TRABAJO-CHILE: El hilo se corta por lo más delgado

Pese a las anunciadas medidas de la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, para defender el empleo, los sindicatos alertan sobre despidos masivos y abusivos de las empresas, amparadas en la crisis económica, y prometen movilizaciones.

"Es indudable que la crisis económica lo primero que afecta es la situación de los trabajadores", pues las empresas "se aprovechan para violentar sus derechos", dijo a IPS el dirigente nacional de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), René Tabilo.

"En este país la cosa más fácil que se puede hacer es despedir, porque todavía existe la facultad del empleador de despedir por necesidad de la empresa", agregó.

" Si el trabajador tiene dudas, sospechas de que no hay necesidades de la empresa y está siendo despedido injustamente, tiene que poner un juicio que puede durar cinco años", sostuvo Tabilo.

A fines de 2008, la crisis económica mundial comenzó a sentirse en el empleo de este país sudamericano. El Instituto Nacional de Estadísticas (INE), observó que el deterioro en el mercado laboral se evidencia en la tasa de desempleo de ese año, que fue de 7,8 por ciento, 0,7 por ciento más alta que la de 2007.
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En Santiago, según la Encuesta de Ocupación y Desocupación de la Facultad de Economía de la Universidad de Chile, en diciembre cayó el empleo, se estancó el empleo asalariado y aumentó el desempleo a 9,7 por ciento de la población económicamente activa.

Esta cifra supera en 0,8 por ciento a la registrada en igual período del año anterior (8,9 por ciento), poniendo fin a la tendencia a la baja que registraba el desempleo desde junio de 2005. En diciembre, 15 por ciento de los hogares de Santiago tenían al menos un integrante desempleado.

A inicios de esta semana, la presidenta Bachelet adelantó el fin de sus vacaciones y, poco antes de partir hacia Honduras y Cuba, encabezó la reunión del Comité Nacional de Empleo, que coordina acciones de todas las reparticiones estatales para hacer frente a la caída de puestos de trabajo.

Las acciones incluyen proyectos de inversión pública, subsidios a contrataciones de jóvenes y la generación 120.000 nuevos empleos. El gobierno también hizo un llamado al sector privado y a la banca a trabajar en conjunto para evitar los despidos.

"Estamos haciendo todo, todo, para paliar el desempleo, pero hay que recordar que de cada 100 empleos en Chile, 11 son del sector público, 89 del sector privado", aseveró el ministro portavoz de gobierno, Francisco Vidal, al terminar la reunión del Comité.

El Poder Ejecutivo también promulgó la ley que perfecciona el seguro obligatorio de cesantía, y que flexibiliza las condiciones de acceso, ampliando la cobertura a trabajadores temporales, reforzando el Plan de Estímulo Fiscal y promoviendo la reinserción laboral de los desempleados a través del Sistema de Información Laboral.

La CUT manifestó que "valoramos las medidas que ha tomado la presidenta Bachelet" para mejorar el seguro de cesantía, el subsidio a la contratación de jóvenes y la creación de puestos de trabajo, así como la convocatoria "a que la empresa privada no despida trabajadores".

A principios de enero, el gobierno anunció un programa de estímulo económico de 4.000 millones de dólares, y un paquete de 11 medidas, que incluyen 700 millones de dólares para obras de infraestructura, elevando en 10,7 por ciento el gasto público de este año.

Así, estiman las autoridades, se crearán más de 100.000 nuevos empleos. También se dispuso un bono de unos 65 dólares por carga familiar a más de 1,7 millones de hogares pobres y un aporte extraordinario de 40 millones de dólares al Fondo Común Municipal, entre otras iniciativas.

LOS PEORES, MINERÍA Y CONSTRUCCIÓN

El INE y la Universidad de Chile coincidieron en que los sectores más amenazados son la construcción y la minería, donde el índice de generación de nuevos empleos tuvo valores negativos, de -2 y -4,4 por ciento, respectivamente.

