La explosión del desempleo en enero elimina las últimas ilusiones de que la crisis financiera internacional tuviera efectos atenuados en Brasil. Los desempleados aumentaron 20,6 por ciento en relación al mes anterior, informó este viernes el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE).
Fue "un enero distinto, más cruel, atemorizante", definió el gerente de Investigación del IBGE, Cimar Azeredo. El desempleo abierto, medido en las seis mayores regiones metropolitanas del país, subió de 6,8 por ciento en diciembre a 8,2 por ciento en enero, superando los registros de la última recesión económica, en 2003.
Enero es usualmente un mes de despidos de trabajadores contratados temporalmente, sobre todo en el comercio, para atender al aumento del consumo en fines del año. Pero este año muchos trabajadores permanentes perdieron su empleo.
Son 1,9 millones de desempleados y una población ocupada de 21,2 millones. Como hubo harta generación de nuevos puestos de trabajo durante la mayor parte de 2008, la cantidad de ocupados creció 1,9 por ciento en los 12 últimos meses, es decir 385.000 trabajadores. Pero en los últimos meses la tendencia sufrió una abrupta inversión.
El Ministerio del Trabajo, que venía celebrando la generación de cerca de 1,5 millones de empleos formales al año desde 2004, registró la pérdida neta de 654.946 puestos de trabajo en diciembre. El trauma se repitió en enero, con la reducción de 101.748 empleos, cifra menor pero también preocupante, porque desde 1999 enero era un mes de más admisiones que despidos.
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"La situación se va agravar", porque el brote de desempleo empezó en la industria, cuyos efectos se diseminan a muchos segmentos por tratarse del sector de "más larga cadena productiva", dijo a IPS el economista Sergio Mendonça, del Departamento Intersindical de Estadística y Estudios Socioeconómicos.
Los despidos que empezaron principalmente en la industria de bienes de consumo durables, como automóviles y electrónicos, se expanden "hacia atrás y hacia adelante" de la cadena productiva, afectando a los proveedores de partes, insumos, equipos de producción y materias primas, por un lado, y al comercio, distribuidores, asistencia técnica y otros servicios, por otro.
Según los datos del Ministerio de Trabajo, más de 400.000 puestos fueron eliminados en la industria desde octubre, cuando empezaron los reflejos de la crisis financiera mundial en este país. Eso representa 55 por ciento de la pérdida neta de empleos de octubre a enero.
La sureña región metropolitana de São Paulo, el mayor centro industrial de Brasil y el más poblado con 19 millones de habitantes, sufre el peor impacto. Su desempleo se elevó de 7,1 por ciento en diciembre a 9,4 por ciento en enero, según el IBGE.
Además, las malas noticias laborales se acumulan, generando un "círculo vicioso, atemorizando a los agentes económicos, reduciendo la confianza y el consumo, todo apuntando a la desaceleración económica", que genera más desempleo, explicó Mendonça.
El jueves, la Empresa Brasileña de Aeronáutica (Embraer), orgullo nacional en industria de alta tecnología, anunció el despido de 20 por ciento de sus 21.362 empleados, sumando a Brasil al grupo de países con despidos masivos en grandes empresas transnacionales.
El presidente Luiz Inácio Lula da Silva, en diálogo con sindicalistas sobre la ola de desempleo, manifestó irritación ante la repentina decisión de Embraer y prometió convocar sus directivos para que justificaran la medida, recordando que la empresa se beneficia de fuertes créditos de bancos estatales de fomento.
La Embraer, una de las seis mayores fabricantes de aviones del mundo, depende de las exportaciones, que representan 95 por ciento de sus ingresos. Sufre en forma directa los efectos de la crisis económica mundial, sobre todo de Estados Unidos, que absorbe 45 por ciento de su producción.
Su actividad productiva sufrirá una reducción de 30 por ciento, haciendo "inevitable" una fuerte disminución de costos y empleados, alegó el presidente de la empresa, Frederico Curado.
También el presidente de la Asociación Brasileña de Máquinas y Equipos, Luiz Aubert, pronosticó el despido de 50.000 trabajadores de las industrias asociadas en este semestre, si se mantiene la situación actual. Las ventas del sector cayeron 38 por ciento de diciembre a enero.
Un sondeo divulgado este viernes por la Confederación Nacional de la Industria, gremio de todos los sectores industriales, indica que 45 por ciento de las empresas reducirán sus compras de máquinas y equipos de producción este año, confirmando los temores de Aubert.
Ojalá empiece una recuperación en el segundo semestre de este año, dijo Mendonça, para quien es imposible hacer pronósticos con un mínimo de seguridad ante "la confusión" actual. "La situación internacional sigue deteriorándose" con una fuerte recesión en los países ricos, observó.
El gobierno brasileño adoptó algunas "medidas anticíclicas que pueden mitigar" la desaceleración y el desempleo, pero la crisis "exige una intervención y políticas públicas más osadas", especialmente una reducción drástica de la tasa básica de interés, afirmó.
El Banco Central redujo en enero la tasa de interés de 13,75 a 12,75 por ciento al año, pero sigue siendo una de las más elevadas del mundo.