PERIODISMO-PERÚ: Las mujeres dominan, pero no mandan

Cuando este mes comenzaron los cursos en las universidades de Perú, las mujeres llenaron entre 65 y 72 por ciento de las aulas de los primeros años de las facultades de Comunicación, en un fenómeno de feminización del periodismo visible en las salas de redacción de los medios de todo el país.

Enith Fasanando cuenta su experiencia Crédito:
Enith Fasanando cuenta su experiencia Crédito:
Pero en los puestos de dirección de los medios de comunicación peruanos, tanto impresos como audiovisuales y digitales, los hombres siguen siendo amplia mayoría.

"Hay que reconocer los hechos: las mujeres dominan las redacciones en número, pero no mandan", dijo a IPS Zuliana Laínez, dirigente de la Asociación Nacional de Periodistas, en el III Encuentro Nacional de la Mujer Periodista, realizado este mes en Lima.

"Como ocurre en países tan diferentes como Rusia o Suecia, las mujeres en Perú son la mano de obra del periodismo, no llegan a capataces", dijo.

Ningún diario comercial peruano tiene al frente una mujer y sólo aparecen en esos cargos en algunas revistas enfocadas en cuestiones femeninas o de espectáculos.
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Las mujeres sólo dirigen tres de las 49 integrantes de la Coordinadora Nacional de Radio, que agrupa a emisoras comunitarias regionales, y encabezan un puñado de programas radiales a nivel nacional.

En televisión, las profesionales femeninas están al frente apenas de dos programas periodísticos de alcance nacional, uno de ellos dominical. Sin embargo, son casi siempre las escogidas para conducir los noticiarios y leer las noticias en radio, en general en compañía de un varón.

No existen cifras detalladas actuales sobre el porcentaje de hombres y mujeres que ejercen el periodismo en Perú. Pero la organización no gubernamental Calandria indica que el cambio es dramático respecto de 1997, cuando realizó un gran informe sobre género en el mercado laboral de las comunicaciones en este país.

El estudio titulado "Comunicadoras: Competencias por la Igualdad", estableció que 12 años atrás 31 por ciento del personal de los periódicos era femenino, mientras que en televisión bajaba a 26,8 por ciento.

Rosa María Alfaro, autora del estudio, sostuvo que la presencia cada vez más numerosa de las mujeres en las redacciones y entre el estudiantado que se titula cada año en las 34 facultades de Ciencias de la Comunicación de Perú se contradice en forma chocante con la baja presencia de profesionales femeninas que son productoras, ejecutivas, jefas de redacción, editoras o directoras.

Tanto en 1997 como ahora "existe una descompensación entre una imagen pública de participación de las mujeres en los medios y su lugar protagónico real en los mismos", dijo a IPS esta experta, quien ahora coordina un nuevo estudio latinoamericano sobre Género y Medios, que está en su fase inicial.

Calandria es una asociación de redes sociales que desde 1984 promueve en Perú la igualdad de género en la comunicación, como una forma de impulsar el liderazgo femenino y así mejorar la gobernabilidad.

UN TECHO DE CRISTAL UNIVERSAL

El Proyecto Global de Observación de los Medios reveló en el último de sus estudios quinquenales, de 2005, que 57 por ciento de los presentadores de televisión eran mujeres, pero solo 29 por ciento de las noticias estaban escritas por mujeres.

Al mismo tiempo, sólo 23 por ciento de las llamadas "noticias serias" fueron cubiertas o escritas por mujeres, a quienes se las encuentra más a menudo en lo que se define de información "ligera", como asuntos sociales, familia o arte y "vida". En esa área, más de 40 por ciento son profesionales femeninas.

En 2002, el informe de la Asociación Canadiense de Diarios afirmaba las mujeres ocupaban sólo ocho por ciento de los puestos de redactores-jefe y 12 por ciento de los de editores. La Asociación de Periodistas del Este de África aseguraba en 2008 que menos de 20 por ciento de los cargos de edición estaban ocupados por profesionales femeninas en la región.

Laínez integró estos datos a la realidad de América Latina, donde según la Federación Internacional de Periodistas (FIP) 27.3 por ciento de los periodistas son mujeres. De ese porcentaje, un número ínfimo logrará alcanzar un puesto de dirección..

¿Qué hace falta para romper con este sortilegio que parece campear en las salas de redacción? A esa inquietud expresada en el encuentro peruano de la Mujer Periodista, la FIP ha respondido que los sindicatos y asociaciones gremiales deben impulsar decididamente el aumento del número de mujeres en los órganos de dirección de los medios de comunicación.

En el manual de la FIP Instalar el Equilibrio se subraya la necesidad de abordar la relación mujer-mujer al interior de los medios de comunicación, para lo que se requiere promover la solidaridad de género.

El documento asegura que sólo así se podrá construir un liderazgo femenino dentro de lo medios, que abra camino y oportunidades a mujeres cada vez más capacitadas.

