Campesinos de la cooperativa Salamá, en la septentrional región hondureña de Tocoa, concretaron un sueño de tres años: contar con su propia planta generadora de biodiésel para abastecer el mercado interno. La planta, que producirá más de 9.800 litros diarios, fue donada por el gobierno de Colombia y entregada el día 16 por el presidente de ese país, Álvaro Uribe.
“Finalmente cumplimos nuestro sueño y vamos a producir combustible a partir de productos naturales, como aceite de palma y frituras”, dijo a Tierramérica el presidente de la cooperativa Salamá, Neptalí Rivas.
A un costo de un 1,1 millones de dólares, la central cuenta con un sistema generador de energía proporcionado por el gobierno. Inicialmente, abastecerá de biocarburantes al mercado del litoral atlántico.