Cuba, el único país excluido de la V Cumbre de las Américas, que comienza este viernes en Puerto España, vio amplificada su demanda de diálogo sin condiciones con Estados Unidos al recibir un cerrado respaldo de otros ocho gobiernos de la región reunidos en la nororiental ciudad venezolana de Cumaná.
La Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), un mecanismo de cooperación que reúne a Bolivia, Cuba, Dominica, Honduras, Nicaragua y Venezuela, acordó en la víspera, junto a los invitados gobernantes de Ecuador, Paraguay y San Vicente y las Granadinas, hacer de la causa de La Habana su estandarte de entrada a la cita trinitobaguense.
El bloqueo económico estadounidense sobre Cuba de casi cinco décadas, su largo aislamiento de la comunidad hemisférica y la exigencia que hace Washington para que la isla caribeña presente gestos de apertura y democracia fueron blancos de críticas en la cita de Cumaná.
La cumbre de Puerto España "no es de las Américas, porque allí faltan Cuba y Puerto Rico", dijo el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega.
El mandatario anfitrión, Hugo Chávez, reiteró que vetará la proyectada declaración "Compromiso de Puerto España", por considerarla "impresentable, un galimatías" y expresó su confianza en que esta quinta cita sea "la última cumbre con este formato".
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También expresó su deseo, compartido por sus homólogos Evo Morales, de Bolivia, y Raúl Castro, de Cuba, de que se conforme una organización de estados latinoamericanos y del Caribe en reemplazo de la Organización de Estados Americanos (OEA).
Las cumbres de 34 países de América, con la única excepción de Cuba, fueron iniciadas en 1994 para auspiciar una nueva agenda entre Estados Unidos, Canadá, América Latina y el Caribe, pero su principal proyecto, el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), fue sepultado en la cuarta cita, realizada en 2005 en la sudoriental ciudad argentina de Mar del Plata.
El nuevo presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha expresado que la Cumbre "ofrece la oportunidad de un nuevo inicio", con "la promoción de la prosperidad, seguridad y libertad a favor de los pueblos americanos, sin adoptar las poses inflexibles del pasado".
La Cumbre "le da a todo líder que ha sido elegido democráticamente la oportunidad de reiterar los valores que compartimos", escribió Obama, "y así como Estados Unidos va en pos de ese objetivo en su acercamiento al pueblo cubano, esperamos que todos nuestros amigos en el hemisferio se nos unan para apoyar la libertad, igualdad y los derechos humanos de todos los cubanos".
Chávez leyó un despacho noticioso fechado en Puerto Príncipe, en el que la secretaria de Estado (canciller) estadounidense, Hillary Rodham Clinton, dijo que su país levantará el embargo contra Cuba si en la isla avanza la democracia y se liberan los presos políticos.
"¿Dónde habrá más democracia, en Estados Unidos o en Cuba?", se preguntó el mandatario venezolano. Y se respondió: "Yo no tengo dudas, en Cuba".
Morales narró su experiencia al seguir las elecciones en Cuba e impactó al auditorio al proclamarse comunista y desafiar a la OEA a que por esa razón expulse a Bolivia.
"Cuba fue excluida de la OEA porque se consideró incompatible que ahí estuviera un gobierno marxista-leninista. Pues bien, yo me declaro marxista, leninista, comunista y socialista. Vamos a ver si expulsan a Bolivia de la Organización", retó Morales.
El presidente de Paraguay, Fernando Lugo, por su parte, indicó que "Cuba merece no sólo regresar al sistema americano sino una compensación por el daño sufrido".
Su país, dijo Lugo, "tiene cierto interés en organizar la próxima Cumbre, sólo cierto interés, pero cambiando el formato".
Roosevelt Skerrit, primer ministro de Dominica, sostuvo que no hay que justificarse "y pedir perdón porque Cuba es parte del sistema de las Américas y dejarla fuera ciertamente es una injusticia, no sólo hacia Cuba, sino hacia nosotros que somos miembros de la Cumbre de las Américas".
Ralph Goncalves, su homólogo de San Vicente y las Granadinas, reclamó en coincidencia que "el bloqueo a Cuba, el último tema restante de la Guerra Fría, debe terminar", y agregó que en Puerto España abogará porque "Estados Unidos invite a Cuba a discusiones sin ninguna precondición, sin prerrequisitos".
En tanto, Goncalves anunció que San Vicente y las Granadinas se sumaba como séptimo miembro de ALBA, bloque al cual Ecuador y Haití son considerados observadores.
El canciller ecuatoriano, Fander Falconí, dijo que el proyecto de declaración de Puerto España "es tibia, insulsa, no toma en cuenta la crisis global ni el rechazo de la región al bloqueo contra Cuba".
Para el mandatario hondureño, Manuel Zelaya, "el problema no está en Estados Unidos, sino en América Latina y el Caribe, que se deja imponer políticas y arrebatar espacios".
Cuando le correspondió agradecer los respaldos, el presidente Castro subrayó que "el planeta entero se opone al bloqueo, con excepción de Estados Unidos, Israel, que es su principal aliado, y algún otro país que se ha abstenido" en una docena de votaciones en la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas.
Evocó complicidades que su gobierno le atribuye a la OEA en acciones políticas contra países latinoamericanos y usó una frase del apóstol de la libertad cubana José Martí (1853-1895) para decir que "primero se unirá el mar del norte con el del sur y nacerá una serpiente de un huevo de águila" antes de que su país retorne al foro continental.
En cambio, con Estados Unidos, "estamos dispuestos a discutir todos los temas, de democracia, libertad de prensa, derechos humanos o presos políticos, pero sin sombras sobre nuestra soberanía y derecho a la autodeterminación", dijo Castro.
La cita sirvió para que los socios de ALBA y Ecuador firmasen un acuerdo marco para constituir una moneda para el intercambio dentro del grupo, distinguida con el acrónimo de sucre (Sistema Único de Compensación Regional), como homenaje a Antonio José de Sucre (1795-1830), el héroe de la independencia sudamericana que nació en Cumaná.
El sucre deberá operar como unidad de cuenta a partir de 2010 "y debe ser el embrión para una moneda común en físico en el futuro, si queremos liberarnos de la dictadura del dólar", comentó Chávez.
Morales, por su parte, propuso constituir un Consejo del ALBA para los derechos humanos, con representantes designados por cada país, para estudiar "las políticas económicas globales que violan los derechos humanos y las políticas internacionales contra el derecho a la autodeterminación y soberanía de nuestros pueblos".
Debería servir además, según el mandatario boliviano, "para investigar y denunciar el terrorismo mediático contra los gobiernos de liberación de nuestros pueblos".
Las intervenciones en Cumaná también cargaron sus críticas sobre las medidas adoptadas el 2 de abril por el Grupo de los 20 países industrializados y emergentes, "porque no resuelven la inequidad ni permiten superar el subdesarrollo al que se nos condena", según dijo Castro, el único que leyó su intervención inicial en la reunión.