La presidenta de Argentina, Cristina Fernández, ayudó este miércoles a descorrer el velo de discreción que guardaban las autoridades cubanas acerca del estado de salud de Fidel Castro, al mantener un encuentro de algo más de media hora con el líder histórico, poco antes de concluir su visita oficial a esta isla.
"Hablamos de todos los temas, lo vi muy bien", dijo Fernández a un grupo de residentes argentinos, de acuerdo a una versión de Telam, agencia oficial de ese país.
La mandataria conversó con Castro luego de visitar la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM) y antes de acudir a la embajada de su país, pasado el mediodía.
"Considero que el encuentro con Fidel fue una distinción a todo el pueblo argentino. Él ama profundamente a la Argentina y a los argentinos. Fue un día muy especial y una forma muy especial de terminar nuestra presencia en Cuba", comentó Fernández en declaraciones a Telam.
Según la presidenta centroizquierdista, en la conversación sostenida con Castro, ambos coincidieron en sus apreciaciones sobre el flamante presidente de Estados Unidos, Barack Obama, en cuanto a la "sinceridad" de sus ideas.
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"Me dijo (Fidel Castro) que realmente tiene buenas ideas, pero ojalá las pueda llevar adelante", sostuvo.
También el presidente Raúl Castro se refirió en buenos términos a Obama, quien asumió el cargo en la víspera. "Parece una buena persona ( ) que tenga suerte", afirmó, rodeado de jóvenes argentinos que estudian becados en Cuba y participaron en el encuentro con Fernández en la ELAM.
En las últimas semanas circularon fuertes rumores sobre un supuesto agravamiento de la salud de Fidel Castro, de 82 años, alejado de sus funciones y de la vida pública desde julio de 2006 por graves dolencias intestinales. Esas versiones, que contrastaban con la normal rutina del país, no fueron desmentidas oficialmente.
Fernández es la tercera de tres presidentes latinoamericanos que visitaron Cuba este mes y la única en ser recibida por Fidel Castro. La precedieron el panameño Martín Torrijos y también el ecuatoriano Rafael Correa, quien hacía su primer viaje a La Habana y se confiesa admirador del guerrillero argentino-cubano Ernesto Che Guevara.
Tales omisiones, su silencio mediático y la brevedad de un mensaje con que felicitó a sus compatriotas al cumplirse el 50 aniversario de la Revolución Cubana alimentaron la inquietud por la salud del ex gobernante, a la que contribuyó el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, quien considera a Fidel Castro su "padre" y mentor ideológico.
En su programa radial "Aló presidente" del 11 de enero, Chávez comentó que "el Fidel aquel, que recorría las calles y pueblos de madrugada ( ) no volverá, quedará en el recuerdo". Pero el 17 de este mes, él mismo se encargó de aclarar enfáticamente que "Fidel está vivito y coleando".
La salud quebrantada llevó al octogenario líder cubano a desistir de continuar en sus responsabilidades al frente del país, a cargo ahora de Raúl Castro, su hermano menor electo presidente a principios del año pasado. Sin embargo Fidel se mantuvo activo con sus columnas de opinión y al tanto de los asuntos importantes de gobierno.
"Seguiré escribiendo bajo el título Reflexiones del compañero Fidel. Será un arma más del arsenal con la cual se podrá contar", afirmó el 18 de febrero de 2008, al anunciar su decisión de que no aspiraría ni aceptaría, el cargo de presidente del Consejo de Estado y Comandante en Jefe.
Desde el 28 de marzo de 2007 al 15 de diciembre último publicó 182 artículos sobre asuntos internos e internacionales y de variada extensión. Durante 2008 hubo meses de 12 y hasta 14 notas, pero en diciembre sólo se cuentan tres, una de las cuales dedicó a agradecer una distinción que le fuera otorgada por líderes de la Comunidad del Caribe (Caricom).
Contrario a lo que se esperaba, el ex presidente cubano se abstuvo de comentar el viaje de Raúl Castro a Venezuela y a Brasil, país este último donde se hizo oficial en noviembre el ingreso de la isla como miembro pleno del Grupo de Río, el principal foro de consulta y concertación política que celebró en el gigante país sudamericano una cumbre extraordinaria.
Tampoco abordó la primera cita presidencial de América Latina y el Caribe sobre Integración y Desarrollo, el 16 y el 17 de diciembre en el nororiental estado brasileño de Bahía, que selló la reinserción de Cuba en la región y puso en entredicho a la excluyente Organización de Estados Americanos (OEA), de la cual este país está suspendida desde comienzos de la década del 60.
En esa misma línea, hasta este miércoles se echaba en falta un comentario suyo sobre el fin de ocho años de gobierno de George W. Bush, de Partido Republicano, en Estados Unidos y el inicio de la administración del demócrata Obama, primer presidente afrodescendiente en la historia de Estados Unidos.
Más allá de los motivos, el silencio de Fidel Castro elevó el protagonismo de su hermano Raúl, quien luego de ser anfitrión de líderes caribeños que asistieron a una cumbre en Cuba y moverse a sus anchas entre sus pares latinoamericanos en Brasil, encabezó los festejos del 1 de enero por el 50 aniversario de triunfo de la Revolución Cubana.
La mandataria argentina llegó a Cuba en la madrugada del domingo. La agenda oficial comenzó el lunes, cuando sostuvo conversaciones oficiales con el presidente Castro y suscribió 11 acuerdos de colaboración bilateral en esferas de la salud, energía, geóloga-minera, agrícola, ganadera, alimenticia, forestal y de desarrollo rural.
Los dos gobernantes también encabezaron la firma de un convenio para crear el Centro Binacional Argentino-Cubano de Biotecnología, aplicado al desarrollo de fármacos y vacunas, así como de un memorando de entendimiento para la asistencia humanitaria y la prevención y mitigación de catástrofes.
Durante su estancia, Fernández defendió la integración latinoamericana, criticó el embargo económico y comercial de Estados Unidos contra Cuba, elogió el desarrollo de la isla en materia científica y sanitaria realizado "a pesar" de esas circunstancias y agradeció la formación profesional de jóvenes argentinos en la ELAM.
La gobernante argentina partió de Cuba rumbo a Venezuela para una visita oficial y fue despedida en el aeropuerto internacional por Raúl Castro, quien calificó de magnífica su estancia, la primera en 23 años de un mandatario de esa nación sudamericana a este país caribeño.
En tanto la médica cubana Hilda Molina, cuyo caso creó tensiones en el pasado en las relaciones bilaterales, dijo a IPS que hasta el momento no tuvo respuesta sobre su petición a Fernández de que intercediera por sus nietos, que son "argentinos y no pueden ver a su abuela".
Molina reclama desde hace años al gobierno cubano permiso para visitar a su hijo y a sus nietos de 14 y 8 años de edad residentes en Argentina. Esta médica fue directora de un centro de restauración neurológica y, según explicó, se le niega la salida por sus tareas científicas.