Las armas han estado calladas durante 10 años en la hoy disuelta Yugoslavia, pero las más de 130.000 vidas violentamente perdidas en esos tiempos de sangre y fuego todavía ensombrecen la región.
La mayoría de las víctimas fueron no serbias. La mayoría de las acusaciones apuntan contra Serbia y quien entonces lideraba esa república, el fallecido Slobodan Milosevic (1946-2006, que gobernó entre 1989 y 2000).
Las autoridades que se encumbraron en Serbia tras la caída del régimen de Milosevic hicieron importantes esfuerzos para investigar los crímenes de guerra cometidos por sus ciudadanos y miembros de comunidades serbias en países vecinos.
Pero también ha llegado el tiempo de arrojar luz sobre los crímenes de guerra cometidos contra los serbios. El fiscal especial para crímenes de guerra Vladimir Vukcevic está al frente de estas investigaciones.
Vukcevic ha investigado el secuestro de cientos de serbios en Kosovo en 1999, su supuesta transferencia a Albania y la extirpación de sus órganos con destino a transplantes.
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IPS conversó con el fiscal Vukcevic en Belgrado.
IPS: En abril pasado, en su autobiografía, la ex fiscal jefa del Tribunal Penal Internacional para la Antigua Yugoslavia, Carla Del Ponte, se refirió a supuestas extirpaciones en Albania de órganos a serbios secuestrados en 1999 en Kosovo, y luego asesinados. ¿Qué hizo su oficina en relación a esto?
VLADIMIR VUKCEVIC: Hemos proporcionado al enviado especial del Consejo de Europa, Dick Marty, nuestro informe completo, con la evidencia recabada hasta ahora sobre el caso.
El reporte tiene casi 200 páginas. Hay 41 apéndices con la transcripción de testimonios.
Dick Marty debe avanzar en la investigación, a ejercer presión política para que se investigue más. No podíamos desechar las acusaciones de la muy respetada Del Ponte ni los informes de testigos.
IPS: ¿Cuál es la clave del informe?
VV: El informe de José Pablo Baraybar, jefe de la Oficina de Personas Desaparecidas y Medicina Forense de la Unmik (misión de la Organización de las Naciones Unidas en Kosovo), fechado el 18 de junio de 2004.
Baraybar identificó evidencias halladas en la septentrional aldea albanesa de Burrell, señalada por ocho testigos como un lugar donde se cometieron delitos crueles. Pero ésta parece haber sido una investigación muy superficial.
IPS: ¿Qué ocurrió con esas evidencias?
VV: Fueron mantenidas durante un tiempo en Kosovo, y luego transferidos a La Haya. En un procedimiento por el que se eliminaron elementos de prueba que no interesaban al tribunal, fueron destruidas en 2005, junto con unas 2.000 irrelevantes de otros casos. Sin embargo, hay fotografías de esas evidencias. Es una lástima que el contenedor de plástico no fuera analizado para detectar residuos de ADN (ácido desoxirribonucleico) humano, por ejemplo.
IPS: La prensa serbia y el público en general quedaron profundamente irritados por la posibilidad de que los secuestradas en 1999, en la época de la guerra en Kosovo, puedan haber sido asesinados en Albania con el fin de extirparles órganos. ¿Fue éste el principal motivo de su investigación?
VV: No se trata solamente sobre la supuesta extracción de órganos. Principalmente estamos interesados en la desaparición de serbios y no albaneses de Kosovo. Queremos saber a dónde se los llevó, cómo desaparecieron. Todavía faltan unas 1.300 personas cuyo destino es desconocido.
IPS: Hubo denuncias sobre campamentos de prisioneros donde el insurgente KLA (Ejército de Liberación de Kosovo, que luchaba contra el ejército serbios) mantenía rehenes durante el conflicto. ¿Usted encontró alguna evidencia al respecto?
VV: Tenemos testimonios según los cuales había campamentos en la vecina Albania, y documentos que proceden del Unmik en Kosovo. Los testigos, ubicados a través del Comité Internacional de la Cruz Roja, hablaron sobre su pasaje por campamentos de prisioneros y sobre el traslado de no albaneses de Kosovo a Albania en 1999.
IPS: ¿Cree que su trabajo permitirá a los familiares de los desaparecidos cerrar un capítulo?
VV: Sí, y ésa es nuestra motivación primordial: conocer el destino de los desaparecidos. Hay motivos firmes para creer, sobre la base de evidencia recabada hasta ahora, que hay tres sitios con tumbas masivas, presumiblemente de no albaneses.
IPS: ¿Su investigación revela otros delitos?
VV: Mientras investigábamos eso, surgieron datos sobre tráfico de drogas, armas y personas, todo eso a través de bandas organizadas del tipo clásico. Esto lucía como un nido de avispas. Ahora estamos interesados en saber quién lidera el juego.
IPS: Su trabajo ha sido criticado por nacionalistas serbios para quienes las guerras en la ex Yugoslavia se libraron en defensa de los serbios étnicos de Croacia, Bosnia-Herzegovina y Kosovo. Usted recibió amenazas de muerte anónimas desde el exterior, particularmente desde Estados Unidos, y en especial luego del arresto y transferencia al tribunal en La Haya en julio pasado de Radovan Karadzic, acusado de crímenes de guerra.
VV: El FBI (Buró Federal de Investigaciones de Estados Unidos) identificó al hombre que me amenazó. Es un serbio que vive en Estados Unidos. Es bueno que esto haya pasado. Nuestra cooperación con Estados Unidos es muy buena. Queremos una cooperación aún más directa con Estados Unidos, así como con Canadá.
Hay mucha gente que luchó en las guerras y abandonó los Balcanes con sangre en sus manos. Personas que obtuvieron visa de inmigrantes alegando ser refugiados.
IPS: El público serbio todavía está profundamente dividido en torno de los crímenes de guerra. ¿Se hizo suficiente para presentarlos adecuadamente, a fin de que la gente pudiera comprenderlos y avanzar en la reconciliación y cooperación?
VV: Creo que hemos hecho lo máximo por influir en el público, para que comprenda que quienes hicieron la guerra no eran, de ningún modo, patriotas, sino criminales. Su motivación fue criminal.
Creo que hemos tenido éxito. La verdad puede contribuir al proceso de reconciliación en la región. Si todos los funcionarios trabajaran como los de las fiscalías de los Balcanes, que están cooperando estrechamente, no habría más problemas políticos entre las ex repúblicas yugoslavas.