El crecimiento de la economía de Venezuela por 20 trimestres consecutivos parece llegar a su fin en vísperas del referendo de este domingo, cuando se decidirá si el presidente Hugo Chávez puede ser reelegido sin cesar.
¿Por qué, si la próxima elección presidencial será en diciembre de 2012, se hace este referendo apenas pasadas unas elecciones regionales? "Es necesario despejar el rumbo político para los próximos años. No quiero ni debo irme. Necesito 10 años más", ha dicho Chávez, quien llegó a la Presidencia hace exactamente una década, en febrero de 1999.
"Es una decisión política que se corresponde con un momento político", justificó a IPS el jurista y parlamentario Carlos Escarrá, del gobernante Partido Socialista Unido, PSUV.
La perspectiva de unos años difíciles por la crisis económica global y su impacto sobre el ingreso petrolero fue descartada por Chávez: "La revolución se mantendrá aunque el barril de petróleo llegue a cero dólares. Mientras yo esté en la Presidencia los sectores populares no sufrirán. Quienes deben rezar porque la crisis no nos impacte son los grupos de la oligarquía".
"Diseñamos distintos escenarios ante una situación (la crisis global) que no está clara, pero Venezuela tiene un relativo confort en materia económica para no caer en pánico, como algunos quieren crear", señaló el ministro de Finanzas, Alí Rodríguez, quien fue secretario general de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).
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Pero economistas independientes o alineados con la oposición advierten escenarios difíciles para buena parte de 2009 y 2010. Para el analista Luis Vicente León, de la firma encuestadora Datanálisis, "la perspectiva de dificultades económicas pesó para que Chávez acelerase al máximo su propuesta de enmendar la Constitución".
José Guerra, ex jefe de investigaciones económicas del Banco Central, estima que "el impacto de la crisis mundial será muy negativo para Venezuela, pues acelerará la caída que ya venía registrándose en el producto interno bruto (PIB). El ciclo de crecimiento económico que empezó en 2004 terminará este año", vaticinó para IPS.
"El país se encamina a una 'estanflación' (estancamiento con inflación). Entramos en una fase recesiva de modo rápido, el PIB puede caer entre 1,5 y 2,5 por ciento en 2009, y con la inflación más alta de América Latina, de un 35 por ciento anual", dijo Guerra.
También se subraya la correspondencia entre la actual coyuntura política y el estado de la economía al cabo de 10 años de gobierno de Chávez. "Venezuela es el país de América Latina con la más acusada monoproducción", señaló por ejemplo el veterano economista Domingo Alberto Rangel, durante décadas uno de los guías de la izquierda radical.
El año pasado, de los 99.000 millones de dólares que ingresaron a Venezuela, 93.000 millones fueron producidos por la venta de petróleo, en su mayor parte crudo.
Asdrúbal Oliveros, director de la firma Ecoanalítica, dijo a IPS que con los actuales precios del petróleo el país obtendría este año unos 30.000 millones de dólares, un tercio de los del año pasado, "y por contraste tuvimos en 2008 importaciones superiores a 47.000 millones de dólares".
Durante algunos meses, dijo Oliveros, las reservas tradicionales y las acumuladas en fondos de inversiones permitirán resistir, "pero las posibilidades de sostener el gasto mermarán a medida que avance el año 2009, y el 2010 será muy difícil".
Chávez y Rodríguez destacan que Venezuela tiene más de 30.000 millones de dólares en reservas del Banco Central, y más de 50.000 en fondos de inversiones, incluyendo unos nutridos con recursos de China y Japón a cambio de petróleo a futuro.
Economistas como Guerra se preguntan qué montos estarán efectivamente disponibles si el país tiene gran parte de esas reservas en activos no líquidos o papeles de deuda propios y de otros países, como Argentina y Ecuador.
Si el gobierno encara la insuficiencia de recursos para sostener sus planes, las medidas más previsibles, según economistas, serían subir el precio interno de la gasolina —la más barata del mundo— o fijar nuevos impuestos, con impacto en la inflación.
