IRÁN-EEUU: Esperar y ver

La mayoría de los países del mundo aplauden el mensaje conciliador dirigido por Estados Unidos a Irán. Pero los vecinos sunitas de esa república islámica chiita muestran escepticismo tras la respuesta del destinatario.

Crédito: UN DPI Photo
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El experto Christian Koch, del Centro de Investigaciones del Golfo (Pérsico o Arábigo), dijo a IPS que la apertura mostrada por el presidente estadounidense Barack Obama en su mensaje por vídeo de la semana pasada, en ocasión del Año Nuevo persa, es un paso en la dirección correcta.

Pero, acotó, es muy posible que Teherán vuelva a perder la oportunidad.

"El gesto de Obama introdujo un elemento de diplomacia pública al dirigirse al pueblo y a los líderes de Irán en conjunto. Reconoció, por fin, que intentar abrir una brecha entre los líderes y el pueblo iraní es improductivo", dijo Koch, director de estudios internacionales del Centro con sede en Dubai.

"Desafortunadamente, como el líder supremo de Irán, ayatolá Ali Jamenei, desestimó el mensaje, el resultado probable un el mayor aislamiento del país en detrimento de la seguridad regional", agregó.
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En un intento por poner fin a tres décadas de tensiones, Obama postuló un acercamiento diplomático que abarque todos los problemas bilaterales y que tienda "lazos constructivos" entre los dos países y con la comunidad internacional.

Este proceso "no avanzará con amenazas. En cambio, buscamos un compromiso que sea honesto y se base sobre el respeto mutuo", dijo.

Al mismo tiempo, el mandatario señaló que "a ese lugar no se puede llegar a través del terrorismo o de las armas, sino más bien a través de acciones pacíficas que demuestren la verdadera grandeza del pueblo y la civilización iraníes".

Pero Jamenei desestimó las señales de apertura al decir que no habrá cambios a menos que Obama ponga fin a la hostilidad y asegure "cambios reales" en la política exterior.

Irán ha buscado reiteradamente una disculpa de Estados Unidos por agravios del pasado, y también que ese país deje de acusarlo de tratar de obtener armas nucleares.

Según el experto Ali Jaber Al-Sabah, la reacción refleja la histórica intransigencia del chiita Irán, estrechamente vinculada con su programa nuclear, considerado una seria amenaza para el Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) que integran los reinos sunitas de Arabia Saudita, Bahrein, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, Qatar y Omán.

"El intento de acercamiento de Estados Unidos arrojará los mismos viejos resultados: rebeldía y no cooperación. Irán nunca abandonará su programa nuclear", dijo a IPS Al-Sabah, analista político radicado en Kuwait.

"Aunque los medios" utilizados por Obama y su antecesor, George W. Bush (2001-2009) "son diferentes, el fin es el mismo", agregó Al-Sabah. "Así como Obama hizo un discurso en vídeo, es posible que tarde o temprano haga un discurso similar anunciando un plan de 'acción' real en respuesta a la inflexibilidad de Teherán", agregó Al-Sabah.

Para Koch, del Centro de Investigaciones del Golfo, "los últimos años dejaron en claro que el actual liderazgo en Teherán no está interesado en verdaderas negociaciones. Más bien, su único objetivo es ganar tiempo para evitar hacer concesiones en el frente nuclear. En última instancia, éste es un callejón sin salida".

"Así como la seguridad del Golfo no puede lograrse sin Irán, tampoco se puede construir en torno de un Irán que busca institucionalizar su dominio sobre sus vecinos. El vínculo Estados Unidos-Irán debe analizarse dentro del contexto más amplio de la seguridad regional del Golfo", sostuvo este experto en relaciones internacionales.

El mensaje de Obama coincide con los intereses de los reinos sunitas del Golfo, agregó. "Aquí nadie desea otro conflicto. Los líderes del CCG han promovido constantemente vínculos basados sobre el respeto mutuo y la no interferencia en los asuntos internos", dijo.

Pero Koch recordó casos en que Irán desaprovechó las oportunidades de crear una relación regional constructiva, como la ocupación de la isla de Abu Mussa y de las Tunbs, reclamadas por Emiratos.

Teherán tampoco se unió a la iniciativa de paz con Israel propuesta por la corona saudita, y no respondió adecuadamente a una propuesta de Riyadh de establecer un consorcio regional para el enriquecimiento nuclear.

El analista kuwaití desacreditó la teoría estadounidense de la "gran negociación", que postula concesiones de los países del CCG en algunos de sus intereses para lograr la cooperación iraní cooperaría con la estabilización de Afganistán e Iraq.

"Los intereses de Estados Unidos en Afganistán e Iraq son de corto plazo, pero la relación con los países del CCG es de largo plazo a causa de la dinámica energética", explicó.

En un ambiente de suspicacias arraigadas, un eventual empuje militar de Irán puede ser tal vez una preocupación menor por ahora. A los países del CCG les preocupa aun más el posible impacto de un desastre ambiental.

Los intentos de acercamiento político en la región han sufrido periódicos contratiempos. En febrero, el mundo árabe condenó declaraciones de un miembro del poderoso Consejo de Convenciencia de Irán, según las cuales Bahrein era la provincia 14 de la república chiita.

Más optimismo que sus colegas mostró Mehran Kamrava, director del Centro para los Estudios Internacionales y Regionales en la Escuela de Servicio Exterior de la filial en Qatar de la estadounidense Universidad de Georgetown en Qatar.

"La respuesta de Jamenei, en busca de señales más concretas de Washington, fue cuidadosamente planificada y no ideológica. La próxima etapa, en busca de mejorar la tensa atmósfera, dependerá del resultado de las elecciones presidenciales de Irán en junio", dijo Kamrava a IPS.

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