La preocupación por los efectos sociales de la crisis financiera mundial dominó este martes los discursos de la reunión cumbre del Mercosur, pero las propuestas económicas expresadas por algunos presidentes pusieron de relieve sus diferencias ideológicas.
El presidente de Ecuador, Rafael Correa, se destacó como portavoz económico y no oficial de la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), indicando tres iniciativas que, en su opinión, habrían creado mejores condiciones para que América Latina enfrentara la crisis, si hubieran sido adoptadas antes.
El Banco del Sur, que permite "coordinar nuestros ahorros", generaría recursos que compensarían las pérdidas de inversiones externas y sostendrían el nivel de empleo, señaló. En este momento de crisis es necesaria "una política fiscal promotora de empleos", con inversiones públicas que el banco podría financiar, explicó.
Otra medida sería la creación de un fondo que reuniría las reservas cambiarias de los países asociados para respaldar la balanza de pagos del bloque ante posibles amenazas. Sumar las reservas para enfrentar los riesgos de forma cooperativa es menos costoso que hacerlo individualmente, arguyó Correa, cuyo país es miembro asociado del Mercosur (Mercado Común del Sur).
Además, Correa sugirió "una nueva arquitectura financiera regional", con mecanismos de compensación en el comercio y las finanzas regionales, de manera de usar divisas foráneas solo para el pago de saldos, y avanzando en la implantación de una moneda regional.
[related_articles]
El ALBA, una propuesta del presidente venezolano Hugo Chávez a la que se adhirieron Bolivia, Cuba, Dominica, Honduras y Nicaragua, "ya decidió avanzar" en la construcción de "esos tres pilares", señaló Correa que, sin embargo, aún no incluyó a su país en ese bloque, a la espera de su consolidación.
La integración exige "hechos concretos" como esas medidas para volver las economías menos vulnerables a las turbulencias externas, concluyó.
Otra visión económica de cómo enfrentar la crisis mundial expresó el presidente mexicano Felipe Calderón, del conservador Partido de Acción Nacional, quien defendió la atracción de inversiones extranjeras como "única vía" para asegurar el crecimiento.
América Latina necesita recuperar la competitividad perdida, y que ganó Asia en las últimas tres décadas, y el hecho de no ofrecer "certidumbre jurídica" agrava la situación en un mundo en que "la poca inversión disponible" habilita a que los inversores elijan economías que ofrecen un ambiente más ventajoso, sostuvo.
Calderón insistió en la "apertura económica y comercial" como forma de generar empleos y bienestar, rechazando el proteccionismo. Defendió también la "convergencia de mecanismos" de integración, una forma que podría volver a acercar América Latina y su país, hoy más vinculado a América del Norte por un tratado de libre comercio.
Calderón participó en la cumbre del Mercosur en calidad de mandatario de un país invitado, tal como Cuba y Panamá. Los tres son miembros de la Asociación Latinoamericana de Integración, justificó el canciller brasileño, Celso Amorim.
Los países del Mercosur son Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay. Venezuela aún no ha completado los trámites para su ingreso pleno.
Además participaron como observadores, "como siempre ha ocurrido en las reuniones del Mercosur en Brasil", los presidentes de Guyana y Suriname, únicos países sudamericanos que no son miembros plenos ni asociados del bloque, explicó.
La reunión presidencial fue "tranquila" y aprobó todas las propuestas que había tratado y resuelto el lunes el Consejo del Mercado Común, que reúne a cancilleres y ministros de asuntos económicos y comerciales, informó Amorim.
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, destacó la formalización de los acuerdos de preferencias arancelarias del Mercosur con India y con la Unión Aduanera de África Austral (conformada por Botswana, Lesotho, Namibia, Sudáfrica y Swazilandia), además de la ampliación del acuerdo comercial con Chile, con la inclusión de los servicios, tal como se hará con Colombia.
La creación del Fondo de Garantía para Pequeñas y Medianas Empresas, que estimulará a ese sector especialmente en Paraguay y Uruguay, corresponde al compromiso brasileño de "reforzar a las economías menores", dijo Lula, anunciando que en 2009 "Brasil duplicará su contribución al Focem" (Fondo de Convergencia Estructural del Mercosur), creado en 2005 para mitigar las asimetrías dentro del bloque.
"Proteger el empleo y la inclusión social" ante una crisis que, a juicio de Lula, refleja las "perversiones del sistema económico dominante", fue una preocupación manifestada por varios gobernantes.
Una declaración sobre "medidas de promoción y protección en el área social en respuesta a la crisis financiera mundial" fue preparada con participación de los ministros y autoridades de desarrollo social de los Estados miembros y asociados, recordando que el "objetivo final de la integración es mejorar las condiciones de vida de la población".
Michelle Bachelet, la presidenta de Chile, saludó esa reafirmación "correcta", destacando el combate a la pobreza y la desigualdad y, como pediatra, llamó a la reducción de la mortalidad materna e infantil, en cumplimiento de una meta de los Objetivos de Desarrollo del Milenio.
Mientras, la Cumbre de los Pueblos del Mercosur, celebrada entre el viernes y el lunes en Salvador, capital del nororiental estado brasileño de Bahia, reclamó que los trabajadores no paguen el costo de la crisis, que se mantengan las políticas sociales y que el Mercosur institucionalice mecanismos que aseguren la participación permanente de los movimientos sociales y las organizaciones civiles en las decisiones.
El mandatario de Paraguay, Fernando Lugo, asumió la presidencia temporal del Mercosur por los próximos seis meses, sucediendo a Lula.
Lugo prometió trabajar por una "integración ciudadana", que "no sea solo de gobernantes, sino del pueblo", con "rostro humano" y a favor de la equidad.