Durante varios años, Abdelhalim Kandil ha sido uno de los periodistas de oposición de más alto perfil en Egipto, conocido por escribir artículos muy críticos al régimen del presidente Hosni Mubarak.
Kandil tiene una impresionante trayectoria. Ha trabajado como editor en jefe de varios de los periódicos independientes y de oposición más leídos en este país, incluyendo Al Arabi Al Nassiri (2000-2006), Al Karama (2006-2007) y Sout Al Umma (2008-2009). Kandil es también coordinador general del movimiento pro-democrático egipcio Kefaya.
El 16 de marzo, Kandil fue despedido de su puesto como editor en jefe de Sout Al Umma por el director de la publicación, Essam Ismail Fahmi, luego de haber escrito una serie de artículos críticos a algunos funcionarios estatales y a las medidas políticas y económicas del gobierno.
IPS: ¿Por qué fue obligado a abandonar su puesto de editor en jefe de Sout Al Umma?
ABDELHALIM KANDIL: Fui sacado del puesto porque intenté publicar tres artículos que eran sumamente críticos del régimen de gobierno. Al final de cuentas, sin embargo, ninguno fue publicado en Sout Al Umma, aunque sí aparecieron en Internet, porque el gobierno obligó al editor a sacarlos de la imprenta.
El primer artículo criticaba la estrecha y por lo general secreta relación de El Cairo con Israel, el segundo instaba al ejército a no participar en las campañas de gobierno contra la oposición política y el tercero responsabilizaba a funcionarios de alto nivel por la tragedia del ferry en el Mar Rojo en 2006 (en la que se ahogaron más de 1.000 egipcios debido a la negligencia del propietario de la embarcación).
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Por todos estos artículos, el director de Sout Al Umma recibió fuerte presión de las agencias de seguridad y de otros órganos del Estado. Por la última nota, la presión fue ejercida directamente desde la Presidencia.
El director del diario, Essam Ismail Fahmi, dijo que yo no podía trabajar como editor en jefe mientras a la vez me desempeñaba como coordinador general del Kefaya. Pero debo señalar que yo trabajaba para ese movimiento antes de que ocupara mi puesto en el periódico, y mi actividad política nunca afectó mis responsabilidades periodísticas. De hecho, en los nueve meses que me encargué de Sout Al Umma, la distribución del diario creció tres veces, según cifras oficiales.
No siento ningún tipo de rencor hacia Essam. En primer lugar, fue muy valiente de su parte haberme contratado. La campaña de presión del gobierno contra él comenzó apenas asumí como editor en jefe y, finalmente, terminó siendo más de lo que pudo soportar.
Estoy preparado para sufrir las consecuencias de lo que escribo. Gracias a Dios, realmente, porque pudo haber sido mucho peor.
IPS: ¿Qué tanta supervisión hacen generalmente los censores del gobierno sobre la prensa independiente de Egipto?
AK: No hay grandes imprentas privadas en Egipto. Por tanto, casi todos los diarios independientes deben ser hechos en imprentas estatales, que le dan a las agencias de seguridad oficiales una oportunidad de vigilarlos de cerca.
Si a los censores del gobierno no les gusta lo que ven, pueden presionar al director para sacar el contenido que consideran ofensivo. Esto es lo que pasó con mis tres artículos.
IPS: ¿Cuál es la actual situación de la prensa independiente de Egipto en términos de liberad periodística? ¿Qué "líneas rojas" todavía limitan a los reporteros?
AK: Cuando el Estado logró contener a los partidos políticos de la oposición, también logró contener a la prensa.
Solíamos decir que Egipto tenía una efectiva prensa opositora aun cuando no había ningún partido de oposición efectivo. Pero, desde 2000, cuando el Partido Laborista Socialista de Egipto fue proscrito, junto con su periódico Al Shaab, no hubo ningún periodismo de oposición genuino. Los escritores de la oposición han sido obligados a evitar temas en la "línea roja", como criticar al presidente y a su familia inmediata.
Los diarios más independientes gozan de un margen de libertad periodística. Sin embargo, la mayoría de estos son propiedad de grandes magnates que por lo general tienen estrechas relaciones con el gobierno. Y esos diarios también son vigilados de cerca por las agencias de seguridad, que pueden influenciar indirectamente lo que aparece impreso.
Por ejemplo, dos importantes periódicos independientes, Al Masri Al Youm y Al Dustour, cubrieron la huelga general realizada en todo el país el 6 de abril del año pasado (organizada para protestar contra la inflación y la falta de una reforma política). Pero ahora que se acerca otra huelga nacional para la misma fecha, los diarios hablan muy poco al respecto.
En todos los diarios que he dirigido encuentro la misma presión que surge de los mismos lugares. Esto se debe en gran medida al hecho de que en Egipto los mismos funcionarios estatales permanecen en sus puestos año tras año.
En términos de libertad de prensa, dudo que Egipto vea genuinas mejoras hasta después de la muerte del actual gobernante.
IPS: ¿El Estado está restringiendo la libertad de prensa en respuesta al creciente malestar popular con el gobierno y sus políticas económicas?
AK: A la luz de la actual crisis económica, el gobierno se ha vuelto extremadamente sensible a las críticas, y parece temeroso de un creciente descontento popular alimentado por una prensa opositora vigorosa. Por esta razón, ha seguido estableciendo las fronteras de la libertad de prensa local, y tiene la capacidad de emitir órdenes administrativas para cerrar periódicos que le son críticos. Por tanto, creo que el campo de la libertad de prensa decrecerá en el futuro inmediato.
Sin embargo, el gobierno no puede dictarle todos los términos a la población general, que parece pronta a explotar. No por razones políticas, sino por las oscuras perspectivas económicas. Egipto sufre huelgas casi todos los días debido a la inflación y las cada vez más difíciles condiciones económicas.
La oposición política de Egipto, mientras, intenta aprovechar la explosión popular y convertirla en una fuerza viable y de base para el cambio político. Egipto ahora está en una encrucijada, aunque, dada las difíciles circunstancias políticas y económicas, todo podría pasar.
IPS ¿Prevé seguir escribiendo por otras vías?
AK: Por ahora, seguiré escribiendo artículos para (el diario con sede en Londres) Al Quds Al Arabi. También pienso volver al (periódico independiente) Al Arabi Al Nassiri, quizás a comienzos del mes próximo.
No estoy seguro, sin embargo, si quiero dirigir otro diario en Egipto. No deseo provocar la presión del gobierno en otro director, que al final de cuentas tenga que inventar razones para despedirme.
Escribo para el pueblo y no para la satisfacción del régimen gobernante, y trataré de seguir haciendo esto el mayor tiempo que pueda.