AGRICULTURA-HAITÍ: Alianza de campesinos por seguridad alimentaria

Campesinos de Haití se organizan y toman acciones para poner fin a la dependencia de los alimentos importados e impedir una hambruna.

En los últimos meses se han realizado en este país varias reuniones y manifestaciones por grupos de campesinos apoyados por diversas organizaciones no gubernamentales. Toda esta movilización es parte de una campaña política en ciernes para poner fin a la marginación de la población rural y reimpulsar el abandonado sector agrícola.

La nueva alianza amenaza con sacudir la escena política, y podría incluso presentar candidatos en las elecciones parlamentarias previstas para abril.

El movimiento mostró todos sus músculos políticos por primera vez el 12 de diciembre, cuando miles de agricultores llegaron a la capital, Puerto Príncipe, para una manifestación llamando al gobierno a que intervenga para ayudarlos a revivir su producción.

Prospéry Raymond, representante en el campo haitiano de la organización no gubernamental británica Christian Aid, dijo a IPS que la manifestación era una "muy buena forma de mostrarle a las autoridades que las organizaciones de campesinos deberían ser tomadas en serio".

No obstante, duda que la alianza presente candidatos para las próximas elecciones. "Aunque algunos líderes campesinos tienen aspiraciones electorales, muchas de las organizaciones están determinadas a preservar su autonomía y quieren mantener una distancia de los partidos políticos", explicó.

Sin embargo, cree que el nuevo movimiento será capaz de influenciar en las elecciones al representar un potencialmente decisivo bloque de votantes al que los candidatos deberán cortejar para ganar.

Aunque hasta hace poco la producción de alimentos era autosuficiente, la caída de las cosechas y la creciente población hicieron más dependiente a Haití de las importaciones. Los peligros de esta dependencia fueron claramente constatados a comienzos de 2008, cuando este país sufrió un drástico aumento de los precios.

La población, azotada por la pobreza, de pronto se vio incapaz de comprar alimentos básicos como arroz, frijoles o aceite de cocina. En abril pasado estallaron revueltas en localidades de todo el país, y el gobierno se vio obligado a renunciar. En un esfuerzo de contener los disturbios, el presidente René Préval abandonó el dogma neoliberal e intervino el mercado subsidiando los precios del arroz importado por un periodo de seis meses.

Entonces, en agosto y septiembre, este país fue sacudido por cuatro tormentas tropicales y huracanes en el espacio de pocas semanas. Inundaciones y aludes se cobraron cientos de vidas y destruyeron gran número de casas e infraestructura. En todas las partes fueron asoladas las cosechas, el ganado y la tierra agrícola.

Haití sufre más que otros países de la región los efectos de la temporada de huracanes debido a la deforestación a gran escala y la erosión del suelo.

Los organizadores de los campesinos consideran que la degradación ambiental y la falta de apoyo oficial al sector agrícola son dos problemas estrechamente ligados. Según los activistas, los dos primeros objetivos de la manifestación de mediados de diciembre fueron hacer que el Estado priorice la protección ambiental en su plan nacional de desarrollo y obligarlo a tomar medidas para relanzar la producción agrícola nacional.

La manifestación fue convocada por una alianza de 10 organizaciones de campesinos, incluyendo los movimientos nacionales Tet Kole Ti Peyizan y el Mouvman Peyizan Nasyonal Kongre Papay (MPNKP), así como los grupos regionales de los departamentos de Grand'Anse, Nippes, Central Plateau y el sudeste.

A pesar de un enorme éxodo de personas desde el campo a las ciudades en las últimas décadas, unos dos tercios de la población de 8,7 millones de habitantes todavía dependen de la agricultura para vivir. Sin embargo, el gobierno no ha destinado ningún fondo significativo para revitalizar el sector o mejorar el ambiente.

Una portavoz de la alianza de campesinos, Edith Germain Remonvil, del MPNKP, dijo que los altos precios del combustibles y del transporte eran un factor que contribuía al alza de los costos de vida en Haití, y sostuvo que la única forma de efectivamente reducir los precios era incrementando la producción nacional.

Remonvil le suplicó al nuevo gobierno, presidido por la primera ministra, Michèle Pierre-Louis, que priorizara la agricultura en su presupuesto para el actual año 2008-2009. La portavoz criticó los planes económicos a medio plazo del gobierno, basados en el Documento de Estrategia para la Reducción de la Pobreza (PRSP, por sus siglas en inglés), auspiciado por el Banco Mundial.

"Si el gobierno de Pierre-Louis continúa favoreciendo los planes preparados en el contexto del PRSP, es claro que nada va a cambiar realmente", dijo Remonvil, añadiendo que esas estrategias auspiciadas por el organismo multilateral fueron preparadas por autoridades locales sin la participación de organizaciones de base.

El llamado de las organizaciones de campesinos para una nueva estrategia de desarrollo priorizando la producción agrícola nacional y el consumo local recibió el apoyo de la Asociación Nacional de Agronomistas Haitianos (ANDAH).

En un mensaje de Año Nuevo, la ANDAH imploró al gobierno de Pierre-Louis que destinara más fondos a la agricultura, señalando que "sólo incrementando la producción agrícola nacional podrán las autoridades comenzar a combatir los problemas del alto costo de vida y garantizar la seguridad alimentaria de la población".

Recordando los muchas "promesas hermosas" hechas en el pasado sobre proveer recursos para beneficiar a los sectores más pobres, ANDAH llamó a los haitianos a movilizarse para construir una nueva sociedad.

Para los agrónomos es vital una reforma agraria que "se concrete en el marco de una política general capaz de garantizar la seguridad alimentaria, así como los servicios públicos, en las partes más marginadas del país":

Un gran número de organizaciones no gubernamentales, tanto locales como internacionales, apoyan la movilización de campesinos. Una de ella es Oxfam Intermón.

Maurepas Jeudy, director en Haití de esa organización, responsabilizó de la situación a las políticas neoliberales. "Desde 1986, sucesivos gobiernos han aplicado políticas neoliberales que han causado un daño considerable. Antes, la producción de arroz local cubría 80 por ciento de la demanda, pero hoy, más de 80 por ciento del arroz consumido es importado. Pasa lo mismo con el maíz, los frijoles y los huevos de pollo", afirmó.

* Charles Arthur es autor del libro de "Haiti in Focus" (Haití en foco), y editor de "Libète, A Haiti Anthology".

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe