Israel suspendió su ofensiva militar sobre Gaza, que causó al menos 1.300 muertes, pero las protestas contra esa incursión continúan en la mayoría de las capitales árabes.
Las críticas también van para el gobierno de Egipto, al que muchos árabes consideran cómplice en la campaña israelí.
"La intensificación de las protestas populares en todo el país indica niveles sin precedentes de indignación popular tanto con la agresión israelí como con la posición de Egipto", dijo a IPS el analista político Ibrahim Mansour, editor en jefe del diario independiente egipcio Al Dustour.
El sábado por la noche, Israel declaró un alto al fuego unilateral. No obstante, tropas y vehículos blindados israelíes aún continúan en la Franja de Gaza, y todavía no está claro si efectivamente cesarán las operaciones en el territorio.
El gobierno egipcio, mientras, es criticado por haber mantenido su frontera de 14 kilómetros con Gaza cerrada, con algunas pocas excepciones, a los convoys de ayuda humanitaria durante el conflicto, iniciado el 27 de diciembre.
[related_articles]
"Al mantener cerrada la frontera a la ayuda humanitaria, Egipto es cómplice de la agresión israelí contra el pueblo de Gaza", dijo Mansour, coincidiendo con el sentimiento popular en los países árabes. "La vergonzosa posición de Egipto no representa al pueblo ni a la oposición", añadió.
Desde que Hamás (acrónimo árabe de Movimiento de Resistencia Islámica) tomó por la fuerza el control de la Franja de Gaza en 2007 (tras haber ganado las elecciones legislativas en 2006), Egipto —como Israel— mantuvo herméticamente cerrada la frontera con el territorio, aislando geográficamente a ese enclave costero y privando a sus 1,5 millones de habitantes de alimentos y medicamentos.
Fuentes locales indican que, desde que comenzó la campaña, sólo 10 por ciento de la ayuda humanitaria que se ha acumulado en el lado egipcio de la frontera, enviada por donantes de todo el mundo, ha sido autorizada a entrar en Gaza.
Egipto sostiene que no puedo reabrir su frontera debido a la ausencia de funcionarios de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) y observadores de la Unión Europea, como está estipulado en un acuerdo de seguridad de 2005.
Funcionarios egipcios también señalan que la situación de seguridad como una razón del cierre.
En las últimas tres semanas se incrementaron en Egipto las protestas populares tanto contra la agresión israelí como con la postura del gobierno de Hosni Mubarak.
Según el diario independiente Al Badeel, el viernes hubo manifestaciones en varias provincias rurales, con "decenas de miles" de paticipantes. Hubo "20.000 personas protestando en Daqheliya y 15.000 en Al Qalioubiya", informó el periódico al día siguiente.
Además de condicionar las relaciones diplomáticas y detener de inmediato las exportaciones de gas natural a Israel, los manifestantes exigen la permanente reapertura de la frontera con Gaza. "Mubarak, usted es responsable. ¿Por qué el cruce de Rafah está cerrado?", preguntaban los participantes de las protestas.
Otros regímenes árabes "moderados", aliados de Estados Unidos, Arabia Saudita y Jordania, también fueron objeto de duras críticas. "Regímenes árabes cobardes: es resistencia o traición", entonaban, según informes locales.
"El estallido de las manifestaciones en todo el país reflejan la extensión de la indignación popular con el ataque criminal sobre Gaza", dijo a IPS el parlamentario Hamid Hassan, de la Hermandad Musulmana, el mayor grupo opositor de Egipto.
"También refleja el total rechazo popular a la postura de la mayoría de los gobiernos árabes, que se negaron a usar los medios a su disposición para presionar a Israel a que detuviera su agresión", agregó.
Las protestas en El Cairo estuvieron más restringidas, debido en primer lugar a la gran presencia policial. Según Al Badeel, una manifestación realizada el viernes en las afueras de la capital, de la que participaron cientos de personas, fue rodeada por miles de uniformados