También la devaluación es una alternativa: el bolívar está apreciado en más de 50 por ciento, según Oliveros, y en el mercado negro ya se cotiza a menos del doble de su valor oficial. Pero devaluar tendría un efecto inflacionario inmediato. "No es muy aconsejable para un país que importa mucho", reconoció en enero el ministro Rodríguez.
Los oficialistas rehúsan que el referendo sea un punto de inflexión para adoptar medidas económicas que conlleven impopularidad. Los opositores parecen no dudar de ello.
Elie Habalián, quien fue gobernador de Venezuela ante la OPEP antes de romper con Chávez hace cuatro años, observó a IPS que "las perspectivas de una recuperación de los precios del petróleo hacia aquellos niveles del denominado 'socialismo petrolero', o sea de los 100 dólares en adelante, lucen ilusorias en el corto, mediano y largo plazo".
Chávez había reconocido en alguna de sus intervenciones públicas que su proyecto era de un "socialismo petrolero", con uso de la palanca energética para desarrollar la producción, los servicios sociales y la integración latinoamericana.
"El presidente carece de un Plan B para hacerle frente a una crisis que se encuentra en plena gestación, y que amenaza con tragarse todos los fondos y las reservas que el régimen dice tener. Adicionalmente, sus prejuicios para con los empresarios privados le impiden conciliar con ese sector indispensable para afrontar la crisis", dijo Habalián.
Un informe del patronal Consejo Venezolano de la Industria indicó que al llegar Chávez al poder había 11.117 establecimientos industriales, reducidos en 38 por ciento, a 7.102, en febrero de 2009.
Un frente de conflicto a lo largo de la década se ha mantenido entre el Estado y los propietarios agrarios, por la recuperación que el gobierno hizo de unos cuatro millones de hectáreas y la entrega de más de dos millones a cientos de miles de campesinos.
Pero la producción de alimentos es muy deficiente y 75 por ciento de la comida que se consume en el país es de origen importado, según dijo en abril de 2008 el ministro de Planificación, Haiman El Troudi.
Eso se explica en parte se explica por el aumento del consumo: Venezuela ha pasado de categoría tres, a la que corresponden los países que tienen entre 10 y 19 por ciento de personas desnutridas, a categoría dos (entre cinco y nueve por ciento de desnutridos). El consumo diario de calorías por persona ha aumentado de 2.200 a 2.700, de acuerdo con estadísticas oficiales.
Un galimatías hasta ahora imposible de resolver es el de la producción petrolera, de 3,3 millones de barriles diarios, reducidos a tres millones para cumplir órdenes de la OPEP, según el gobierno, mientras que fuentes internacionales, incluida la secretaría de la organización, señalan que el país no produce más de 2,4 millones de barriles por jornada.
Desde los años de mayor crisis política, 2001-2003, hay un debate no saldado acerca del manejo de la industria petrolera y las políticas oficiales de cambiar los convenios de servicio por empresas mixtas con esas firmas, así como la supresión del proyecto Orimulsión, un combustible a base de crudo pesado que rivalizaba con el carbón.
Pero el debate de fondo, más solapado bajo la montaña publicitaria del actual referendo, es el de la oportunidad que el país tuvo con la reciente bonanza petrolera.
Manuel Rodríguez Mena, maestro de varias generaciones de economistas en la Universidad Central, calculó en 878.667 millones de dólares los ingresos recibidos por el gobierno durante estos 10 años, una cifra nominalmente 70 veces mayor que la entregada por Estados Unidos a Europa con el Plan Marshall de 1948-1951.
"Ese monto es mayor que la suma de todos los presupuestos nacionales de Venezuela en los gobiernos republicanos de los 168 años anteriores, desde el de José Antonio Páez a partir de 1830 hasta el segundo de Rafael Caldera (1994-1999), dijo Rodríguez Mena.