En la construcción, los sindicalistas destacan los despidos de unos 2.000 trabajadores de la empresa Cencosud, ante la paralización de las obras del proyecto Costanera Center, un centro de negocios de 45.000 metros cuadrados que iba a tener cuatro torres con oficinas, hoteles y centros comerciales.

La Sociedad Nacional de Minería (Sonami), que agrupa a los empresarios de la pequeña, mediana y gran minería, informó a la prensa que al iniciarse este año la minería ya había perdido 12.000 puestos.

La Sonami atribuyó el desempleo a la crisis económica. El sector proyecta una caída cercana a 50 por ciento de sus exportaciones para este año.

Nadie exigió a las empresas mineras "en los momentos en que la libra de cobre estuvo sobre los cuatro dólares, con esas grandes utilidades que tuvieron, que contrataran más gente. Lo que uno les pediría es que con toda la plata que ganaron a lo menos tuvieran la decencia, la dignidad, el respeto por los trabajadores, y no despedirlos en estos momentos", dijo Tabilo.

El cobre es el principal producto de exportación de Chile. En opinión de Tabilo, esta es una "supuesta crisis, a propósito de la rebaja del precio del cobre a nivel mundial", pero "que está muy por encima de los costos de producción".

Ante el aumento de denuncias de recortes injustificados de personal, la Dirección del Trabajo anunció la fiscalización de los despidos masivos por eventuales violaciones a los derechos laborales.

Marzo y abril serán meses de movilizaciones sindicales, pues "los trabajadores no van a quedarse de brazos cruzados frente a esta situación…, en la calle van a defender la estabilidad laboral y el mantenimiento del empleo", enfatizó Tabilo.

TRABAJO DECENTE

En un panorama laboral complejo, no debería perderse el objetivo de garantizar empleos decentes, afirma la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

"Justamente en las situaciones de crisis, alguno de los lineamientos del trabajo decente cobran mayor importancia, por ejemplo, en la protección social", dijo el especialista en políticas de empleo de la Oficina Subregional para el Cono Sur de América Latina de la OIT, Gerhard Reinecke.

"El hecho que un trabajador esté afiliado al seguro de cesantía, que tenga toda la protección social, es lo que le va a hacer más fácil enfrentar el impacto de la crisis", agregó.

El desempleo comenzó a aumentar en América Latina en el tercer trimestre de 2008, según el último informe de la OIT presentado en enero en Lima.

La situación internacional frustró la positiva evolución de los últimos tiempos en América Latina y el Caribe. El desempleo se venía reduciendo por quinto año consecutivo, para llegar a 7,5 por ciento, afirmó la OIT.

Para este año, la OIT estima que podrían perder su trabajo entre 1,5 millones y 2,4 millones de personas en la región. El desempleo urbano podría ubicarse entre 7,9 por ciento y 8,3 por ciento.

Para reducir el impacto laboral de la crisis, dicen los expertos de la OIT, se requieren políticas anticíclicas e innovadoras, con programas de inversión, apoyo a empresas productivas y protección a la población más vulnerable.

Según Reinecke, algunos elementos permiten pensar que la región está mejor para hacer frente a los tiempos de vacas flacas.

"Primero, el origen de la crisis esta vez no es de equilibrios económicos dentro de la región, sino que viene de afuera. Los países en sí mismos tienen mayor solidez en sus fundamentos económicos", dijo Reinecke a IPS.

El especialista destacó acciones como las impulsadas por el gobierno de Bachelet, necesarias para amortiguar los efectos de la depresión sobre el empleo.

Este año, la OIT estima que podría haber entre 18 y 30 millones más de personas sin empleo en el mundo. Pero con escenarios más pesimistas la pérdida de puestos de trabajo podría afectar a 50 millones más, o inclusive arrojar a casi 300 millones de trabajadores a la pobreza extrema.

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