COLOMBIA: Europa está a la derecha de EEUU

Legisladores de Estados Unidos han bloqueado la aprobación de un tratado de libre comercio (TLC) con Colombia, dadas sus preocupaciones por la situación de los derechos humanos en el país latinoamericano.

Del otro lado del océano Atlántico, funcionarios de la Unión Europea (UE) expresaron su determinación a abrir un diálogo con el gobierno del derechista Álvaro Uribe hacia un acuerdo comercial similar.

A comienzos de año, el embajador de la UE en Colombia, Fernando Cardesa García, dijo que las negociaciones no incluirán los derechos humanos, y sugirió que se limitarán a aspectos comerciales.

Esta declaración constituye un cambio de la postura que el bloque tuvo desde los años 90, según la cual incluía en todos los acuerdos, sistemáticamente, una cláusula condicionando su cumplimiento al respeto de los derechos elementales.

Sindicalistas colombianos temen que Bruselas ignore la violencia con la que se enfrentan a diario. Defender los derechos laborales en ese país es peligroso. Más de 2.500 sindicalistas han sido asesinados en el último cuarto de siglo. Sólo en 2008 fueron 49, es decir 25 por ciento más que en el año anterior.
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De eso habló IPS con el director de la Escuela Nacional Sindical de Colombia, Norberto Ríos.

IPS: ¿Qué piensa sobre la ausencia de los derechos humanos en el diálogo comercial entre la UE y Colombia?

NORBERTO RÍOS: Este tipo de declaraciones es poco prudente. Sorprende que las haga la UE, cuando Estados Unidos, supuestamente menos inclinado a defender los derechos humanos, tiene su TLC con Colombia en reserva precisamente porque pide una mejora en la situación de los derechos humanos, en especial los de los sindicalistas.

IPS: La UE decidió a fines del año pasado renovar las preferencias comerciales de Colombia, a pesar de que estaban, al menos nominalmente, condicionadas al respeto por los derechos humanos. ¿Cree que Bruselas está ignorando las abundantes evidencias sobre el asesinato de sindicalistas?

NORBERTO RÍOS: Nos alarma mucho el modo en que la UE trata el asunto. Es como si Uribe los hubiera hechizado.

La UE sabe sobre las restricciones al ejercicio de los derechos sindicales, pero presiona menos a Colombia que a otros gobiernos. El año pasado hubo 20 visitas de legisladores estadounidenses e instituciones a Colombia. La secretaria de Estado (canciller) Hillary Rodham Clinton le ha advertido al gobierno colombiano que, a menos que muestre claras mejoras, el gobierno de Barack Obama no tomará la iniciativa para que el TLC avance en el Congreso legislativo.

IPS: ¿A qué se refiere cuando habla de "hechizo"?

NORBERTO RÍOS: No es cierto que el gobierno de Uribe haya sido democráticamente elegido ni que disfrute de una gran popularidad. En cierto sentido, redujo, en general, los incidentes de violencia

El clima de negocios y la apertura a las inversiones hacen que el país se vea bien desde Europa. Pero surgen todos los días evidencias de comportamiento antidemocrático. Vemos al Poder Ejecutivo tomando acciones para controlar algunas instituciones estatales clave, como la Corte Suprema de Justicia y la Corte Constitucional. La idea de Uribe es lograr que toda la maquinaria del Estado adopte su pensamiento político y su ideología.

Es evidente que la UE está más influenciada por los avances que por los retrocesos del gobierno, pero debería analizar mejor la ecuación desde una perspectiva democrática.

IPS: ¿Cree que los funcionarios de la UE que manejan el vínculo con Colombia sólo están interesados en abrir el país a las empresas occidentales?

NORBERTO RÍOS: Eso es muy claro. Los inversores gozan de seguridad, tanto física como legal. Las condiciones son muy favorables para las empresas en términos fiscales y de costos laborales.

IPS: Colombia se ha vuelto en un importante productor de biocombustibles. ¿Eso explica la disposición de la UE de negociar la liberalización del comercio bilateral?

NORBERTO RÍOS: Eso es muy claro. El gobierno de Uribe ve la producción de biocombustibles como una de las actividades económicas más importantes, y ofrece condiciones muy favorables a quienes quieran invertir en caña de azúcar y palma de aceite.

Setenta por ciento de los trabajadores del sector de la caña y 90 por ciento de los de la palma aceitera no son contratados directamente por las empresas sino a través de 20.000 compañías de fachada. Por lo tanto, no tienen derechos laborales. Esas firmas contratan a cuatro millones de trabajadores.

Los inversores promueven esas compañías de fachada. Les piden a dos o tres trabajadores que registren una en la Cámara de Comercio. Entonces, contratan gente para tareas de limpieza, de tala de árboles, lo que sea. Esas empresas definen sus propios principios de condiciones de trabajo.

IPS: ¿Usted y sus colaboradores han sido perseguidos personalmente?

NORBERTO RÍOS: Por supuesto. El compañero que preparó el informe que elevamos a la Cámara de Representantes de Estados Unidos hace poco fue amenazado.

Mientras, Uribe afirma que somos antipatriotas y que damos una mala imagen del país.

IPS: ¿Cómo influye el que los trate de terroristas?

NORBERTO RÍOS: Eso alienta los grupos paramilitares a apuntar contra quienes piensan diferente de Uribe, a quienes ven básicamente como guerrilleros vestidos de civiles.

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