BATALLAR CON LOS PREJUICIOS

Enith Fasanando, directora de un programa de radio en Tarapoto, una ciudad de la selva peruana, contó a IPS una situación que muchas profesionales pueden sentir cercana.

"Era difícil estar en medio de cinco varones y poder dirigirlos porque ellos no se dejan. Por ejemplo, estábamos conduciendo el noticiario con mi compañero y él hacía que yo quedase mal o trataba de minimizar mis opiniones", explicó.

"Es bastante doloroso que alguien de tu misma profesión trate de discriminarte y no te dé el valor que te mereces y que te has ganado con tu esfuerzo tan sólo por ser mujer", dijo. Fasanando tuvo que elevar el problema al propietario de la radio para solucionarlo.

Zenaida Solís, una de las periodistas más populares del país y que durante tres décadas acompañó cotidianamente a los peruanos y a las peruanas a través de la televisión y la radio, contó a IPS que tuvo que rebelarse para no ser encasillada en el papel de "chica bonita".

Cuando llegó a la televisión, los hombres estaban a cargo de las noticias y de las entrevistas más importantes, pero poco a poco logró introducir comentarios y opiniones hasta que creó un "estilo", al que se mantuvo fiel "sin hipotecar mi conciencia", amparada en una voz muy personal y de alta recordación.

Solís finalmente logró conducir por 15 años un programa diario de radio, del que sólo se alejó en cortos periodos para criar a sus hijos, ya que sus jornadas de trabajo habituales eran agotadoramente largas. Por su programa desfilaron políticos, empresarios y líderes de opinión de cada momento, que debían someterse a un micrófono abierto a la audiencia.

"Tuve problemas con todos los dueños de los medios en los que he trabajado", dijo Solís, convencida que no hay otra forma de encarar la profesión. Los empresarios trataban de evitarla más que los políticos. "Pero ninguno logró una entrevista amable", sentenció.

Solís analizó que es finalmente el gran poder económico el que decide la continuidad o no de un proyecto periodístico y de su equipo. Los propietarios de los medios tradicionales siempre aspiran a mantener con los periodistas una relación funcional acorde a sus intereses, "y a veces lo logran, sobre todo con los más jóvenes", aseguró.

"Así que si actúas con honestidad y encima eres mujer, llega el momento en que te tienes que ir y te vas", concluyó.

A IGUAL TRABAJO, DESIGUAL SALARIO

¿Existen condiciones equitativas para las mujeres en el ejercicio del periodismo?. Fasanando no dudó en la respuesta: "No, lo hacemos por amor a la camiseta, a la profesión, pero las barreras son de toda índole, la primera y principal el salario".

"Mi compañero, que tenía las mismas responsabilidades, ganaba el triple; y eso que era yo quien asumía toda la responsabilidad frente a la audiencia", reveló.

A su vez, Solís abundó con una anécdota del propietario de un medio escrito. Les pagaba más a los varones porque aseguraba que "estos gallos son los que paran la olla (llevan la comida)", y no contrataba a demasiadas mujeres porque "sólo trabajan bien hasta que se enamoran".

Ante igual responsabilidad, las mujeres siguen ganando menos que un hombre. Al mismo tiempo es más vulnerable en términos de seguridad laboral, promociones y estatus legal, se estableció en el encuentro de la Mujer Periodista.

Un aparente oasis de equidad de género se produce en las asociaciones de defensa de los trabajadores. "En los sindicatos hay dos mujeres dirigentes y el resto son varones, pero trabajamos a la par, promovemos los mismos objetivos y van adelante con nuestras reivindicaciones", dijo Fasanando.

VÍCTIMA SOSTIENE ESTEREOTIPOS

En el encuentro profesional femenino de Lima también se abordó el problema de la "víctima-victimaria", como es el caso de las mujeres que padecen en las redacciones y a través de los medios prejuicios y estereotipos sexistas y tienden a repetirlos en su trabajo de comunicadoras.

"La mujer, víctima de discriminación en su vida y en su profesión, ahonda, repite e impone percepciones machistas de la mujer, su cosificación y objeto, en las salas de redacción", conceptualizó Calandria en su estudio de 1997, que para las periodistas puede suscribirse en muchos casos en la actualidad "con puntos y comas".

Es como si una parte de las comunicadoras aceptase "seguir en su papel de lavar los platos, pero ahora en público", comentó una participante en el encuentro.

Se destacó como los medios calificados de femeninos y que son las que en mayor volumen son dirigidos por mujeres son, precisamente, donde más persiste el retrato de la mujer como objeto, que replica las visiones más anacrónicas y machistas de su papel: "la sofisticada gatita sexy, la madre modelo, la bruja taimada, la inflexible ambiciosa en la empresa o la política".

El fenómeno de los estereotipos fue denunciado en la Declaración adoptada por la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer de las Naciones Unidas, celebrada en Beijing en 1995, que hizo un llamamiento a los propietarios de los medios de comunicación y a los profesionales para que desarrollen y adopten códigos o pautas para promover una mejor y más correcta presentación de las mujeres en los medios.

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