La crisis económica global provoca en España, que no la pudo eludir, un mayor retorno de inmigrantes a sus países de origen debido a que pierden su trabajo y quedan sin posibilidad de recibir subsidios gubernamentales.
España, que 30 y 40 años atrás se caracterizó por expulsar a millones de nacionales que marcharon al extranjero para poder asegurar la alimentación propia y de sus familias, poco a poco fue cambiando de escenario para pasar a recibir no sólo a sus emigrantes sino a millones de personas nacidas en su mayor parte en América Latina y en los últimos años en Europa oriental.
El comisario de Economía de la Unión Europea (UE), el socialista español Joaquín Almunia, afirmó este lunes que la crisis nacida en Estados Unidos golpea a la economía del bloque más fuerte de lo previsto.
En esa línea señaló que en 2010 el producto bruto interior (PIB) de sus 27 países miembros se reducirá 1,9 por ciento, que el déficit público subirá cuatro por ciento y que la desocupación podrá llegar a 19 por ciento de la población económicamente activa.
Pero el vicepresidente segundo del gobierno socialista español y ministro de Economía, Pedro Solbes, está seguro de que la economía local se estabilizará este año y crecerá en 2010. Asimismo descartó que se cumpla el pronóstico de Almunia en cuanto a la desocupación y cree que la misma no llegará a los cuatro millones.
Solbes apuntó también contra el principal argumento de quienes creen que la crisis se acentuará porque la industria de la construcción se está viendo seriamente afectada en sentido negativo.
Precisamente es en esa industria donde trabaja la mayoría de los inmigrantes que llegaron en los últimos años a España, gran parte de ellos sin visado ni permiso de residencia y calificados despectivamente como "ilegales".
El gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero implantó un plan de retorno voluntario, al cual pueden acceder quienes no haya llegado de ningún estado miembro de la UE y sí de alguno de los 19 países con los que España firmó convenios de seguridad social, como Ecuador, de donde provienen la mayor cantidad de inmigrantes sin papeles en este país.
En virtud de ese convenio, los extranjeros desocupados que opten por regresar a sus países de origen recibirán la subvención por desempleo en dos cuotas, 40 por ciento antes de partir y el saldo un mes después de haber llegado a su país, con el compromiso de que no podrán volver a España hasta pasados tres años de su partida.
Fernando Lezcano, secretario de Comunicaciones de la central sindical Comisiones Obreras (CCOO), difiere de los pronósticos oficiales y en declaraciones a IPS señaló que elementos objetivos apuntan a que la crisis será más larga que la prevista por el gobierno y que podría afectar menos a los trabajadores si se adoptasen medidas concretas y adecuadas.
Es verdad, agregó, que la crisis global influye pero, dentro de ésta hay factores de los que España puede beneficiarse, como el menor costo de las materias primas. El líder sindical puso como ejemplo la caída del precio del petróleo, un producto vital y que este país importa todo el que usa.
Pero Lezcano también apuntó que el tejido productivo español es muy frágil y que ante ello es preciso construir empresas competitivas y evitar el excesivo endeudamiento, en lo cual considera que el gobierno debe jugar un papel activo, con más inversión pública y protección a los desocupados.
La paralización de la construcción de viviendas afecta a muchas empresas y dentro de éstas a los trabajadores que laboran en las obras, la mayoría de ellos inmigrantes y muchos de ellos sin los documentos requeridos. Pero también se registra una caída de la tasa de empleo en los más altos niveles laborales, algo que se nota en la actividad de las consultoras de recursos humanos y cazatalentos.
En el segundo semestre de 2008, esas consultoras vieron aumentar entre 40 y 60 por ciento la llegada de currículos de profesionales de alto nivel, al tiempo que muchos de éstos optan por buscar empleos en otros países, aunque no les resulta fácil, pues Nueva York y Londres, dos ciudades que normalmente los acogían, ahora los están despidiendo.
Los más afectados por la crisis y en cuyo seno se registra gran cantidad de salidas de regreso a su país son los inmigrantes indocumentados y que trabajan sin gozar los derechos sociales, por lo cual si pierden su empleo ni siquiera pueden optar a indemnizaciones patronales ni a subsidios o prestaciones estatales.
Los albañiles y las empleadas domésticas ya fue notificado oficialmente de los problemas que afrontan, pues esas profesiones fueron eliminadas en diciembre de la lista que impulsa la búsqueda de puestos laborales y que pública el oficial Instituto Nacional de Empleo (INEM).
Zapatero, también líder del gobernante Partido Socialista Obrero Español (PSOE), se ha comprometido a comparecer en febrero en el Congreso de Diputados para debatir tanto la situación económica y el empleo, como la inmigración.
La economía, según todos los analistas, ocupará la mayor parte del debate, máxime si se tiene en cuenta la advertencia de Paul Brain, gestor de BNY Mellon AM, uno de los fondos de inversiones más grandes del mundo, quien precisó que los países con mayor nivel de endeudamiento son los más vulnerables ante la crisis. Y España es uno de ellos.