El gobierno de Brasil decidió acelerar la sustitución subsidiada de 10 millones de viejos refrigeradores en los próximos 10 años. El programa, en discusión hace un año, ganó impulso como forma de mitigar los efectos de la crisis financiera en la industria nacional, cuya producción, de cinco millones de unidades en 2008, se retrajo en los últimos meses.
Los refrigeradores viejos desperdician mucha energía, por el deterioro de su aislamiento, motor y compresor, explicó a Tierramérica el experto en energía renovable Aurelio Souza.
El programa es “interesante” porque favorecerá a los más pobres, reduciendo sus gastos de electricidad, y evitará que los viejos aparatos, botados desordenadamente, dejen escapar gases que destruyen la capa de ozono y recalientan la Tierra, evaluó.