombre de todos sus colegas, lo cual hice con gusto", añadió.

La Declaración tenía la intención de servir de esquema para el futuro desarrollo socioeconómico de América, pero países como México consideraron que el documento, de 97 páginas, no trataba en forma adecuada los problemas de la región.
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"Algunos entendieron que el tema de la crisis económica y financiera (mundial) no estaba suficientemente discutida en el documento", explicó el presidente mexicano Felipe Calderón.

"También estaba la cuestión de si debíamos seguir describiéndonos a nosotros mismos como ‘países democráticos’", añadió, una expresión que muchos consideraban una crítica implícita a Cuba.

En una declaración a periodistas, Norman Girvan, ex secretario general de la Asociación de Estados del Caribe, afirmó: "En esas circunstancias, los líderes evidentemente decidieron que era mejor que ninguno firmara, y no que lo firmaran algunos y otros se abstuvieran".

"Eso hubiera hecho público su desacuerdo, exponiendo a los firmantes a la acusación de ser ‘vendidos’ a Estados Unidos, y a los no firmantes de ser ‘aguafiestas’", añadió.

"La cumbre habría terminado con una nota amarga. Y gran parte de los progresos logrados para darle un nuevo tono a las relaciones entre Estados Unidos y América Latina habrían sido socavados. Tener la firma del presidente de la cumbre sacó a todos del atolladero", dijo Girvan, ahora investigador del Instituto de Posgrado de Relaciones Internacionales de la Universidad de las Indias Occidentales.

"Probablemente fue el compromiso ‘menos malo’. Pero le roba a la Declaración de Puerto España gran parte de su fuerza política", agregó.

Antes de la cumbre, los países miembro de la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Alba), liderados por Venezuela, habían prometido no firmar el documento, en solidaridad con Cuba, que no fue invitado ni a ésta ni a pasadas cumbres.

Pero La Habana estuvo adecuadamente representada en el encuentro de tres días a través del consenso de los países presentes en que era necesario un acercamiento entre Washington y el único país comunista del hemisferio.

El propio presidente de Estados Unidos, Barack Obama, dejó la puerta abierta, indicando que no había llegado a Puerto España a debatir sobre el pasado, y aclaró a periodistas que no estaba interesado en ser parte de un "espectáculo".

"Vine aquí para tratar el futuro", afirmó, y alertó que, si bien es importante aprender de la historia, "no podemos quedar atrapados en ella".

En la ceremonia de clausura, Manning admitió que la Declaración, que había sido negociada en vísperas de la cumbre, no "reflejaba realmente" el cambiante ambiente político y social mundial. Por ejemplo, las negociaciones sobre el texto habían terminado antes de la cumbre del Grupo de los 20 (G-20) países industrializados y emergentes, realizada en Londres el 1 de este mes.

Por su parte, el primer ministro de Canadá, Stephen Harper, dijo que a pesar de no haber firmado la Declaración, la reunión de tres días había sido un éxito y que las deliberaciones habían confundido a los críticos que pronosticaron una batalla entre los países miembros de la Organización de Estados Americanos.

"Pienso que lo más destacado de la cumbre fue que no cumplió con las expectativas de una gran confrontación. Todos vinimos aquí, creo, pensando que tendríamos una batalla entre las perspectivas más radicales que existen en ciertos temas", dijo Harper en conferencia de prensa.

"Eso no se materializó. Vimos que se reemplazó la confrontación por el diálogo, no un diálogo que careció de desacuerdos ni de discusiones, sino un diálogo que fue genuino, y una química entre los líderes, en particular entre los protagonistas, que fue muy buena", añadió.

El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, también calificó de "éxito total" la cumbre, e indicó que se había creado una "nueva atmósfera" entre los países del hemisferio.

"El encuentro fue un completo éxito que llevó a una serie de compromisos tácitos y otros expresamente definidos. De todas las cumbres que he asistido en esta década, sin duda ésta fue la más exitosa, una que abrió las puertas a una nueva era de razonamiento entre todos los países", afirmó el mandatario.

"La Cumbre de las Américas, sin ser perfecta, estuvo cerca de la perfección", añadió.

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