PORTUGAL: Paridad de géneros, nuevo rostro de la democracia

El tradicional dominio de los hombres en la política portuguesa comenzará a decaer en 2009. Por imperativo legal, cada partido deberá presentar una cuota mínima de un tercio de mujeres en las listas electorales, en un año en que la ciudadanía de este país será convocada tres veces a las urnas.

El próximo año se celebran las elecciones legislativas, municipales y para integrar la cuota portuguesa del Parlamento Europeo, el hemiciclo de Estrasburgo formado por diputados de los 27 países miembros de la Unión Europea (UE).

La ley portuguesa establece que las elecciones para eurodiputados se realicen en junio, en simultáneo con el resto del bloque, que las municipales sean convocadas por el gobierno entre el 22 de septiembre y el 14 de octubre y que el llamado a las urnas para integrar el parlamento nacional debe hacerse por parte del presidente del país entre el 14 de septiembre y el 14 de octubre.

Las tres convocatorias a sufragar son las primeras desde que en agosto de 2006, tras la decisión mayoritaria del parlamento, el presidente de Portugal, Aníbal Cavaco Silva, promulgó la ley de paridad de género.

Alberto Martins, líder parlamentario del gobernante Partido Socialista (PS), vaticinó en la oportunidad que la ley "mudará el rostro de la democracia portuguesa", instaurada hace 34 años merced a un golpe militar izquierdista que derrocó la vetusta dictadura corporativista (1926-1974) y desmanteló el último de los grandes imperios coloniales del mundo.
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Sin embargo, en vísperas del año de todas las elecciones excepto las presidenciales, que se realizarán en 2011, todos los partidos admiten que la tarea de colocar 33,3 por ciento de mujeres en las listas no será fácil.

La mayor dificultad se halla en las municipales, donde serán necesarias poco más de 19.000 candidatas entre los 57.000 postulantes esperados.

Las tres elecciones son percibidas como las pruebas decisivas a las que será sometida la ley de paridad de géneros, concebida para combatir contra el endémico desequilibrio de género y fomentar la participación femenina en los niveles decisorios.

A nivel de los parlamentos de la UE, las estadísticas divulgadas por este bloque en junio de este año indican que Portugal no está tan mal colocado.

El parlamento de Suecia encabeza la lista como el más justo respecto de la paridad de género, con 45,3 por ciento de diputadas, seguido por el de Finlandia con 37,5, Dinamarca con 36,9, Holanda con 36,7, España con 36, Alemania con 31,8 y Portugal con 26,5 por ciento.

La peor colocación del bloque en este aspecto la tiene Italia, con un modesto 11,5 por ciento de mujeres en el parlamento, seguida por la poco menos "machista" Francia, con 12,2 por ciento y el parlamento único del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, con 19,7 por ciento de diputadas.

No obstante, a diferencia de algunos de sus congéneres de la UE, en los 23 gobiernos que se han sucedido desde el acceso a la democracia en este país, el 25 de abril de 1975, sólo una mujer desempeñó la jefatura del Poder Ejecutivo.

La ingeniera independiente María de Lurdes Pintassilgo, fue primera ministra durante seis meses en 1979 y no por haber sido elegida por el parlamento, sino que fue debido al desacuerdo para formar una mayoría partidaria. Así lo decidió el entonces presidente del país, el general Antonio dos Santos Ramalho Eanes.

Manuela Tavares, integrante de la dirección de la Unión de Mujeres Alternativa y Respuesta (UMAR), la principal organización dedicada a la reivindicación de la paridad de géneros de Portugal, dijo a IPS que "el próximo año, por el peso electoral que va a asumir, será el año del desafío a los partidos políticos".

UMAR "siempre luchó por la ley de la paridad como una de las formas de permitir un mayor acceso de las mujeres al poder político" y en este sentido, "esta nueva situación no deja de ser también un desafío para las propias mujeres, no sólo en cuanto a demostrar que son capaces de ejercer el poder, sino también de hacerlo en forma diferente".

Asimismo, "será también una oportunidad para que se exijan mejores condiciones sociales para el ejercicio de la política, garantizando que un conjunto de infraestructuras de apoyo a las familias pasen a ser una realidad", auguró Tavares.

"Nosotras valorizamos la presencia de mujeres en las listas para el Parlamento Europeo, la Cámara de Diputados y las municipales", porque según explicó la dirigente, "sólo de esta forma un mayor equilibrio de la participación ciudadana se podrá traducir en una mejoría de la calidad de vida".

La antropóloga Catarina Marcelino, analista de asuntos de derechos de la mujer, califica en términos similares "esta nueva ley, que marca decisivamente los caminos de la igualdad de géneros y de paridad en Portugal".

"Mujeres y hombres, de forma equilibrada, en su condición de comisionadas y comisionados de las portuguesas y de los portugueses", lleven su voz "a los órganos representativos democráticos", sentenció la investigadora.

Según los análisis que han sido publicados en la prensa local, ninguno de los partidos políticos tiene todavía una idea precisa de cuántas mujeres deberán atraer para cumplir el porcentaje legal requerido en los tres actos electorales.

Los números actuales indican que en el parlamento nacional 65 de los 230 lugares están ocupados por mujeres y en la próxima legislatura deberán ser 76.

El elenco es encabezado por el PS, que 51 de sus 121 representantes son de sexo femenino. Mucho más abajo se ubica el Partido Socialdemócrata (PS, conservador pese a su nombre), que tan sólo seis de sus 75 diputados son mujeres, mientras entre los 12 diputados del Centro Democrático Social (derecha nacionalista), solo hay una.

El rostro de la bancada comunista en el hemiciclo de São Bento es totalmente masculino. En las legislativas de 2004 eligieron 12 representantes, ahora sólo cuentan con 11, desde la renuncia de una diputada que fue reemplazada por un hombre y la expulsión de otra a mediados de este año que pasó a ser independiente.

Los dos partidos más pequeños son los únicos que lucen paridad total, más allá de lo que exige la ley: cuatro de los ocho representantes de los ex-trotskistas del Bloque de Izquierda son mujeres, así como el Partido Ecologista Verde, que ocupa dos asientos en el hemiciclo, uno por una mujer y el otro por un hombre.

Encontrar candidatas para las elecciones legislativas y para las europeas es una tarea ardua, pero de menor dimensión que en el caso de las alcaldías, donde las presencias femenina y masculina registran diferencias mucho mayores.

En el caso del poder autárquico, en un universo de 308 municipalidades, sólo hay 18 mujeres al frente de esos gobiernos y 36 son presidentes de asambleas legislativas locales.

Difícilmente los municipios pueden sobrevivir sin las subvenciones estatales y la ley en este caso penaliza financieramente a las alcaldías, pero no será fácil encontrar las candidatas suficientes. El esfuerzo será gigantesco.

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